- ¿Por qué el ha elegido fijar sus ojos en mí? -
Apolo se convierte en una molestia constante, un narcisista que piensa que el universo gira a su alrededor y es simplemente insoportable.
Un dios persistente que no puede aceptar un "no" por respuesta...
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Sus manos pasaron por los libros en la estantería, acariciando lomos gastados por los años. La sala estaba envuelta en un silencio profundo, roto solo por el suave crujido de las hojas de papel al ser hojeadas con cuidado.
— ¿Dónde estará...? — murmuró para sí misma.
La tenue luz que se filtraba a través de las cortinas de encaje pintaba con delicadeza los contornos de los libros en las estanterías.
La chica suspiro pesadamente y recorría cada título con sus dedos
— Bingo —
entre los muchos volúmenes que se alineaban en la estantería, sus dedos se detuvieron. Un libro en particular había llamado su atención. Lo retiró con cuidado, sintiendo el peso de las páginas entre sus manos.
Con el libro en sus manos, lo abrió con cuidado y pasó las hojas rápidamente
—Llegaste antes de lo que pensé —
El susto la hizo soltar el libro, que cayó al suelo con un estruendo sordo.
— Jaja, tranquila —
La mujer que estaba detrás de ___ se recostó en el marco de la puerta con una sonrisa.
— Artemisa... —
— A veces, incluso los dioses necesitan un buen susto para despertar. —
ella se agachó para recoger el libro que había caído al suelo. Mientras extendía la mano hacia él, notó que una sola hoja de papel se deslizó de las páginas y cayó bajo el estante. Solo una esquina de la hoja quedaba a la vista
Sus dedos se estiraron hacia ella para recoger la hoja y la guardó en su bolsillo.
— un momento...—
Con el libro en la mano, ___ lo colocó de nuevo en la estantería con cuidado
— ¿Por qué estuviste perdida por tantos siglos, ___? —
___ pone una sonrisa nerviosa
— hehe, supongo el tiempo pasa demasiado rápido —
— Tu crees? —
Artemisa arquea una ceja
— ay, ya —
— Hace poco acudiste al oráculo de Delfos, ¿verdad? Querías ver a... —
— No solo fui por encargo de mi madre. Ella solo aparece cuando necesita favores esa mujer... —
— Está muy ocupada estando con medio Olimpo para que te mande a ti. —
— No quiero hablar de eso —
Artemisa carraspea
— Oh, discúlpame y... — titubeó un momento antes de continuar. — Por cierto, ¿cómo va tu suerte con los hombres? ¿Ya te diste cuenta de que son inservibles, inútiles, escorias y asquerosos, y deberías unirte a mi club de...