Me quede congelada al verlo en el umbral de la puerta. Mike Preston, el tan temido castigo estaba ahí parado en el primer escalón con ambas maletas a los costados de su cuerpo. El sonreía, pero yo no hacia nada mas que mirarlo, no recordaba que fuera tan alto, su cabello marrón quebrado enmarañado, con una mirada penetrante, café como el lodo, eso me pareció gracioso internamente.
—¿Qué?— Apreté los labios, ahora lo recuerdo perfectamente, esos vagos recuerdos de la niñez sobre el habían sido sustituidos por sus bromas, travesuras y esa manera tan egocéntrica de hablar. — ¿Te quedaras observándome con esa mirada tan encantadora o me vas a dejar pasar?
—Pues si fuera por mi...
—Addy—. me detuvo Ethan.
—Pasa— Gruñí.
Mike entró a la casa rodeándome, aunque golpeándome ligeramente en el hombro con el suyo a propósito.
Al instante en que Mike puso un pie en la sala Ethan se levantó como rayo a saludarlo, mi hermano parecía bastante feliz de recibirlo en casa. Ethan trotó hasta Mike, el cual al ver que su mejor amigo de la infancia se dirigía hacia el soltó las maletas para saludarlo de la manera mas masculina posible. Ambos se abrazaron y después Ethan lo invitó a sentarse en el sofá a ver televisión.
—¡Cuanto tiempo hombre! —Exclamó Ethan con una sonrisa de oreja a oreja.
—Es bueno verlos de nuevo. —Afirmó Mike sentándose en el sillón de una buena vez. Entonces el dirigió su mirada a la mía, ahora me parecía vergonzoso haberlos estado viendo tanto tiempo, Mike me sonrió y yo bufé, apartando la mirada. —Aunque parece que no todos están alegres con mi visita.
—¿Visita? —Resople cruzándome de
brazos— Vivirás aquí.—Addy, ¿serias tan amable de llevar las maletas de Mike al cuarto de huéspedes? —Me sonrió Ethan.
—Espero que estés bromeando.
Ethan se encogió de hombros sin borrar esa enorme sonrisa de su rostro.
Gruñí como por tercera vez en estos últimos minutos y tomé ambas valijas furiosa.
Subí las escaleras con pasos pesados ¿Quien se creía que era? Mas bien, ¿Quien demonios se cree que es para venir así como así a invadirme? Terminé de subir las escaleras y después de caminar por el corredor hasta el ultimo cuarto abrí la puerta de una patada y dejé las maletas a un lado de la cama.
Todo en el cuarto lucia viejo, hacía tanto tiempo que no se usaba esta habitación que prácticamente nada a salido de su lugar desde entonces, aun olía un poco a polvo pero no es nada que no se pueda soportar.
Me senté en el borde de la cama y mire hacia todos lados, este cuarto me traía muchos recuerdos, mayormente alegres, como esa vez que Ethan y yo hicimos un fuerte porque pensábamos que un fantasma rondaba por nuestra habitación, o cuando Kara durmió aquí un tiempo y Ethan trató de asustarla con unas viejas cortinas, eso fue muy graciosos en su momento.
Solté una risita por lo bajo mientras pasaba la mano por el cobertor de la cama.
—¿Interrumpo algo? —Escuché la voz del chico intruso con cabello marrón y alce la mirada hasta el. Lo que me hizo rodar los ojos, al parecer le resultó divertido. —Deberíamos llevarnos bien Addy.
Caminó hasta sentarse a un lado de mi en la cama, pude sentir como su peso hundía el borde de la misma.
—¿Quien te autorizó a llamarme así?
—Disculpa, me corrijo: Adeline. —Sonrió a medias. —Gracias, por subir mis maletas, estaba a punto de hacerlo yo mismo pero tu hermano me retuvo. Lo siento.
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The High School Mess (THSM #1)
RomanceAdeline Fellon es una adolescente a un año de terminar la preparatoria, todo iba perfecto en su vida, todo parecía bien, con sus innumerables talleres ella permanecía ocupada todo el tiempo lo cual la hacia divertirse en cierto modo. Un día su vida...