Capítulo uno: Mastermind

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Maia Torres siempre había tenido todo planeado.

Hasta que de repente, ya no fue así.

Porque Maia entendió que no podía tener el control.

No de todo.

No de si misma.

Así que simplemente, se dejó llevar por la situación.

Tal vez así, la marea la llevaría a su destino.

Y eso es lo estaba haciendo en este momento.

Estaba en un auto en Shorehaven, después de un vuelo que parecía eterno.

Su hermana parecía estar emocionada, su madre, algo feliz.

Maia solo esperaba que su famoso destino, estuviera allí, porque ya estaba cansada de buscar.

Estaba cansada de creer que el destino le tendría una solución.

Esta are su última esperanza.

Y bueno, ahora estaba en Australia, sin duda podría volver a surfear.

Tal vez, eso es todo lo que necesitaba para aclarar las cosas.

El mar, siempre hizo que todo se sintiera mejor, sin importar que tan malo fuera.

Cuando por fin llegaron a la casa de los Gibson.

La familia con la que Summer se había quedado el verano pasado.

Esa era la otra, ahora parecía que Summer se había enamorado del surf, y hablaba de eso, como si Maia no entendería como se siente.

Como si no hubiese pasado la mitad de su vida en competencias.

Tal vez Maia tenía solo 16, pero el surf era el único hogar que había conocido.

Y el mar era su único amigo.

Y a Maia le molestaba que Summer no parecía entenderlo.

Así que, aún cuando habían pasado un año entero separadas, las hermanas torres seguían sin hablarse.

Y Maia ya empezaba a hartar se de eso.

— ¿Dónde están? — pregunta Maia inspeccionando la casa Gibson.

— No tengo idea — contestó Summer mientras agarraba una foto de un chico rubio, y sonreía como estúpida viéndola.

— Y es por eso, que había que avisar que vendríamos — reprochó Maia mientras rodaba los ojos.

— ¿No entiendes lo que es una sorpresa? — le pregunto su hermana con molestia. — Carajo ¡Cambiaron la fecha! — exclamó Summer angustiada.

Su madre y su hermana empezaron a pelear otra vez.

La verdad es que a Maia si le importaba llegar a la competición , después de todo junto con Summer habían ideado una forma para poder participar.

Pero parecía como si nada en realidad le importará en estos días.

Cómo si sus emociones se hubiesen desvanecido.

Había personas que sentían mucho, sentían las cosas con fuerza.

Otra que casi no lo hacían, las sentían ligeramente.

En este momento, Maia simplemente ni entraba en ninguna categoría, porque parecía no sentir nada.

"Pero eso no importa ahora, lo único que importa es la competencia. En eso tienes que concentrarte, en el surf"

Se dijo así misma, antes de que perdiera el control de sus sentimientos.

El resto del camino en auto lo paso con audífonos, era su forma de no pensar, de desconectar.

Y que mejor forma de hacerlo, que con "All too well (10 minutes versión) (Taylor's version)" de fondo.

Que nombre más largo tenía esa canción, vale.

Ni si quiera noto cuando llegaron al lugar de la competencia.

Rápidamente Summer se fue a buscar a sus amigos, dejando sola a su hermana sin importarle.

"Típico de Summer" pensó.

Su madre también pareció, desaparecer, seguramente con algo del trabajo.

Maia estaba congelada frente al lugar, no sabía que hacer, así que hizo lo que mejor sabía hacer.

Fingió que tenía el control sobre la situación.

Fingió que no había pasado un año entero sin surfear.

Fingió, que no iba a terapia todavía.

Fingió, que su madre no se preocupaba cuando se le iba el apetito.

Fingió, que a Summer le importaba si algo le pasaba.

Fingió que tenía una familia perfecta.

Fingió, que este era el momento perfecto.

Fingió, que era perfecta, aún mejor.

Fingió, que estaba completamente bien.

Y pareció funcionar, los organizadores le dijeron que sus videos eran estupendos.

Que tenía en nivel necesario.

Que si calificaba, y que podría surfera en la competencia junto las demas chicas.

Y por un momento, se le olvidó que estaba fingiendo.

Porque todo se sintió correcto, se sintió perfecto.

Y tal vez, fue una jugada del universo, una que ella no pudo anticipar.

Pero justo cuando, en mucho tiempo, todo se sintió bien.

Fue que lo vio por primera vez.

Definitivamente parecía un surfista.

Con su gran altura, su pircing en la nariz, el cabello rosado.

Su relajada vibra.

Todo en el gritaba surf.

Él parecía encajar perfectamente allí.

Y tal vez, por eso fue que pareció llamarle la atención.

No por lo sexi que era, bueno, tal vez un poco sí.

Pero mayormente, era porque el parecía encajar con tanta naturalidad.

Algo que ella nunca pudo lograr, una pertenencia que ella siempre tuvo que fingir, porque las cosas nunca parecían sentirse naturalmente con ella.

Y tal vez, fue por eso que él también la notó.

Porque era la única chica del lugar que no parecía segura de si misma, ni tampoco salida de una escuela de modelaje.

En realidad, era la única que en realidad, parecía asustada, pero no de la competencia, sino del mundo.

Maia Torres, llamó la atención de Baxter Radic, porque era la persona a la que se le veían las cicatrices, que llevaba a dentro.

Porque se notaban sus imperfecciones y defectos a kilómetros.

Como si pudiera oír sus inseguridades, en su propia cabeza con solo mirarla.

Porque ella se veía, de la misma forma en la que él se sentía.

Y eso, hizo que quisiera abrazarla, y nunca soltarla. Aún, cuando ni si quiera sabía su nombre todavía.

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A: ¡Aquí está el capítulo uno de esta linda historia! En realidad estoy muy emocionada, porque apenas la subí ayer y ya tiene como 20 visitas y cuatro votos, muchas gracias :)

En serio me emociona mucho que lean y voten en mi historia, y se los agradezco mucho :)

La verdad, es que este capítulo no me gustó mucho, siento que quedó muy mediocre, pero bueno. Espero que no lo critiquen tanto como yo lo hago :)

Anti- hero -Baxter RadicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora