El hijo olvidado de la destrucción

capitulo 5

—¡Maldita sea!—Riser grito desde lo más profundo de su alma, frustrado por la situación en la que se encontraba.

Sus manos se encendieron en llamas, y desató su furia contra criaturas de diferentes tamaños. Al mínimo contacto, las criaturas fueron calcinadas hasta desaparecer.

—¡Maldito Naruto! ¡Maldito Lord Gremory!

Riser continuó desahogando su furia sobre las criaturas que intentaron atacarlo en vano. Sus llamas eran como grandes olas que cubren todo a su paso, sin dejar espacio para que sus víctimas huyeran o contraatacaran.

Una criatura similar al minotauro de las leyendas logró atravesar las llamas y se acercó lo suficiente para cortar el pecho del Phenex con una hacha enorme.

Riser lo alejó una patada y lanzó una corriente de fuego sobre el, pero no obtuvo el resultado deseado. La figura del minotauro avanzó através de las llamas, balanceando su hacha en un intento de decapitarlo.

El tercer hijo de los Phenex apenas esquivó el hacha. Un pequeño corte apareció en su cuello, pero rápidamente se cerró, al igual de la gran herida en su pecho.

La bestia golpeó a Riser con el puño, enviándolo al suelo sin esfuerzo.

Riser intentó reincorporarse, pero vio el hacha descender sobre el. Rodo por el suelo y liberó una llamarada desde sus puños que lo impulso hacia el aire.

—¡Muere, asquerosa bestia!—grito Riser, su ira manifestándose en su fuego.

Desató una explosión de llamas que engulló al minotauro, reduciéndolo a cenizas al instante.

El Phenex cayó al suelo pesadamente. Aún estaba enojado, pero ya no tenía con quien desahogar su frustración. Su último ataque había calcinado a todos los monstruos alrededor, y solo quedaba el, junto al campo que había arruinado.

—No comprendo como mi rey puede siquiera creer que podrás hacerle frente a Naruto.

La voz lo tomo por sorpresa. Se dio la vuelta brusvamente, su cuerpo en sufriendo una gran tensión. No había sentido la presencia de alguien más a su alrededor, y eso lo inquieto. No era el mejor en detectar energías, pero tenía un nivel decente.

Una figura femenina avanzó hacia el, su cabello es largo y rubio, en su mayoria oculto bajo un sombrero negro ligeramente inclinado para cubrir sus ojos. Llevaba un uniforme militar negro y rojo con botas de tacón alto.

—¿Quien eres tu?—pregunto Riser, sus puños entendiéndose en fuego como advertencia.

La mujer se detuvo a unos pasos de distancia. Aunque su rostro estaba parcialmente cubierto, Riser sintió que lo observaba con una mirada penetrante.

—Una sirviente bajo las órdenes de uno de los siete príncipes del infierno—respondio ella con calma.

Riser dejo aún lado su fuego y la miro escéptico.

—No importa si me crees o no—dijo, notando la mirada que le estaba dando—. Solo escucha lo que el príncipe Morningstar tiene para ofrecerte.

—¿Ah cambió de qué?—inquirio Riser.

Nada es gratis y menos cuando es entre demonios.

—Poder—respondio la mujer, extendiendo su palma hacía el.

Un orbe carmesí floto sobre su palma. La energía que emanaba era oscura y maligna, tan intensa que la poca vegetación que quedaba a su alrededor comenzaba a marchitarse.

—¿Que esperan que logré?

La mujer sonrió.

—Mata a Naruto Gremory—ella dijo.