El Imperio del Hombre

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Sobre lo que hoy es Tander, se erguía Nerus Cargar, apodado en su tiempo como "El Terrible" por sus adversarios, pero para su pueblo era simplemente "El Grande". Convirtió su pequeño reino, una sola ciudad, en un imperio rugiente con la visión de crear un único imperio para los humanos: "El Imperio del Hombre". Este es un relato, una de esas luchas: La Batalla por Culdurr.

Los vientos de la guerra soplaron fuertes en Culdurr, una ciudad estratégica en el camino hacia la conquista del Imperio del Hombre. Sus altos muros de piedra resplandecían bajo el sol ardiente, y las calles resonaban con la actividad frenética de sus ciudadanos, quienes se preparaban para lo que se avecinaba. Los estandartes de Nerus Cargar ondeaban sobre las murallas, un recordatorio constante de la ambición del Gran Imperio.

En la víspera de la batalla, un joven soldado llamado Rod Starby miraba nerviosamente el horizonte, su armadura brillando a la luz de las antorchas. Roderic había crecido en las tierras del oeste, lejos de la corte imperial, y esta era su primera vez en el campo de batalla. A su lado, su mentor, el experimentado capitán Jhon Callan, intentaba calmar sus nervios.

"Recuerda, Rod, en la batalla, la unidad es nuestra mayor fortaleza", dijo Callan con voz serena. "Luchamos por el Imperio y por nuestros hermanos de armas. No estás solo aquí".Roderic asintió, tratando de mantener su determinación. La noche cayó y el campo de batalla se iluminó con antorchas y hogueras. El ejército del Imperio se alineó frente a las imponentes murallas de Culdurr,las cuales cubrian toda la Peninsula, listo para el asedio. La tensión en el aire era palpable, y los corazones de los soldados latían al unísono.

La batalla comenzó con un estruendo ensordecedor cuando las catapultas del Imperio del Hombre lanzaron sus proyectiles contra las robustas murallas de Culdurr. Las enormes rocas se alzaron en el aire antes de estrellarse contra las antiguas defensas de la ciudad, haciendo que temblaran bajo la fuerza de los impactos. Los defensores de Culdurr respondieron con una lluvia de flechas encendidas y bolas de fuego, iluminando el cielo nocturno con un espectáculo aterrador de luces y llamas.

El campo de batalla se convirtió en un frenesí de caos mientras las dos fuerzas chocaban con ferocidad. El aire estaba saturado de gritos de guerra y rugidos de combate, y el estruendo metálico de espadas chocando contra los escudos resonaba como un trueno en la noche. Las catapultas continuaron lanzando proyectiles incendiarios, convirtiendo la oscuridad en un escenario infernal de explosiones y llamaradas mortales.

Roderic Starby, el joven soldado, luchaba con valentía junto a sus camaradas, su espada brillando en medio del caos. La confusión y la adrenalina lo envolvían mientras se enfrentaba a enemigos desconocidos en la penumbra de la noche. Los defensores de Culdurr, con su feroz determinación, demostraron ser un obstáculo formidable para el avance del Imperio del Hombre.

La batalla por Culdurr se prolongó durante días, y cada amanecer traía consigo un nuevo enfrentamiento. Los sólidos muros de la ciudad resistieron tenazmente los embates, y las bajas en ambos lados aumentaron sin tregua. Rod y Callan, junto con los soldados imperiales, lucharon con honor y valentía, pero el costo de la guerra era alto, hasta que incluso el experimentado capitán Callan cayó en combate.

El campo de batalla se tiñó de rojo con la sangre de los caídos, mientras el estruendo de las espadas y los gritos de los heridos llenaban el aire. Roderic Starby, con el rostro cubierto de sudor y sangre, avanzaba con determinación, luchando por el Imperio y por los camaradas que habían perdido la vida en esta lucha brutal.

A medida que la batalla se prolongaba, Rod se dio cuenta de que esto trascendía la mera conquista. Había algo más profundo en juego, algo que iba más allá de las ambiciones de Nerus Cargar. La feroz pasión de los defensores de Culdurr por proteger su hogar y su libertad rivalizaba con la ambición del Imperio del Hombre, y esta pasión impulsaba su resistencia con tenacidad inquebrantable.

El asedio continuó durante días y noches interminables. Los muros de Culdurr, apodados como ¨El gran Muro¨, se mantenían firmes, desafiando a los invasores. Los defensores, a pesar de las adversidades, no se rendían. La ciudad estaba marcada por el fuego y la destrucción, pero su espíritu seguía inquebrantable.

La Batalla por Culdurr se convirtió en una epopeya de resistencia y sacrificio, una lucha titánica entre dos fuerzas igualmente obstinadas. Los soldados imperiales no solo se enfrentaban a los defensores de la ciudad, sino también a la creciente sombra de la duda que se cernía sobre ellos. ¿Valía la pena el costo humano y la destrucción que se desataba en su búsqueda de poder y conquista? Era una pregunta que comenzaba a pesar en las mentes de muchos en el Imperio del Hombre.

Ningún imperio perdura eternamente; a lo largo de la historia, ninguno ha sobrevivido mil años, y Nerus Cargar estaba destinado a descubrirlo cuando una misteriosa amenaza emergiera de las profundidades del Gran Océano...

Crónicas de Taerra: Magia, Aventura y TecnologíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora