Capítulo 4

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La oficina donde Rias Gremory se encontraba fue extrañamente sencilla siendo el lugar principal de un Lord como su padre.

Un piso reluciente capaz de devolverte la mirada, estantes repretos de libros y pergaminos cuidadosamente ordenados, armaduras antiguas de plata en cada esquina de la habitación simulando a guardianes y un gran retrato familiar detrás del escritorio de su padre.

Para finalizar, la habitación es iluminada por un candelabro en el techo qué sostiene un par de velas de cera.

Habían pasado unas dos horas desde la interrupción de su compromiso con el tercer hijo de Phenex y ahora Rias estaba esperando a la llegada de su padre, necesitaba una explicación de todo esto.

Matuvo la espalda recta en su asiento frente al escritorio de su padre y sus manos descansaron en su regazo.

Se mantuvo en esa posición sin moverse, sin pestañear, sus ojos azul verdosos fijos en el gran retrato frente a ella.

Era un retrato de su padre sentado mientras en una pierna estaba ella de niña y en la otra había un adolescente de brazos cruzados y una mueca.

Detrás de ellos estaba su madre, Venelana Gremory, sosteniendo un pequeño bebe envuelto en una manta blanca.

Sus ojos no dejaron el retrato o mejor dicho, no dejaron de mirar al adolescente.

Ojos rojos profundos como la sangre recién derramada, un cabello blanquesino como la nieve y una mirada tranquila e indiferente.

Ella no se dio cuenta, pero una sonrisa se extendió en su rostro al ver como su padre se reía mientras revolvía el cabello del adolescente, la causa de su mueca de molestia en el retrato.

—Naru-ani...

Recordó la última vez que vio a su hermano mayor, la última vez que vio la luz de su vida...

Rias frunció el ceño al despertarse en medio de la noche, cerro los ojos con fuerza, intentando volver a dormir de nuevo.

—¡Aaaaahhhhhh!—grito Rias mientras se retorcía entre las sábanas ante el fastidio que sentía por no ser capaz de dormir.

—Lamento despertarte, tía.

Rias emergió de entre las sabanas y miró a su izquierda sorprendida.

Sentado en una silla estaba Naruto, su hermano mayor aunque su aspecto no era el usual.

—Naru-ani—Rias gateó sobre la gran cama hacia el borde, ella estiro su mano para alcanzar el rostro de Naruto y cuando lo hizo, lo acaricio mientras lo miraba con preocupación—. ¿E-estas bien?

Naruto se río secamente en respuesta.

Rias espero una respuesta pero al final no llego, en ves de eso Naruto hablo de algo extraño.

—Se fuerte Rias, se tan fuerte para que el mundo te reconozca como Rias Gremory y no como la hermana menor de Sirzechs Lucifer o la hija de la familia Gremory—comenzó a hablar Naruto, tomando las manos de la pequeña Rias entre las suyas mientras la miraba con sus "ojos"—. No importa que camino eligas, yo estaré ahí para brindarte mi apoyo incondicional, estaré ahí para levantarte cuando te caigas, estaré ahí para guiarte.

Rias no entendía sus repentinas palabras y tampoco quería entenderlas.

Sintio una punzada en su corazón, parecía una señal que le decía que algo anda mal.

—No importa lo que digan de mi, no importa que tanto intenten ensuciar mi nombre...

Naruto se acercó a ella y le dio un beso en la frente.

El hijo olvidado de la destrucciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora