un nuevo contrato

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El festejo paso, por supuesto mi estado no impedia llevar a la pequeña a divertirse jugar un poco, no recuerdo demaciado estaba bastante perdido en mis pensamientos, en mis miedos para ser preciso. Solo alcanzo a recordarla sonriendo y riendo de vez en cuando, solo tenia que aguantar un par de horas y por fin nos iriamos de Arkham de vuelta al pueblo... la pequeña apesar de divertirse por momentos se tensaba un poco.

Aun no le preguntaba pero estaba seguro de que tenia que ver con los gritos de ese hombre o... quiza yo dije algo en el momento que tenia la vision sin tener control de mi.

El viaje de regreso fue silencioso y tranquilo pude despejar un poco mi mente pero aquella ciega era muy perspicaz y varias veces me pregunto como estaba yo... tuve que mentirle, no le diria que la cordura se escapaba de entre mis dedos como si de agua se tratara... pero aun asi la presion en mi pecho se asentuaba cuando contestaba y en el fondo creo que sabe que le mentia ya que esa tarde mientras acampabamos hablo conmigo mientras terminaba de prender el fuego.

-cazador... ¿en verdad te encuentras bien? Desde ayer tu tono de voz suena diferente a lo normal

-No te preocupes, estoy tan bien como puedo despues de tener esa vision- me senti mejor, no le menti aunque tampoco conteste como tal su pregunta.

-esta bien, pero te ayudare en lo que pueda, solo pidelo- contesto haciendo un gesto con el pulgar.

-En ese caso pasame la mochila que tiene tela y un cuero rugozo-
Ella a tientas comenzo a buscar la mochila con dichas caracteristicas y me la extendio al frente de ella, me levante y la tome, supongo que creyo habermela puesto enfrente de mi, pero quedo apuntando a un lado.

-aqui esta, mochila de tela con un cuero rugozo!- exclamo triunfante por un momento antes de ver su sonrisa desaparecer. Y esta vez fui yo el que le hizo la pregunta.

-Ocurre algo?-

-me deprime ser una carga- dijo sin ningun rodeo de forma algo desanimada, cerca del llanto pero no tanto y luego continuo

-tu tienes que cuidarme por que no pudiste deshacerte de mi, intentaste matarme una vez y sabes que soy una carga y un gasto de recursos... estarias mejor sin mi- esas palabras, no eran de ella alguien se las dijo y lo creyo por completo.

-siendo honesto contigo y hablandolo desde una cierta perspectiva tienes razon, pero alguna vez has pensado como era mi dia a dia antes de haberte escuchado gritar aquel dia?

-no lo se... quiza mas tranquila, menos complicada- contesto con el mismo tono. Esta vez nisiquiera lo pense

-era una existencia bastante gris, con una tormenta... sin ningun rayo de luz. Solamente avanzaba en la obscuridad buscando mi siguiente contraro... pero tu, tu presencia... yo no debi si quiera pensar en asesinarte aquel dia, tenia miedo de esto... no me queria dar la oportunidad de ser feliz... siempre termina igual para mi, de una u otra forma... ahora a la tormenta se le agrego truenos que retumban... pero eso solo esta a mi alrededor ya no sobre mi, por que eres la rayo de sol que ilumina mis dias- decia mientras acomodaba y prendia la hoguera.

-no me arrepiento de tenerte a mi lado pequeña ciega- posando mi mano cubierta por mi guante en su cabeza le dije tan suavemente como podia. De sus grises ojos comenzaron a brotar lagrimas mientras sujetaba mi mano que estaba sobre su cabeza con las dos suyas.

-Gracias...- fue todo lo que dijo antes de abrazarme, cosa que me tomo por sopresa haciendome medio reaccionar pero alcanzando a detenerme a tiempo.

-Tu armadura es fria, pero tu eres muy calido... a tu manera jijiji- me dijo sin soltarme. En ese momento me quite el brazal y el guante de mi mano derecha, tocando por primera vez su cabello... era una sensacion calida.

El Cazador Y La Pequeña Ciega Donde viven las historias. Descúbrelo ahora