Capitulo 1

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La lluvia arremetía con fuerza sobre las calles vacías de Kuoh, y el uniforme empapado de Kiba Yuuto reflejaba la tormenta interior que lo atormentaba. Cada paso bajo la lluvia era como un eco de su propia desesperación, mientras murmullos de decepción resonaban en su mente.

—¡Mierda! —maldijo Kiba, golpeando con rabia un poste de luz cercano. La lluvia no podía lavar la frustración que lo consumía, y cada golpe contra el concreto era un intento desesperado de liberar la carga emocional que llevaba.

¡Isaiah! ¡Yuuto-kun!

las voces del pasado parecían perseguirlo, recordándole su incapacidad para proteger a quienes más le importaban.

En medio de su tormento, una figura femenina emergió de las sombras, como si la propia noche la hubiera convocado. Con su cabello verde jade empapado, se detuvo a una distancia considerable de Kiba, disfrutando de una piruleta con una actitud intrigante.

—¿Por qué lloras? —preguntó con suavidad, mientras el sonido de la lluvia proporcionaba el telón de fondo perfecto para la tristeza de Kiba.

—No estoy llorando—respondió Kiba levantandose—. Solo es la lluvia—agregó con una pequeoa sonrisa en su rostro.

—Claro, la lluvia...—habló la mujer con un tono divertido—. No trates de ocultar tu frustración y tristeza, caballero de Rias Gremory.

Kiba se tenso ante la mención de su rey, dio un par de pasos hacia atras con cautela sin despegar su mirada de la mujer.

—¿Quien eres?—cuestionó Kiba manifestando una espada demoníaca en su mano, listo para la batalla.

—Realmente no importa quien soy en este momento—respondió la mujer.

La mujer de cabello jade se dio cuenta que Kiba aumento el agarre en su arma y solo era cuestión de segundos para que se desate un enfrentamiento sobre ella.

—No hay necesidad de pelear, Kiba-san—dijo la mujer con una risita.

*Clanck*

Como si fuera un juego de niños, la mujer partió su espada demoniaca en dos sin dificultad.

Kiba se tambaleó hacia atrás con los ojos muy abiertos en confusión. Le tomo unos largos segundos procesar que su espada habia sido partida en dos y el no se percató hasta el último momento.

—No estoy aquí para pelear, tampoco soy tu enemigo —aseguró la chica de cabello jade, con una serenidad que contrastaba con la tormenta que azotaba el entorno—. Estoy aquí por ordenes de mi rey.

Kiba se tensó, involucrarse con una nobleza desconocida era lo que menos queria en estos momentos.

Debo informarle a Rias-sama sobre esto—pensó Kiba.

—El puede ayudar a tu rey con el compromiso que se avecina—dijo la mujer rápidamente al percatarse de las intenciones de escapar del caballero Gremory.

Kiba detuvo la manifestación de un círculo de teletransportación al escuchar esas palabras.

—¿Ya ves que no somos enemigos?—dijo la mujer mientras le daba un mordisco a su piruleta y lanzaba lejos el palo qué la sostenía—. Tenemos objetivos similares, los cuáles cruzan nuestro camino momentáneamente hasta que todo se resuelva.

—¿Quien es tu rey y por que esta interesado en intervenir en este compromiso?—inquirio Kiba.

—No es mi lugar el contar las motivaciones personales de mi rey y su identidad aun no es tiempo de ser revelada—respondió la mujer—. Pero si confías en el entonces hay una posibilidad de que Rias sea libre de su compromiso con el joven hijo de la familia Phenex—agregó la mujer mientras sacaba otro dulce de la nada y comenzaba a masticarlo.

El hijo olvidado de la destrucciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora