4. 𝑬𝒙𝒕𝒓𝒂𝒏̃𝒐 𝒑𝒆𝒓𝒐 𝒍𝒍𝒂𝒎𝒂𝒕𝒊𝒗𝒐

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— si vamos, a hacer un trato será bajo mis condiciones ,— proclamó una mujer de cabello negro y mirada neutra

— así será, Sr. Sarocha —dijo un hombre aceptando el mandato de la mujer ,— y ¿cuándo quiere el primer contenedor?

La mujer meneo, su cabellera negro y puso una mano en su mentón. Pensando que día sería el adecuado.

— el miércoles... — se cruza de brazos — alas cinco de la tarde, el estacionamiento subterráneo. Debes de saber cual —este asiente ,— hay. Ni un minuto más ni uno menos.

— Okey, hay estaré... —sonríe

La mujer, arrugó su entrecejo.
  Y se hcerco al hombre quedando muy cerca la mirada del hombre se torno seria.
Los secuaces de este, los cuales eran exactamente cinco, se hacercaron a la mujer. Pero al instante unos cinco hombres de traje se pocionaron detrás de estos y otros seis, detrás de la mujer, ella podía ser muy fría y distantes con las demás personas, pero con su trabajadores era otra persona los trataba con gentileza, pero dejando en claro quien mandaba.

— si no quieres que aquí, se forme una masacre a sangre fría. Controla a tus perros Albert Truck

Este sonrió y se dio media vuelta marchando hacia su carro.

— ¡La espero en el estacionamiento!

El hombre se marchó, y la pelinegra suspiro, y se subió a la parte trasera del auto.

— mañana, quiero a todos los guardias posible rodeando el área. No confío en ese tipo — se pone unos lentes de sol ,— ahora, ya vamos de aquí

Esta se fue a una de sus empresas, la cual es la más grande e importante.
  Y por ende esta dirige a todas las demás empresas, fue a su oficina incrustado miedo en sus empleados que estaban por los pasillos, con tan solo una mirada.
Llego a su oficina y se tiro con algo de brusquedad sobre la silla giratoria, dejando caer su cabeza hacia atrás en el cabecero de la silla.
Tres toques en la puerta y esta suspira frustrada y dio el pade.

— se-señora Sarocha, aquí están los contratos de nuevas empresas que quieren trabajar para usted.... —avisa su secretaria ingresando nerviosa a la oficina y cierra la puerta con cuidado, se hacerca al frente del escritorio de la mujer

— Muchas gracias Señorita Mac, déjalos hay, yo los reviso. Y cuando termine te llamo para que los contactes ,— dijo mientras tomaba una de las carpetas

Ella simplemente no se podía concentrar en lo que hacía, cada que empezaba a leer un párrafo de los contratos en sus manos. Su mente se sumergía en otra cosa, no simplemente en aquel hombre de mal augurio.
Si no en la suave voz de aquella chica que aún, desconcia.

Suspiro frustrada tratando de concentrarse en lo que hacía, pero su cerebro no se lo permitía, no. Y al parecer no se lo iba a permitir durante todo el día.

Se encontraba en el sofá de su casa.
Tenia puesto una camisa grande blanca manga larga, junto a nos calcetines negros y un shors.
Becky estaba en su día libre y además estaba algo ansiosa, ya que anteriormente abia intercambiado número con Maggie y esta se ofreció a ir a su departamento a darle una visita.
Unos toques en la puerta hicieron que una sonrisa no muy grande se dibujara en su rostro, se paro de golpe y fue a la puerta y abrió, y la sonrisa que tenía se borro y su cara se lleno de confusión.

𝑈𝑛 𝑠𝑖𝑛𝑝𝑙𝑒 ¿𝐶𝑜𝑛𝑡𝑟𝑎𝑡𝑜? ¿𝑣𝑒𝑟𝑑𝑎𝑑? ∫𝐹𝑟𝑒𝑒𝑛𝑏𝑒𝑐𝑘𝑦∫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora