2-No caer en la trampa del Tigre

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A la mañana siguiente, Barnaby abrió los ojos lentamente. No recordaba cuando se había quedado dormido la noche anterior y su mente estaba hecha un desastre, le dolía la cabeza por la cantidad de alcohol que había tomado. De repente, conectó los puntos. Miró hacia la puerta de su dormitorio y recordó a ese anciano, la humillación y la derrota. 

Sacando las sábanas de una patada, se puso de pie y sintió arcadas. No podía soportar el olor a alcohol. Cubriéndose la nariz, corrió hacia la sala pensando que encontraría a Kotetsu roncando allí. Sin embargo, el anciano ya no estaba. Frunciendo los labios en una fina línea, Barnaby se acercó al sofá y encontró una nota escrita a mano colocada sobre una de las almohadas. Lo tomó con una ceja arqueada y lo leyó:

"Gracias por los tragos, amigo".

Apretando la mandíbula con molestia, Barnaby arrugó el papel y gruñó:

----¿Qué carajo?

____///____

Barnaby no podía creer la audacia de ese viejo. En el trabajo se estaba comportando como si nada hubiera pasado la noche anterior. 

¿Acaso no se acuerda?

Estaba poniendo de los nervios a Barnaby y le resultaba difícil concentrarse en los archivos de su escritorio.

La sesión de entrenamiento de la mañana había sido como un día normal. Kotetsu era el mismo payaso tonto delante de todos los demás. Llamándolo " Bunny " y sonriendo como siempre.

Nadie hubiera dicho que algo había sucedido entre ellos anoche.

 
Y

era porque en realidad no había pasado nada entre ellos.


Mientras Barnaby recordaba la forma en que Kotetsu lo había hecho girar sobre el colchón, sometiéndolo como una presa débil, su rostro se iluminó con las mejillas rojas de ira. Necesitaba vengarse de ese viejo.

 
S

i pensaba que Barnaby estaba dispuesto a ser su pasivo, estaba equivocado.


----Mierda, tengo que idear otra estrategia ---Barnaby murmuró para sí mismo mientras sus ojos se posaban en Kotetsu, quien silbaba alegremente mientras sus grandes dedos bailaban sobre el teclado.

Un despacho los interrumpió. Ambos héroes se levantaron como un rayo y corrieron hacia su misión.

Bombas explotaban en el patio de contenedores del muelle, lo que requirió la atención de todos los héroes. Lo único bueno de esa situación fue que no había civiles involucrados. Sólo unos pocos terroristas locos.

¿Quién Va Arriba?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora