Miré hacia arriba y vi unos jeans azules, zapatillas del mismo color, una remera roja con el número 13 en blanco y despues de unos segundos escuché la melodiosa voz de David preguntándome si estaba bien y que me había pasado. Yo le respondí que me había tropezado porque, por mucho que lo quisiera a David, no quería que terminara con Reyna.
Él me ayudo a recoger mis libros, me los dió en la mano luego de ayudarme a levantar del piso y yo los metí en mi bolso.
-Melissa, quieres que te acompañe a tu casa? Te ves mal...
-No, gracias David, puedo ir sola. Nos vemos mañana.
Me hubiera encantado decirle que si, pero el estaba con Reyna, y no querría hacerle problema a David si Reyna nos encontraba caminando juntos, a ella no le importaría el motivo, se que ella haría lo posible por hacerme quedar mal frente a todos.
A la mañana siguiente, me desperté en mi cuarto, tenía varios posters de cantantes de pop y de animes en mis paredes blancas, mi escritorio marrón en un costado, mi PC arriba de éste, mi placard frente al escritorio y mi mesa de luz justo al lado de mi cama. Mi teléfono celular tenía un mensaje, pensé que sería David por lo que había pasado ayer, pero no, era mi tía Stella diciendome que tendría que ir a su casa este fin de semana a cuidar a mis primos menores.
Salí de la cama, abrí mi placard celeste con flores blancas pequeñas y saqué un jean, una camisa blanca lisa y mis botas negras. Tomé mi bolso que estaba tirado a un costado de mi cama, debajo de mi mesa de luz y bajé a desayunar. Mi padre no estaba porque se había ido a trabajar temprano, y mi madre estaba preparando unas tostadas. Me senté en la mesa y tomé mi café rápido para poder llegar a tiempo a la escuela. Eran las 7:00 AM. Mi madre se dio media vuelta, caminó hasta la mesa y me sirvió las tostadas.
-Buenos días, Mel. Quieres que te lleve a la escuela? Me queda de paso para ir al trabajo.
-No, está bien. Iré caminando.
Me dedicó una sonrisa y subió las escaleras hasta entrar a su cuarto. Al cabo de un minuto bajó con su maleta de trabajo. Cuando ella pisó el último escalón de las escaleras yo ya había terminado de comer mi tostada. La esperé para salir y ella se dirigió al auto y yo seguí mi recorrido diario para llegar al Instituto
Caminé tres cuadras cuando un auto lujoso pasó rápido por al lado mio pegado al cordón de la calle y mojó mis jeans. Pude distinguir la cara de Reyna y sus amigas dentro del auto, riéndose.
Al llegar a la entrada, me crucé con Thomas, quien me saludó alegremente y subimos los escalones de la entrada hasta llegar a la puerta principal. Abrimos la puerta y solo se podía ver una multitud de chicos y chicas caminando por los pasillos anchos de la escuela. Entre ellos estaba David, hablando con sus amigos del equipo de baloncesto. Thomas y yo nos dirigimos a nuestra aula subiendo las escaleras pasando el tercer pasillo a la izquierda.
Yo me senté en el primer banco, como siempre, y Thomas a mi lado. Los dos no dijimos ni una palabra hasta que entró el profesor y comenzó con la clase.
A mitad de la clase, en medio de la explicación, sentí que un papel chocó contra mi nuca. Yo tenía mi pelo rubio suelto, pero no amortiguó el choque del bollo de papel. Me agaché bajo mi silla para recogerlo, me volví a mi silla, lo abrí y decía: "Me repugnas, Law. No te sigas haciendo la santa porque ya todos saben lo que me has hecho ayer" El papel estaba escrito con tinta de pluma, firmado con un corazón al final de la nota, por la letra extremadamente prolija, casi perfecta, diría que la escribió Reyna.
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Anthem Of The Angels
JugendliteraturÁngeles guardianes, chica que no cree en el amor, sufrimiento, esperanzas...