Capítulo 6 - Carlos

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Nunca me había sentido tan satisfecho al follarme a una virgen, sus gemidos, como su coño apretaba mi verga, esto es lo que necesitaba, necesitaba tenerla a ella y su deseable cara de virgen. Mientras conducía a la escuela de Lilyana apartaba la mirada para verla, parecía que no me la había cogido, estaba viendo por la ventana, me encantaba. -¿Se lo diremos?- Su suave voz me saco de mis pensamientos. -¿Por qué le diríamos que te folle?- conteste sin expresiones, mierda jamás había querido follarme a una chica cinco minutos después de hacerlo, Alyssa sacaba un lado que me hacía sentir que la necesitaba de nuevo arriba de mí. -Sí, tienes razón- Respondió mientras colocaba sus manos en sus rodillas y miraba por la ventana, las luces de los edificios se reflejaban en sus grandes ojos color café obscuro y sus pestañas rizadas con rimel que las dejaba un poco tiesas, me gustaban más cuando apenas se despertaba.

Llegamos a la escuela de Lilyana, la esperamos en el auto, estábamos en silencio, pero me hacía falta algo que no reconocía que era, normalmente después del sexo no deseaba nada más que ir a dejarla a su casa e irme a dormir, pero con Alyssa sentía que faltaba algo. . . No tengo ni puta idea que me hace falta, ¿Más sexo?. . . ¿Verle las tetas?. . . ¿Tocarla?. . . ¿Besarla?, no, jamás beso a las chicas después de cogerlas, ni cuando me las estoy follando las beso. Tragué saliva y me atrevo a ver sus labios, sus labios algo finos y levemente humectados porque lamía sus labios de vez en cuando, en especial cuando estaba nerviosa o sabía que estaba haciendo algo mal, como que me mintió con el tema de Josh, no sé qué sea con el cabrón, pero no me estaba diciendo la verdad, siempre que entraba mintiendo o nerviosa jugaba con sus dedos y lamía sus labios, jamás te dirige la mirada si se siente así, es una ternura, es como una niña diciendo mentiras, pero no sabe hacerlo, entonces no me molestaba que no me dijera toda la verdad, ella solita se delata.

Cuando al fin, Lilyana se dignó en aparecer, entró al carro y se quedó impresionada con Fred que estaba dormido en el asiento de atrás. - ¿Se trajeron al perro que los correteó?- Dijo Lilyana entrando al auto.- Era otro- Respondió rápidamente Aly. - ¿Cogieron?- Preguntó Lilyana sin vergüenza o como si no hablara de su hermano y mejor amiga, Aly iba a responder más nerviosa que nada, iba a cagarla.- ¿Qué pregunta es esa, Lilyana?- Dije serio mientras encendía el auto para irnos. - Ay, que genio- Lilyana acariciaba la cabeza de Fred mientras esté dormía en su pierna.

Llegamos a casa y Lilyana subió a su habitación a hacer tarea mientras Alyssa y yo nos quedamos en la sala, ella se sentó en el sofá y yo me senté del otro lado. - ¿Quieres ver una película?- me preguntó viéndome con esos ojos grandes y cautivadores que me ponían los nervios de punta. - Bien- respondí mientras me acomodaba en el sofá, apague las luces y cuando inicio la película estábamos uno en la esquina derecha y el otro en la izquierda del sofá, mi mente no pensaba en la película o en si Louisa Clark se enamoraría de William Traynor, estaba enfocado en como veía la película cliché con tanta ilusión, y como se le sacaba un leve "aww" en las escenas románticas, me ponía los nervios de punta, como fingía no emocionarse cada vez que se le notaba la química entre los protagonistas, me ponía los nervios de punta, la forma que se sentaba abrazando sus piernas y recargando su barbilla en sus rodillas, me aceleraba el corazón. No soportaba todo el espacio que había entre nosotros, quería sentirla cerca de mí, que llorara en mi pecho cuando William Traynor muriera, obviamente ya la había visto, unos días antes, cuando Lilyana me obligó a acompañarla a ver la película, me levanté por un poco de agua y cuando regrese me senté a un lado de ella, me estire y puse mi brazo en el respaldo del sofá para disimular que la estaba abrazando o que esa era mi intención. -¿Qué haces?- preguntó Aly, despegó la mirada de la televisión y me volteo a ver, nuestras caras quedaron frente a frente, mire sus labios, no sé qué mierda me pasó, pero me acerque para besarla, pero antes de hacerlo me separe, vi la confusión en sus ojos, me levanté del sofá. -Hasta mañana, Alyssa- ella no dijo nada, subí las escaleras a mi habitación, y me acosté en la cama, no me quite la camisa ni los zapatos, me quedé viendo el techo, ¿Por qué no la bese?. . . ¿Por qué la quiero besar?. . . ¿Y si bajo a hacerle el amor?. . . ¿Por qué me pone los nervios de punta?. . . ¿Por qué le hice el amor?. . . ¿Por qué quiero volverlo a hacer?. . . Las malditas preguntas me aturdían, no sabía qué mierda me estaba pasando, ¿Por qué la veía y no pensaba inmediatamente en sexo como con mis exnovias o mis cogiamigas. . .

Estuve pensado un buen tiempo, hasta que escuche los pasos de Alyssa subiendo las escaleras, inmediatamente me levanté de la cama y salí de mi habitación, y ahí estaba ella, mirándome con los ojos rojos de llorar por la película (y no estuve para que llorara en mi pecho, joder). - Hola- ¿Hola?, ¿qué puta palabra es esa?, ¿No hay una que signifique "entra a mi cuarto y te haré el amor y prometo besarte hasta que se te abran los labios".- Hola- Dijo Alyssa mientras me veía con su carita de "WTF, con él".- ¿P. . . Podemos hablar?- ¿Qué mierda le dirás, idiota?. . . ¿Oye, puedes quitarte la ropa?, no, ella ya no puede ser tarada como puta, ella le gusta el trato de princesa. . . Y lo haría si con eso se siente cómoda o me deja cogerla. Pasó a mi habitación y recargó su cadera en mi mesa de noche, dónde jamás ponía nada. -Aly. . . Yo. . .- Antes que dijera algo más, la tome de la cintura y la bese, no pensé en nada, jamás había probado unos labios tan dulces y sencillo de degustar, ella me tomo del cuello y me siguió el beso, la cargué y senté en mi mesita de noche, jamás había tendido tantas ganas que hacerla gemir, de complacer a una chica, mis manos quitaron su camisa y se pasaron por sus pechos, mi mano izquierda acaricio por arriba de su estorboso short, su dulce punto entre sus piernas, mi mano derecha desabrochaba su sostén. -Joder- solté un leve gruñido. Pegué mi erección contra su entrepierna. - ¿Ya viste como me pones?- le Susurré al oído mientras mis manos masajeaban sus pechos. - ¿Me dejas ayudar?- Pasó su mano por mi abdomen hasta llegar a mi dura verga, mierda, sus manos eran lo mejor, llenas de puta delicadeza e ingenuidad. - Mierda, sí- Ella desabrochó mu cinturón con ansias y bajo mi cierre, sus manos tocaban mi verga, esto ya era considerado un pecado, me iría al infierno por corromper y darle deseos sucios a una mujer tan pura como lo era Alyssa Brown Miller, mi angelito personal para corromper. . . Sus manos masturbando mi verga era lo suficiente para que quisiera correrme tan rápido, pero aún no, apreté sus muslos mientras me masturbaba y decía las cosas más sucias que pudieron salir de su linda boquita, volví a acercarme para capturar sus labios en otro beso más apasionado y desesperado. Baje su estorboso short y la acosté en mi cama, joder, qué bella se ve abriendo las piernas para mí. - Eso es, muñeca- baje dolorosamente lento sus bragas, una vez estuvieran fuera, roce la punta de mi verga en su intimidad mojada, la presioné contra su entrada sin meterla, pase mi verga por su clítoris, soltó un gemido que puso mi verga más dura, ese pequeño botón que hace maravillas para mi chica, después me dirigí a su vagina y empuje mi verga rápidamente para empezar a moverme, Alyssa es la mujer más ruidosa que me he cogido. - Shh, más bajito, muñeca- Dije mientras la penetraba y la tomaba de las caderas para empujar más profundo mi verga.

Estábamos acostados, de bajo de las sábanas, abrasaba a Alyssa de la cintura mientras mantenía cierta distancia entre nosotros para que no viera que mi verga seguía dura, me acerque para besarla, ya no contaba las veces que la besaba. -¿Te quedas a dormir, muñequita?- Le pregunté mientras acariciaba su mejilla. - Acuérdate que Lily te viene a despertar, nos verá acostados juntos- No me importaba, quería tenerla cerca de mí, que me perteneciera, solo mía, no del cabrón de Joshua, mía. -No importa, nos levantamos antes- Dije mientras pasaba mi mano por su cuerpo.

24 días con mi enemigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora