¡¡No me toquen!!

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El segundo peor día de mi vida.
Parte 1.

- De ninguna manera- la voz de la madre de Ian seguía en el aire.
-¿ Qué? - preguntaron Ian y Robert al mismo tiempo.
- No saldrás con ella. Alison, querida, me caes bien y soy amiga de tu madre ,sí, tambien eres simpática y educada ...pero no saldrás con mi hijo.
Ian se atragantó con quién sabe qué.
-¿ A qué te refieres? - preguntó con calma.
- Oh,vamos. Hasta yo puedo verlo,Sebastian. Realmente siento mucho tener que decirlo, pero solo es una niña traumada y te mereces algo mejor.

Jamás creí que podría ser así, cada sonrisa y saludo amable, cada charla con mi madre...todo había sido falso.
- Tolero el hecho de que sean amigos, incluso mejores amigos. Pero esto es demasiado.¿ Quién te crees que eres?
Estaba hablándome a mí, y por alguna razón ninguna palabra salía de mi boca.
- Venir aquí, con miles de problemas...sólo mírate.
- Es suficiente- Ian ya estaba de pie, se había levantado a tal velocidad que la silla cayó detrás de él- ¿ quien te crees que eres tú para hablarle de esa forma?
- Tu madre- contestó mirándome con desprecio- y ya he tenido suficiente con tus actos de caridad. No saldrás con una enferma, por Dios Santo.
-¿ De qué estás hablando ?- exclamó Ian, elevando un poco la voz.
- Está traumada, hijo. Su padre murió hace casi un año, se ve en su cara que es peligrosa, su madre viuda está enferma desde la muerte de su esposo y ella aún más.
Bien, ya no podía aguantar más. Me puse de pie lentamente, no sé como lo logré y hablé antes de que Ian explotara .
-Escuche, ni mi madre ni yo somos enfermas, y usted no tiene porqué inmiscuirse en asuntos que no la involucran en absoluto. Sí, nos estamos recuperando de la muerte de mi padre, pero eso no se está discutiendo aquí. Estoy saliendo con su hijo, y el hecho de mi situación familiar sea delicada no tiene que ver con esto.
- No permitiré que Sebastian salga con una niña traumada.

Perdí la paciencia,pero Ian se me adelantó.
- En primer lugar, no la llames de esa forma. Y en segundo, pues ese no será tu problema,ya que no hemos venido a pedir permiso, solo queríamos decirles.
-Hasta luego, por cierto,la comida estuvo excelente- dije tomando mi bolso y seguida de Ian, me largué de allí.

* * *

Le expliqué la situación a Sam. Ella dijo que era obvio que Ian y yo éramos más que mejores amigos, que cualquiera con un par de ojos lo notaría y que no estaba en contra en absoluto. Y ante la actitud de la madre de Ian estaba furiosa.
- Está bien, mamá- dije para calmarla, la tía Ellie observaba la situación de manera silenciosa, al igual que Lun.

Esa mujer estaba loca si no estaba de acuerdo en que yo saliera con Ian sólo porque mi padre este muerto, ¿ A quien demonios se le ocurre una cosa así?

* * *

El día en el instituto se hizo extrañamente largo. Lo único que me animaba a ir era el hecho de que faltaba cada vez menos para las vacaciones de verano,casi dos semanas.
- Señorita, Wyre. ¿ Puede decirme de que estaba hablando?- la profesora de Ingles me observa detrás de sus grandes lentes. Me acomodo en mi asiento y niego con la cabeza, Ian no había venido a clases hoy por lo que me sentía incómoda e intranquila...
Negué con la cabeza y la mirada baja. Esta era una de las pocas clases en la que sólo estábamos Ian y yo, no tenía a Oliv, Scott ni a Alex cerca.
- Pues preste atención- me regañó la mujer, sentía el peso de todas las miradas del gran salón sobre mí.
Los minutos se alargaron hasta que por fin llegó la hora del almuerzo.
Caminé hasta la cafetería con la esperanza de ver a alguno de mis amigos allí,pero nuestra mesa estaba vacía.
Tenía tanto que decirles a mis amigos.
Oliv ayer por la mañana cuando le había dicho que Ian y yo estábamos saliendo, chilló como una loca; me dijo que estaba muy feliz por mí. También me dijo que hoy por la tarde iría a la casa de Scott y le diría lo que tiene que decir.
-Genial- suspiré con ironía, sin ganas de sentirme sola.
-Hey- me llamó una voz aguda. Me volteé y allí estaba ella, quien había golpeado a Oliv hacia lo que me parecía una eternidad. Quien supuestamente era la novia de Alex.
Ella estaba igual que en ese momento en el baño, en mi primer día de instituto. Con sus tacos altos, su excesivo maquillaje...sólo que ahora vestía el uniforme de las animadoras.
Maldición,lo que me faltaba. Una fresita.
Las chicas detrás de ella rieron, no sé exactamente porqué. Ignoré el motivo y hablé.
- ¿ Melisa?
Sus cejas se enarcaron.
- Otra imbécil que me confunde con mi hermana- gruñó, las chicas detrás murmuraron: " sería imposible no hacerlo, son iguales".
- Disculpa- me adelante a decir- te he confundido con alguien más.
Quise pasar por su lado sin chocarla pero su mano se aferró a mi brazo y me detuvo en seco.
-Pues yo no te he confundido- dijo mirándome fijamente, apretando mi brazo con más fuerza- Eres la zorra que impidió que le rompiera la cara a la estúpida esa...¿ como se llama, Olivia?
- Sueltame- exclamé con voz tranquila, al darme cuenta de que todos los ojos de la cafetería estaban puestos en nosotras.

Maldición.

- Pues no se me da la gana- su aliento de menta chocó con mi frente. No sólo eran sus tacones, ella era más alta y tenía más fuerza que yo, así de claro.
- Escuchame. Me importa una mierda cual sea tu problema con Oliv o conmigo, pero vuelves a llamarla estúpida o vuelves a llamarme zorra , y te arrancaré esas extensiones baratas con uñas que no son postizas.
Ella rió y a su vez, todas sus fresitas amigas animadoras que ahora estaban a nuestro alrededor. Aprovechando que se distrajo, me solté y empujé a varias personas hasta lograr salir de la cafetería. Al dirigirme a mi casillero, mi bolso cayó al suelo.

" ZORRA TRAUMADA"

Estaba escrito sobre mi casillero.
Allí estaba yo, con los ojos muy abiertos y los libros en el suelo.
¿ Cual era la necesidad de hacerme algo así? ¿ Qué había hecho de malo?
Me sequé las lágrimas antes de que cayeran, tomé mis libros del suelo, los amontoné en mi bolso y corrí hasta la salida.
Me importaba una mierda si tenía clases o no; quería largarme de allí.
Me había acostumbrado a que Ian me trajera a casa por lo que al intentar volver no pude evitar perderme.
Más la impotencia que sentía, mis pasos rápidos y mi mente en cualquier lugar menos en pensar en la dirección correcta termine en un barrio extraño.
Busqué mi celular pero no lo encontré.
Ya estaba anocheciendo y no quería dejar de caminar necesitaba descargarme... Cuando por fin me concentré, noté que estaba en una calle vacía y que ya anocheció. Comencé a desesperarme, mis pasos hacían eco sobre la acera. El barrio parecía un lugar humilde, poco iluminado y con casas pequeñas.
Noté silbidos a mis espaldas.
- Mira lo que tenemos aquí- dijo una voz grave y rasposa. En cualquier película sería obvio que esto pasaría, incluso supongo que ya lo sabía y que solo que intenté mantener la compostura y me esforcé en encontrar el camino de regreso, pero ya era tarde.
Volteé rápidamente y allí estaban. Siete hombres mirándome como si nunca hubiesen visto a una mujer en su vida. Tragué saliva y eché a correr como alma que persigue el diablo.
No conocía el lugar, terminaría encerrandome en un callejón si es que ellos no me alcanzaban antes.
Grité con la esperanza de que alguien me escuchara, pero lo único que recibí a cambio fueron las risas de exitacion de los hombres detrás de mí.

. Era pequeña, tenía piernas más cortas que ellos.
.Eran siete, y yo estaba sola.
.No conocía el lugar.

Estaba perdida, en todos los sentidos.
Me detuve al ver que ciertamente estaba en un callejón sin salida. Volteé lentamente para verlos, eran altos, grandes y por lo que veía, viejos.
- Eres muy bonita- dijo el que me había hablado antes. Se acercó a mí y comenzaron a rodearme.
¿ Me matarían, o solo iba a ser violada ? Antes de darme cuenta un par de lágrimas ya habían caído por mis mejillas.
- No llores, cariño- dijo otro acercándose a mí- Te haremos sentir bien...
Lo primero que hice fue solo por instinto. Abrí la palma de mi mano por completo y la estrellé en su rostro arrugado. Su expresión se arrugó más ante el golpe,y antes de que pudiera ver su expresión de furia su puño me golpeó en la mejilla, tirandome al suelo con el cabello en la cara y el cuerpo flácido.
Apenas podía ver, mi mejilla izquierda comenzaba a hincharse y a sangrar. Mi cabeza ardía.
- ¡¡ Zorra!!-gritó lanzándose sobre mí, aplastandome.
Al menos lo había intentado, pensé mientras temblaba y me sacudía al sentir sus manos sacándome la blusa. Rompió la tela antes de que una mano lo agarrara desde arriba por la chaqueta y su cuerpo volara hasta la pared del callejón. Se escucharon muchos gritos y ruidos de golpes...
Mi cuerpo se sentía pesado y mi visión estaba definitivamente borrosa y oscura.
- Papá- susurré apenas audiblemente, llamándolo.

Antes de que todo se apagara.

Seamos felices juntos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora