4

139 15 0
                                    

Bada se sentó en la alfombra de color crema pálida, con su espalda apoyada contra el borde de la cama, y su rostro se baño en las huellas de un poniente sol. La conversación con Howl había dejado algo pendiente en ella. Tú nunca vas a encontrar a alguien a quien amar, había dicho, como si las cosas fueran tan simples. Como sí podría encarar a alguien y decir: "Hola, quiero tener una cita contigo en algún momento" Y vivir felices para siempre.

Si sólo pudiera amar a Howl.

Si al menos no se encontraba en el ojo público.

Si sólo...

Suspiró y dejó caer su cabeza contra el colchón. Se sentó al lado del cuadro que había comprado anteriormente, mirándolo con expectativa cada vez que lo miraba. Aún no sabía por qué no lo había empaquetado junto con todo lo demás, o por qué mantenía la mirada fija en el.

No era como si ella siempre se interesara por el arte, nunca había tenido tiempo para ir a las galerías o museos. Pero había algo acerca de esa imagen, sobre la soledad que irradiaba, que llamó la atención a Bada de una manera que no podía explicar. La hacía sentir menos sola, sentada
en la sala en silencio, viendo como otro día sin sentido se perdía en la memoria.

~ * ~

"Te amo", dijo, girándose a mirarla en su lugar de la cama.

Pero Audrey mantenía su mirada en el monitor de la computadora, su informe de Shakespeare un lienzo en blanco en la pantalla. ¿Lo haces?" quería preguntar, porque lo había escuchado, y porque a pesar de sí misma, ella realmente quería saberlo. "Te amo, también", respondió cuando el momento de la verdad había pasado y todo lo que quedaba era una sensación de expectativa.

"¿Quieres hacer algo más tarde?"

"Estoy tratando de escribir este informe," ella contestó, mirándolo, atreviéndose a iniciar una pelea.

"Después de eso".

"No estoy segura de que habrá un" después "de esto. Creo que me va a tomar toda la noche. "

"¿Cuánto tiempo te puede tomar?"

"Sí, bueno yo no soy buena con los informes", respondió ella, con un poco de irritación en su voz. "No somos todos genios en este cuarto, ¿recuerdas?"

Romeo suspiró cubriendo finalmente su desagrado. "Bueno, mira, sólo voy a callarme y dejar que hagas ese informe". Él saltó fuera de la cama y se puso al lado de ella por un momento, mirando hacia abajo a Audrey cuidadosamente. "¿La cena de mañana?"

"No puedes, cosas de familia."

"¿Qué cosas de familia?"

"Kai quiere hablar con nosotros acerca de algo."

"¿Sobre qué?"

"Puedo decir con seguridad que no tengo ni idea".

"Oh".

Audrey se mordió el labio y lo miró. "Lo siento, no te invito.

"No, está bien. Me imagino que sólo no soy parte de la familia como lo pensaba. "

"Romeo-

"Lo siento", él se disculpó. "Si es una cosa de familia, entonces es una cosa de familia."

Audrey se mordió el labio, y optó por dejar de lado el hecho de que si le había pedido que vaya Kirsten. "Es cosa de Kai".

"¿Y él me odia, no?"

Audrey frunció el ceño a su novio. "No te odia. Él
simplemente no te conoce muy bien. "

"Sí, así que no pareces muy interesada en poner remedio a esa situación."

Romeo parecía visiblemente molesto, y Audrey no sabía qué decir para que él se sintiera mejor. Es cierto que su hermanastro no le había tomado cariño a Romeo, a diferencia del resto de su familia, que prácticamente lo adoraban. Simplemente no tenía ninguna explicación de por qué. "Es sólo una noche. Voy a ir, escuchar lo que Kai tiene que decir y, luego, tal vez podemos salir juntos cuando regrese".

Romeo asintió después de un momento de reflexión. "Voy a esperar aquí. Kirsten va a estar fuera mañana, ¿verdad? "

Mierda. Audrey, centró su mirada en el monitor de la computadora donde la esperaba su informe, lo que parecía, en ese momento, el menor de todos los males. "Um, en realidad, ella viene conmigo".

Romeo guardó silencio, y Audrey se vio obligada a mirarlo. "¿Por qué?", preguntó.

"Kai quiere que ella vaya".

Romeo asintió. "Entiendo".

"Ellos se han conocido desde siempre, Romeo. Tiene sentido-

No hables, Audrey. Solo.. llámame cuando quieras. "El golpe de la puerta puntualizó su declaración."

"Genial", murmuró Audrey, acomodando su portátil en su regazo. "Sencillamente genial."

El lado ciego del amor Bada Lee x Audrey LaneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora