Vino

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Hace días Crowley había visitado las cosechas de vino y había quedado tan fascinado que había comprado varias botellas para probar con ángel.
Aquel vino dulce con un poco de acidez era tan exquisito a su paladar que sabría que su ángel no se negaría a probarlo.

Había metido la caja a su querido Bentley y condujo en dirección a la librería de su amado, llevaban más de 6000 años juntos que cuando el humano creaba nuevas delicias que tentaban al paladar del ser de luz siempre iban a probarlo a su lugar de origen.
Crowley sabía que su ángel no tenía un gran gusto por el alcohol, pero si venía de algo dulce siempre se daba la oportunidad de probar y sabía que esta vez no sería la excepción.
Al llegar vio que las luces estaban encendidas pero todo cerrado, indicando que Azira no tenía mucho que había cerrado su tienda, estacionó a su bebé y sin siquiera tocar entro con la botella en mano y una sonrisa coqueta.

Azira al escuchar el sonido de la campanilla miro en su dirección y al ver quien era le dio una sonrisa que denotaba cuanto cariño le tenía a su querido.

—No me dijiste que vendrías hoy querido— Crowley se acercó a él y le dio un tierno beso en la mejilla, quien el ángel recibió gustoso y con un leve tono carmesí en sus mejillas pero aún estando cohibido no se alejó.

—Bueno hoy fui a ver cómo son las cosechas de vino y aquí me tienes, porque tienes que probar este dulce manjar—Alzó la botella y Azira lo miro con una sonrisa.

Azira no gusta mucho del vino pero si su demonio le decía que probara algo nuevo es porque él sabía que le gustaría y su paladar se llenaría de escozor por el exótico sabor y gusto.
Ambos se acercaron una pequeña mesa que tenía y apareció dos copas en su mano, puso una en donde estaba sentado cada uno.
Crowley destapó el vino y sirvió un poco en ambas copas.
Azira primero lo olió y le gustó tanto el olor a uva que no dudo en probarlo, sus mejillas se tensaron un poco y le dolió la mandíbula, al parecer a su cuerpo le había gustado tanto el sabor que al recibirlo no se pudo contener y se contrajo por el dulce sabor.

Miro a su demonio que los veía con una sonrisa ladina, sabía que le gustaría por ello siempre sabe llegar prevenido, con un chasquido una caja con botellas pareció al lado de él.
Una, dos, tres y cuatro botellas se encontraban vacías en la mesa. Ambos ya había probado la tal llamada borrachera por lo que no sería un problema
Para ambos al saberlo controlar, ¿no?.

Para Azira el vino jamás fue de su gusto pero este era tan delicioso que su cuerpo le pedía siempre por más y sin medir en las consecuencias, su mente divagaba y su rostro se sentía tan relajado que le gustaba la sensación.
Miro a su demonio y este empezaba a quitarse su saco y aquella playera tan pegada dejaba ver tan claro su cuerpo, Azira siempre supo que su demonio era alguien sexi y más cuando caminaba, ese movimiento de caderas le gustaba tanto que ahora sabia cuantas maravillas podía hacer su pelvis con solo moverla correctamente.
Pero ahora que veía bien su torso y como su mirada recorrió su cuerpo hasta llegar al rostro miro de nuevo esa sonrisa coqueta y sensual que llamaba a su persona.

Crowley veía como su ángel se lo comía con la mirada, hasta el labio inferior de su ángel estaba siendo levemente mordido. Una razón por la que su ángel también no tomaba es porque cierto lado salvaje salía a flote y Azira siempre lo mantenía oculto porque le daba tanta vergüenza mostrar su lado lujurioso, pero a Crowley le encantaba tanto que no podía dejar de provocarlo siempre llevando cualquier tipo de alcohol, pero ninguno llevaba al limite a su ángel y ahora que al fin lo había logrado no desaprovecharía.
Se levantó lentamente y se acercó a su querido, vio aquellos labios carnosos tan apetecibles que tuvo que tragar por querer probarlos.

Sus labios estaban tan cerca que sólo sentía el roce de ambos pero en un momento sintió como algo apretaba su garganta y cuerpo, alzó la mirada y aquellos ojos llenos de amor ahora lo veía con lujuria que sus ojos delicados eran tan llamativos como temerarios.
Se tocó el cuello y ahí sintió como una correa estaba alrededor de él, fue bajando sus manos hasta su torso y una cuerda estaba en su cuerpo tocando sus muslos internos cerca de la entrepierna, miro las manos de su ángel una cadena estaba en su mano sujetando fuertemente, lo atrajo hacia el de nuevo y con el simple tirón soltó un ronco gemido de excitación, eso fue tan exquisito que su ángel lo veía embelesado.

Siguió al hombre que lo jalaba hasta una habitación sin decir ni una palabra—De rodillas—Crowley acató la orden sin recriminar nada, la cadena se empezó a colgar un poco y Azira se sentó en el borde la cama con las piernas cruzadas y una mirada autoritaria.

Un Poof se escuchó y ahora ninguno portaba ropa y pero crowley seguía con los accesorios solo que ahora completamente pegado al cuerpo desnudo
—Acércate—Crowley se había levantado pero escucho un carraspeo de forma negativa y mejor empezó a gatear hasta llegar a su ángel pero sin bajar la mirada y todo el tiempo mirando aquella ojos.

Llegó hasta las los pies y sus manos empezaron a recorrer el camino llenando de caricias, llegó a las rodillas y inclinó su cuerpo para que su cabeza llegara a los muslos y posar sus labios en ellos dejando un beso delicado.

—Eres un buen chico demonio ¿Debería de darte una recompensa?—Crowley jamás había escuchado una voz tan sensual en su vida, parecía una pluma recorriendo su oído con delicadeza que no podía dejar de sentir escalofríos ante la sensación de satisfacción por tal placer.

Miro con ojos de súplica y Azira no pudo negarse—Claro que si querido, tendrás tu recompensa—Beso sus labios cual toque de seda y pronto las luces dejaron de iluminar esa habitación y solo una vela pequeña iluminaba el lugar.

Muchos decían que quien mandaba en la relación era Crowley pero dentro de las puerta de aquella librería o su auto era Azira quien siempre dominaba y eso le encantaba mucho que cada que puede provocarlo no desaprovecha la oportunidad para tener tal placer de ver su ángel como un ser impuro.

Por su parte Azira era otra persona, como si tuviera personalidad múltiple y cada que toma esta sale a flote siendo la parte malvada, impura, lujuriosa y que siempre es quien pone las reglas y no quien las obedece, de eso se encargaba su querido demonio.

En la mañana Azira pronto será de nuevo una linda tierna bola de masa que estaría días pidiendo perdón a su demonio y jurando jamás volver a tomar pero Crowley jamás dejaría que pase, prefiere morir por agua bendita que no ver de nuevo a su ángel malvado.














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Hola bueno este es el penúltimo y el último sera la parte dos de shot de los hijos, los veo el próximo sábado y los amo ❤️

Por cierto hice este shot basándome en este TikTok, que por cierto debélelo mucho amor a quien hizo ese hermoso video 💕.

Solo les dejo una captura para que les llame la atención ver el video que esta re bueno okay.

https://vm.tiktok.com/ZMjU4dvfc/

One-Shots de Good OmensDonde viven las historias. Descúbrelo ahora