Capitulo 6. Ojalá de casen pronto

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Londres 1892

Dos años han pasado y nada ha cambiado, ellas siguen aquí y por mucho que han intentado engañar a algún noble de nada han servido sus esfuerzos y no es que yo lo haya visto pero es lo que escuchado.

Poco queda de la niña dulce y valiente que una vez fui, ahora vivo en silencio y con miedo a las represalias, ella ha conseguido doblegar mi voluntad.

Al principio solo eran insultos y humillaciones pero ahora también hay castigos físicos, la mayoría de las veces por no decir todas no he hecho nada malo pero ella está frustrada y desahoga su ira conmigo.

Lo único bueno que me queda en esta vida es Nana y su salud no es tan buena como debería. Con la asignación de mi madre no me llega nada más que para pagarle el hospedaje y las comidas. Antes sobraba algo pero ahora el señor me ha advertido que me subirá la cuota o la echara a la calle. Creo que se aprovecha de mi, necesito buscar otro lugar para Nana pero apenas si ya me puedo escapar un rato sin que ellas noten mi ausencia.

Antes me ignoraban pero ya apenas asisten a eventos sociales y pasan su tiempo libre humillándome y burlándose de mí.

Hoy me ha mandado al mercado y me exigido demasiadas cosas para el dinero que me ha dado. Siento que hoy recibiré otro castigo no podré llevarlo todo y ella me culpara a mi como siempre... dirá que me lo he gastado en algo para mí.

Se que el dinero se le está acabando y eso la trae de peor humor, lo que le queda son las treinta mil libras de mi dote. Mi padre puso una dote muy alta para que yo pudiera casarme con algún noble.

Así que en menos de un año supongo que se lo habrá gastado todo, eso me reconforta en cierto modo ya que supongo que se marcharán de aquí o buscarán un marido a cualquier precio.

Salgo al mercado y regateo todo lo que puedo, la señora que me vende la verdura a menudo me regala los alimentos que empezado a estropearse, solo tengo que quitar un trozo o un algunas hojas y me sirve igual.

Al final he conseguido todos los productos necesarios,el sol todavía está alto así que si soy rápida puedo mirar algún hospedaje para Nana.

Después de visitar cuatro sitios he encontrado uno que se ajusta a mis necesidades, el único problema es que me pide un pequeño adelanto cosa que no tengo. Bueno quizás algo tengo para entregar...

Así que ahora tengo que ver la forma de conseguir los chelines necesarios.

Vuelvo a casa y ella ya está con la vara preparada.

Dejo la compra en la mesa y antes de si quiera preguntar recibo un varazo en la espalda.

--- Dónde has estado tan tiempo, acaso no ves que es hora de comer ---

--- Señora la comida está preparada y la mesa puesta ---

--- No quiero que se vuelva a repetir y sirve otro plato, pero ya! No quiero que nuestro invitado te vea ---

Otro golpe más y las lágrimas comienzan a derramarse por mi rostro. Ya no lloro por el dolor está vez es por la impotencia, no se porque soporto todo esto? Esta vez tengo que ser más astuta, no me encontrarán tan fácilmente.

Preparo todo como la señora me pide y subo al desvan, me miro en el espejo y veo mi espalda manchada de sangre, limpio las heridas como buenamente puedo, solo espero que no se infecten.

A estas alturas ya no espero encontrar esposo viendo mi espalda marcada por las cicatrices y mis muslos con cicatrices del atizador al rojo vivo ningún hombre querría estar conmigo.

Observó cómo un carruaje llega hasta la casa un hombre mayor parece bajar del carruaje desde aquí arriba no lo divisó demasiado bien.

No necesito saber de qué hablan, ya me imagino a que ha venido o bien la marquesa busca nuevo marido o es para una de sus hijas.

De estar en lo cierto quizás solo pasarían un mes más aquí, pero quien  me asegura de que no me llevará con ella, esa una opción que ni siquiera voy a valorar.

Cojo una pequeña maleta, por no decir la única que tengo y meto mis cosas en ella, no es como si tuviera mucho la verdad porque cuento con dos vestidos muy gastados, dos camisones y mi vestido rosa. Levanto una de las tablas del suelo y cojo un collar y unos pendientes de esmeraldas, esto es lo único que tengo de mi madre. También cojo la pequeña libreta del banco sin ella Nana se quedaría en la calle.

Levanto el colchón de lana y saco el viejo reloj de mi padre con esto quizás pueda pagar el adelanto del nuevo hospedaje para Nana, yo ya veré cómo me apaño pero ella no puede permitirse el lujo de dormir en la calle, su salud está cada vez más delicada la humedad de esas paredes le han causado mella, pero eso está apunto de cambiar.

Espero pacientemente sentada en la cama hasta que la visita se marcha, escucho la campanilla y bajo a recoger la cena, está será la última vez que lo haga me repito una y otra vez.

Dejo todos los cacharros en la pila y me como una manzana, no está permitido que coma fruta pero hoy  poco me importa.

Subo hasta mi dormitorio y espero a que todas estén dormidas, el tiempo pasa muy lento. Abro la puerta y escucho gritos y golpes en la pared, estos vienen de la habitación de la señora, por un momento pienso en ir a ayudarla pero después pienso que sí sus hijas no van en su ayuda menos voy a hacerlo yo. Quizás con esto me he ganado un pase al infierno.

Cuando debo de escuchar los gritos, salgo del desván con cuidado bajo las escaleras y me dirijo a la cocina.

Un hombre está dentro de la casa voy a gritar cuando esté tapa mi boca con sus manos, dice algo pero estoy tan aterrada que soy incapaz de escuchar sale de la casa y se marcha, me quedo unos minutos más parada.

Igual la ha matado? No quiero quedarme si ese es el caso seguro que me echarían las culpas a mí. Echo un último vistazo y salgo al exterior.

Camino sin rumbo fijo es pasada la madrugada y una fina lluvia baña Londres, me resguardo a las puertas de una iglesia, y me hago un ovillo.

El frío cala mis huesos pero nada es comparable con vivir en esa casa.

Lo siento por Millie seguro que ahora pagan su ira y su mal humor con ella, pero yo no puedo soportarlo más.

Cierro mis ojos y me dejó llevar por el sonido de la lluvia.

Un Amor entre cenizasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora