[14:45] Alessandro: Pues sí, después de un tiempo amas esa costumbre, siempre y cuando te sientas cómodo con ella.
[14:45] Alessandro: Y a pesar de que fue obligatorio, me terminó gustando.
[14:47] Samantha: Eso es bueno, me alegro por ti. Yo estoy planeando irme a Canadá o Estados Unidos.
[14:47] Samantha: Quiero trabajar en una editorial o tener un blog y dar reseñas de libros, si gasto para leer, sería bueno ganar por eso.
[14:49] Alessandro: Eso suena bastante bien, seguramente eres buena en lo que te gusta.
[14:51] Samantha: Gracias y yo sé que lo lograrás.
[14:51] Samantha: Apenas te conozco, pero tienes mi apoyo para tu sueño de actor y seguir expandiendo tus negocios por el mundo.
[14:53] Alessandro: Grazie tesoro che dolcezza, normalmente soy yo quien dice esa clase de cosas.
[14:55] Samantha: Ah ok jajaja.
[14:55] Samantha: Oye...
[14:56] Samantha: Se escucha chévere tu plan.
[14:56] Samantha: Estas muy organizado.
[14:57] Samantha: Y bueno, también me gusta la idea de escribir una historia… todo detalladamente cómo me gusta leer o hacer un cómic.
[14:58] Samantha: Y planeo irme a esos países porque allá quiero aprender más pues. Aunque sea trabajando de asistente personal de un cineasta, para ir aprendiendo.
[15:03] Alessandro: Qué bueno, yo también te apoyaré en tus sueños.
[15:03] Alessandro: ¿Querés ser asistente de un cineasta para ayudarte como guionista?
[15:06] Samantha: Gracias.
[15:06] Samantha: Sí, así es.
[15:06] Samantha: Ya que mi sueño como tal es escribir, que vean mis historias ya sea en el cine como guionista o leyendo libros como escritora.
[15:09] Alessandro: Tienes mi apoyo, pero…
[15:09] Alessandro: Alguna vez te pondré a prueba
[15:09] Alessandro: Soy una persona que nunca se conforma, siempre quiero más.
[15:12] Samantha: Bueno. Hay que apoyarse, yo soy una persona soñadora y no me gusta que me bajen mucho de ese sueño.
[15:12] Samantha: A prueba de que?
[15:12] Samantha: Yo tampoco soy conformista.
[15:12] Samantha: Mi sueño lo cumplo sí o sí.
[15:12] Samantha: Oye me caes bien.
Después de este mensaje él no me respondió más, seguramente se ocupó, así que mientras lo esperaba, coloqué música en mi celular y me fui al baño a darme una larga ducha, a ver si con bajo mi desesperación de recibir algún mensaje de él.
Me sentía feliz y creo que es algo que no se puede explicar, pero me emociona mucho haber conseguido hablar con él, tengo esas sensaciones de mariposas que siempre leía que le pasaba a la protagonista cuando estaba con el chico que le gusta.
¿De verdad se siente así? Si así se siente, ¿Por qué tengo una parte de mi que me dice que debería darme mi lugar? Sé las obvias razones, el chico me ignoró, pero soy la excepción, ¿No?
Además no hay nada de malo, solo estamos hablando, conociéndonos… es solo por el sexo.
Aunque fuera por sexo virtual, Alessandro es millonario, podría tener a cualquier chica y quiere sexo virtual conmigo, debería ser positiva.
Sam, está sobre pensando otra vez, disfruta tu momento. Por eso detesto las duchas largas, salgo de mi baño con el teléfono y chequeo si tengo algún mensaje, pero nada.
Eso me desánimo un poco, ¿Qué pasó? Estábamos bien, respondía rápido, ¿Hice algo malo? No, claro que no, no te preocupes Sam, debe estar ocupado, seguramente es algo urgente.
Eres una chica virtual que apenas conoce, él si tiene una vida, tú tienes los libros, él solo quiere sexo, que tú atención no gire alrededor de él.
Entro al chat de él y releo las conversaciones, esto es ridículo, pero me gusta.
La razón de su interés no me importa, me sacan una sonrisa porque siento que finalmente lo logré.
Detengo mis dedos sobre la pantalla en los audios de Alessandro y repito su reproducción, no hice nada para que los enviara, no fui la motivación de hacerlos, tal vez vio porno y solo quiso provocarme.
Los escucho nuevamente, música para mis oídos… estos sonidos solo transmitía escenas perversas en mi cabeza, comenzando a sentir la humedad en la parte inferior de mi cuerpo.
La imaginación es tu peor enemiga, está solo lograba que lo idealizara, pero de una forma sexual.
Mis ganas crecen y aprovecho el momento que sigo desnuda, me quito la toalla y camino hasta la puerta de mi habitación.
Es temprano y mis padres podrían llegar en cualquier momento, así que es mejor prevenir colocando el seguro.
Estoy al tanto para seguir repitiendo los audios y me dirijo a la cama, necesitaré una posición cómoda para hacer volar mi imaginación.
Me sabía muchas posiciones, pero para masturbarse, la posición acostada boca arriba es la más cómoda y la que mayor alcancé tiene para una buena estimulación del clítoris.
Cierro mis ojos y las cosas calientes comienzan a invadir mi mente.
Me encuentro boca arriba sobre la cama y acomodo una almohada debajo de mi cabeza, el celular lo coloco a un lado para seguir escuchando mi motivación.
Dobló las rodillas y separo las piernas, sintiendo un poco de frío, pero a la vez fresco.
Comienzo acariciando mi mejilla con cariño, como si se tratara de otra persona haciéndolo.
Bajo poco a poco por mi cuello arrastrando mis dedos con suavidad y delicadeza.
Paso por mi pecho y me detengo en mis senos, los masajeó un poco, pero tampoco voy con prisa.
Luego de masajearlos por un rato, bajo mi mano por mi piel y me sigo acariciando, pero en círculos.
Llego hasta mi zona íntima y con la punta de mi dedo tocó el timbre, empezando a frotarlo un poco, hacia entre círculos y movimientos de abajo arriba, primero lento y cuando aumentaba la lubricación junto con la excitación, aceleraba.
Como desearía tener un vibrador ahora mismo para mantener ocupada a mi otra mano, ya estaría con un placer al extremo, pero debía conformarme con mis dedos.
—¡Sam, cariño!
Tocan la puerta… mierda.
—¿Estás ahí?
Me asusto y me siento en la cama para luego taparme, era mi papá.
—Si papá —le respondo—, en un momento salgo, me estaba duchando.
Muerdo mi labio y por alguna razón quería reírme, tal vez porque es primera vez que se me ocurre algo atrevido como eso, también por los nervios.
Es emocionante y si no fuera por el seguro, mi padre hubiese entrado a ver cómo me tocaba, otra razón más sentir que estoy creciendo, si cuando me llegó la menstruación por primera vez, se puso a llorar.
Claro que al frente de nosotras estaba serio, pero luego se puso a llorar en el baño o eso me contó mamá.
No es lo mismo, pero tampoco es diferente ahora, obviamente no se pondría a llorar, de hecho estaría incómodo.
De todas formas, él no entraría sin tocar, esa parte se lo deja a mamá, entrar sin permiso, tampoco puedo decirle nada porque tiene la excusa de que yo salí de ella irrumpiendo mucha privacidad.
Así que por los momentos agradezcamos que haya sido mi padre y no mi madre, no sé cómo se lo tomaría, pero es mejor evitar.
—Oh lo siento… está bien cariño, solo vine a avisarte que hay unos nuevos vecinos y tu madre los invitó a cenar.
—De acuerdo, en un momento bajo a ayudar.
—Ponte más bonita de lo que ya eres mi vida, obviamente eres perfecta gracias a mi —dice algo creído y me reí.
—Que no te oiga mamá.
—Por supuesto que no, dirá que te tuvo durante nueve meses para que solo se pareciera a mi. —Vuelve a reírse—. Bueno, ya me voy, te quiero.
—Yo también te quiero.
Escucho que sus pasos se alejan y suspiró aliviada. Casi… ¿Es raro que me siga tocando después de que mi padre me haya interrumpido y además haberme dicho que me quería? No está bien, pero él no sabe lo que hago.
Además, esto fue por Alessandro, así que retomé mi calentura con los audios y me complací, tenía que terminar lo que comencé, aunque esto debía terminarlo Alessandro, él fue que envió esos audios sin aviso para provocarme.
¿Por qué es un deber? Porque siempre debemos terminar todo lo que terminamos, nada a medias o quedaremos inconformes, así que no me juzguen.
Al terminar, me vestí con un estilo hipster, la ventaja de ser mujer es que puedes tardarte horas y van a creer que es porque eres alguien indecisa o que se tarda en arreglarse, gracias fama de mujer.
¿No les pasa que eres extrañamente rara? Me refiero a que no me importa lo que piensen los demás mientras no me vean, pero cuando me ven, me sentiría algo incómoda obvio, bueno, no sé porque para mí eso es raro, ¿No?
Salgo de mi habitación, bajo las escaleras y me dirijo a la cocina para terminar de ayudar a mis padres.
—¿Así piensas presentarte? —dice mi madre al verme.
—Emily… —menciona mi padre.
—¿Qué?
—¿Qué hablamos de juzgar mi forma de vestir mamá? —le recordé.
—Solo que tienes más atuendos bonitos como los vestidos y piensas vestirte así. —sigue picando los aliños.
—Seguramente es la moda mi amor. —Mi padre besa su mejilla.
—Si, además es cómodo, esos vestidos son para ocasiones especiales, a menos que me digas de qué los vecinos tienen un chico, iré arriba a ponerme un vestido y a salir con algo más real que no sea mis libros
.
—Ay cariño, no necesita un vestido para conquistar a un chico, solo debes ser más social —dice mi padre.
—No hables Angel, los hombres siempre son visuales —mi madre le hace un mal gesto.
—Si, pero yo me fijé en tu sonrisa, no en tu atuendo.
Él la toma de la cintura e irrumpe lo que hacía para darle sus muestras de amor. Me encantaba su relación y anhelaba tener una como la de ellos.
—Ok basta, o me harán sentir mal —bromeo.
—Es tu falta —mi padre se separa de mi madre y se encoge de hombros.
—Es temporal, aún pienso que el romance en los libros es mejor.
Mi madre rueda sus ojos por mi respuesta, pero mi padre cambia el ambiente con una de sus tonterías, haciendo que otro momento familiar discutible se vuelva divertido.
Solo faltaba acomodar la mesa y cuando coloco el último plato, suena el timbre, mi madre camina con prisa a atender a su visita.
Jamás había visto a mi madre tan emocionada por recibir a alguien, ¿Nuevo vecinos? No veo nada de nuevo, bueno, yo estaría así por un libro nuevo de un autor fav.
No tengo esa emoción de conocer a alguien nuevo… dice la chica que le encantó hablarse con Alessandro.
Me asomo a ver el recibimiento y pues presto atención a lo que tanto a mi madre le emociona.
—¡Hola, bienvenidos! —los saluda con dulzura.
—Gracias Emily —Sonríe la mujer.
Mi madre se hace a un lado y permite su entrada, yo salgo de mi supuesto escondite y me quedo parada a un lado de mi madre, por el rabillo del ojo noto que mi padre se coloca del otro lado.
—¿Recuerdas a Angel, no?
—Claro, ¿Cómo has estado?
—Muy bien, ¿Y tu? —Mi padre la saluda y le planta un beso en la mejilla.
—Muy bien, tanto tiempo —Se ríe y yo los veo extrañada.
—Ella es mi hija Samantha —me presenta.
—¡Wouh! —se sorprende—, es tan encantadora como tú de joven —halaga la señora.
Quien parece tener una vibra de anciana aprieta mejillas. Yo solo me limito a verla como si algo raro le picó.
—Sam.
Mi madre me toma por los brazos y me pone al frente de ella.
—Ella es mi mejor amiga de la infancia Grecia —presenta mi madre—, él es su esposo Jorge y ella es su hija Lourdes.
El hombre apuesto de cabello negro y barbudo se hace a un lado y muestra a una chica que podría tener mi edad, ella alza la vista de su teléfono y se limita a sonreír con timidez.
Su piel es pálida como la de su madre y su cabello negro como el de su padre, también es lacio y largo, se veía muy atractiva.
—Y ahora son nuestros nuevos vecinos —anuncia mi madre.
—Pues bienvenidos —les sonreí.
Al parecer ellas eran amigas desde pequeñas, luego después de terminar la universidad quedaron embarazadas el mismo año, pero en diferentes meses.
Y bueno, el novio de Grecia, Jorge, que ahora es su esposo, decidieron mudarse a U.S.A después del nacimiento de su hija, quién es mayor que yo por unos meses.
O sea, que pude haber tenido una mejor amiga todo este tiempo. Ahora han regresado para vacacionar aquí, pero han comprado la casa porque querían tener un lugar donde llegar siempre.
—Que bueno verlos —Mi padre abraza a Jorge.
Vaya secretito que tenían mis padres, jamás oí de alguna mejor amiga.
—¿Alguien quiere cenar? —ofrece mi madre y todos están de acuerdo.
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Amigos con derechos
RomanceSamantha Leon es una joven universitaria que tiene un crush en linea, pero después de haber sido ignorada tantas veces por él, finalmente logra llamar su atención como una amante sexual. Samantha y Alessandro tienen vidas totalmente diferentes al ot...