Capítulo 1

7 0 0
                                    

"Los tejidos son la evidencia de lo qué alguna vez fue un buen soldado"

Anónimo.

Chispa cegadora qué volaba hacia mi cara pero ante este acto mis ojos ni sé inmutaba, ni siquiera un parpadeo para ser protegido de las brasas por mi propia piel, por el simple hecho de ver a numerosos enemigos en unas trincheras mal hechas, olores qué hasta al hombre más morboso le daría disgusto, piel quemada y Dios sabe qué más cosas colaboraban con ese aroma de muerte - ¡Rápido, se aproxima una segunda horda! - Escuchaba gritar al capitán desesperado por acabar con los problemas qué teníamos en nuestro propio territorio, siendo testigo de cómo movía su cuchillo de forma rápida pero elegante, su rifle había quedado incrustado en el pecho de un soldado qué se acercaron por dúo, al segundo le tocó sentir su cuello abrirse en dos por un tirón ágil de una hoja afilada, pintando el barro con su sangre.

Esto había sido una patada en el culo, llevamos días sin saber del enemigo, se lo estaban jugando todo en un ataque sorpresa algo desesperado, no habían numerosas bajas pero las posibilidades de siquiera poder ganar empezaban a disminuir, más con lo desesperados qué se veían por matarte - ¡Atrás hijo de puta! - En un reflejo miré por encima de mi hombro encontrando un enemigo armado, lo siguiente qué se escuchó fue un tiro seguido de madera volando me había logrado cubrir detrás de las cajas antes de ser perforado de lleno por una de sus balas. Cómo si fuera un mecanismo respiré hondo antes de asomarme un segundo después para ser yo el de tiro certero, lo tomé justo cuando estaba sacando otra bala para matarme, lo siguiente qué sentí fue un alivio al verlo caer al sucio barro, siquiera tuve un respiro al escuchar disparo por el sentido contrario - "Capitán, escucho órdenes" - Este era un sitio estratégico, ¿Pero si quiera teníamos oportunidad de ganar?, No era casualidad qué se le había ocurrido un ataque sorpresa, esto debe estar pasando en otros puntos, algún maldito mensajero habrá pasado sin siquiera darnos cuenta, quedando en la difícil situación en la qué nos había dejado - "¡Capitán!" - "¡Ymir!" - Grité al capitán al verlo tener lo qué parecía un debate consigo mismo, al escuchar mi llamado me miró de mala forma por ni siquiera tomarme la molestia de respetar su rango al llamarlo por su nombre - ¡Retirada, maldita sea!, Esto no será lo único qué veremos de ellos, esto es parte de algo más grande, siguen así porqué saben qué terminaremos cediendo, ¡Tomad municiones, comida y todo lo qué sea de utilidad, YA! - toque la punta de mí casco para moverlo hacia abajo mientras agachaba mi frente dándole un saludo de despedida antes de salir cómo alma qué lleva el diablo hacia el frente de la trinchera, ni siquiera tuve qué adivinar qué me tocaría cubrir mientras los demás se llevaban todo lo qué podía - La próxima vez qué me llames por mi nombre en servicio, te asesino con tu placa, ¿Entendido? - Yes, Sr. - No duro mucho el intercambio de palabras, ambos nos agachamos repentinamente al escuchar un disparo qué roso cerca de nosotros, maldita sea, esa mierda había silbado muy cerca de mi.

Mis ojos se asomaron solo para perder el aliento junto a cualquier esperanza de ganar, eran muchos, creo qué ni siquiera matando dos por bala podría con todos, además de no tener los suficientes cartuchos. Sentí un escalofrío al escuchar gritos, tal parecía qué respondían el fuego, ya habían más heridos, ante de quedarme con las manos cruzadas empecé a dejar mi reputación clara dando tiros certeros dejando salir humo del cañón de mí arma, uno, dos, caían pero eso no parecía darle temor a sus compañeros, corrían con furia, ni siquiera el muro de balas hecho por la única metralleta en nuestra disposición - La metralleta no va a aguantar por siempre, debemos aprovechar estos minutos, cálculo unos dos - Fue interrumpido por un tiro qué dió justo en el piso frente a nosotros dejando volar barro en el aire, ambos no agachamos aún más sintiendo esos pequeños montículos caer sobre nosotros dejando nuestros uniformes más sucios - Podemos cortar camino por las minas, me sé el paso estuve aquí cuando las pusieron, tu... - ¿Yo? - Lo miré con duda - Mira, sé qué puedes, tampoco es tan difícil - ¡Eh!, ¿Entonces, por qué no vas tú? - ¿Te sabes el camino? - cómo si fuera para presionarme aún más, ráfagas de tiros eran más cercanas, pequeños agujeros aumeantes era esparcidos por el piso dejando balas vacías las cuales no quería qué pronto estuvieran en mi carne, temeroso vi a lo qué se suponía era lo qué sería una máquina de órdenes - Está bien, ¡Joder!, Te escucho - En la granja hay una camioneta - No cabremos todos - Noté su mirada sorprendida, cómo si no quisiera darme la noticia, fui yo mismo él qué empecé a explorar con la mirada el infierno qué se había vuelto esa trinchera, ¿Estuve tan hundido en salvar mi vida, en qué momento no estuvieron masacrando de tal forma?, Ni siquiera podía reconocer las caras de algunos, solo había un cuenco vacío de lo qué antes pude llamar compañero - Voy por la camioneta - bajaba mi cara aceptando la realidad, parece qué la vida no le da importancia a nuestros lazos...o podría decir qué nosotros mismos.

Ya se podía sentir el frío, tomaba aire con profundidad mientras corría entre todo ese barro, maldecía no tener un par de medias más, de seguro tendría algún salpullido o quién sabe cómo quedarán mis pies con este frío y humedad. Ya podía ver el granero cómo un faro de esperanza, el cuál perseguía con más apuro al escuchar los disparos a los lejos, calculaba qué había pasado unos cinco minutos corriendo pero no sabía si había sido lo suficientemente rápido para qué aún quedara alguien, no vería a Ymir muriendo...pero es mejor no dejarlo a la suerte.

*Rifhhhhh*

La gran puerta de madera se abría de golpe por la patada qué le di, pude ver a varías gallinas corriendo por el estruendoso sonido y justo delante de mí la supuesta salvación de mi compañero - En marcha cacharro, no queda mucho tiempo...solo espero qué hayan retrocedido al punto de reunión - no perdí ni un segundo más en poner mi mano en el pomo del auto y subirme en el puesto del conductor...









Y este fue mi primer capítulo, el segundo puede ser subido dentro de 48 horas, no se lo pierdan *guiño, guiño*.


Byeeeeeeee.

Mundo Agridulce Donde viven las historias. Descúbrelo ahora