Capítulo 1: Algo Imposible

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¿Te a pasado que piensas que tu vida es demasiado aburrida?, que no pasa absolutamente nada entretenido y que siempre es lo mismo, día tras día, bueno, así es como siento que es mi vida en estos momentos.

Mi nombre es Ícaro y no soy en absoluto diferente a cualquier adolescente que tenga los 17 años. Mido 1.80, soy delgado y tengo mi cuerpo un poco marcado debido a la natación. Siempre suelo traer mi cabello corto, aunque últimamente lo he dejado crecer un poco y soy de tez algo morena. Mi vida es un tanto monótona últimamente, al punto de que casi siento que me asfixio al hacer lo mismo todos los malditos días. Siempre es lo mismo, despertar, ir a la escuela, regresar a casa a hacer tarea, comer, seguir haciendo tarea y acostarme a dormir para despertar y hacer exactamente lo mismo al día siguiente.
Lo único que cambia un poco en mi vida es los fines de semana, ya que suelo ir a nadar casi todo el día, disfruto demasiado estar en contacto con el agua, es algo raro y difícil de explicar, pero es como si me complementara al estar adentro del agua.

Estoy en mi ultimo año de preparatoria, y a pesar de que aun no tengo claro lo que voy a estudiar si estoy un tanto ansioso por poder entrar a la universidad, ya que ese si será un gran cambio para mi vida, y posiblemente sea lo que necesito. Al entrar en la universidad dejare de vivir con mis padres, ya que no hay universidades tan buenas en la ciudad que vivimos, así que tendré que mudarme a otra ciudad. Pero antes de eso tengo que sobrevivir a este último año de monotonía, en donde nunca pasa nada interesante.


Lunes por la mañana, Ícaro despertó a las 6:00 AM, como hacia de Lunes a Viernes, todo parecía ser un día completamente normal, como todos los demás en la vida de Ícaro. Su padre lo llevo a la preparatoria y lo dejo lo más cerca que su auto pudo acercarse al campus, Ícaro se bajo y camino por el campus hasta llegar a las escaleras de su edificio, pero justo antes de subir sintió algo raro, como si los cabellos de su nuca se erizaran, y volteo a su alrededor para buscar que podría provocar esa sensación.
Varios chicos y chicas pasaban caminando, pero nadie le prestaba atención a Ícaro, al menos hasta que cruzo miradas con un chico, era un chico alto, de aproximadamente 1.90, era bastante atractivo, tenia el cabello un poco más largo que Ícaro, era rubio y un  poco de cabello caía por la frente del chico, además de que se le veía un piercing en su labio inferior del lado derecho, un aro plateado, se veía que tenia un cuerpo bastante ejercitado, y era de un tono de piel ligeramente más claro que Ícaro, pero lo que más llamó la atención de Ícaro eran sus ojos, eran azules, tan azules como el mar, Ícaro no estaba seguro de si era posible tener unos ojos tan azules.
Sonó el timbre que anunciaba el inicio de las clases, y aunque Ícaro no quito la vista de ese chico lo perdió de vista cuando una gran multitud de adolescentes se atravesó en su camino para poder llegar a tiempo a sus salones, pronto Ícaro se quedó completamente solo en las escaleras, así que se dirigió a su salón de clases.

¿Quién era ese chico?, nunca lo había visto, y a pesar de que no tengo amigos si ubico a la gran mayoría de chicos y chicas de la escuela, ¿acaso era nuevo?, pero sobre todo ¿PORQUE SE ME QUEDO VIENDO?, debo Admitir que me puso bastante nervioso, y no solo por el hecho de ser tan atractivo, si no también por ser mucho más alto que yo, cosa que no era tan fácil, ya que en el lugar donde vivo la estatura promedio de chicos es 1.70-1.75, entonces ver a alguien tan alto claro que llama mi atención, y sobre todo sus ojos, eran, demasiado azules.


El resto de mi día fue bastante aburrido, mis clases transcurrieron con normalidad, y a la hora del descanso estuve buscando a ese chico, pero no logre encontrarlo por ningún lado, fue muy extraño, alguien como él no podría pasar por desapercibido.
Mis clases terminaron pronto, y a la salida tenia esperanza de ver a ese chico, pero no logre verlo por ningún lado (otra vez).
Me baje del transporte público para caminar lo poco que me faltaba a casa, tenía 2 opciones, un camino un poco más largo pero seguro, o un callejón que era más corto pero un tanto peligroso y solo, estaba cansado, así que me fui por el callejón .
Iba justo a la mitad del camino cuando sentí que alguien puso su mano en mi hombro, en ese momento sentí como se me bajaba la presión del susto, ya que no había escuchado que alguien caminara atrás de mi, me voltee rápidamente pensando que alguien me asaltaría, pero me sorprendí más al ver que quien tenía su mano en mi hombro era ese chico de ojos azules.

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