Obligatory

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Capitulo 03:

Rotundamente obligada a usar un vestido de encaje y pliegues, me encantaba el vestido pero no para andar yendo a fiestas de personas que no conocía, madre me llevó en su coche y yo abrazaba el regalo con inseguridad, no me iba a sentir cómoda, mucho menos si sabía que Boscha estaría allí fastidiando a quien quiera que no le agrade, eso o tal vez se comporte por una vez. La rejas de la pista de hielo estaban abiertas y antes de llegar al estacionamiento podía verse luces de distintos colores y la música a todo volumen, juntos con gritos de diversión.

Mamá se quitó el cinturón y bajó del auto para abrirme la puerta, me quitó el cinturón y me ayudó a bajar, tomé su mano para caminar hacía la pista de hielo viendo a varios niños correr de un lado a otro.

Recuerda hija, sé amable, mami atenderá asuntos de adultos mientras tu te diviertes. - era muy notorio que haría eso, de otra manera hubiera hecho que padre me acompañara.

Si mamá. - pero siempre creía que era porque le gustaba llevarme.

Al menos le encantaba vestirme ella misma, tenía buen gusto, por algo era la directora de una revista de modas.

Habían niñas que me decían niña de mami por eso y más razones, no me molestaba, solo quería ser diferente al resto, incluso de mi familia, mejor que madre que parecía no tener control, mejor que padre en el sentido de no distraerme fácilmente, de mis hermanos...es claro el porqué, no los odio pero si son molestos cuando se esfuerzan.

—¡Que bien! Llegaste. - Boscha parecía sorprendida y no la culpaba.

Madre me dejó a su "cuidado" y se fue al lado de los adultos donde la madre de mi amiga se encontraba, Boscha tomó mi muñeca y me arrastró entre los niños hasta llegar a una zona más alejada y llena de niñas rosas que gustaban hablar de sus padres o de niños. Entre todas ellas visualicé a la cumpleañera, pude saberlo debido a la tiara que había en su cabeza y el ramo de flores que poseía con dulzura.

Skara, ella es Amity.

Piel morena, cabello grisáceo; extendí mi mano para un apretón y al unisonido respondimos un "hola" tenía la sensación de que no era como Boscha, mandona, cruel y acosadora cuando en verdad le tenía fastidio a alguien.

Tu eres la nerd de la que tanto Boscha me habla. - sonaba desconcertada. Luego soltó una risita. Te imaginé con lentes o frenos. - Lo típico.

Mi amiga de cabello rosado codeo su brazo con una expresión alarmante he hizo una mueca al saber lo atrapada que estaba.

Si preferir tener buenas calificaciones es ser nerd, entonces sí. -sonreí.

Tienes razón, me agradas. 

Aunque tal parecía había hecho una nueva amiga, no me quedé con ella y el resto de niñas. Era una fiesta infantil a lo grande por lo que había decidido tomar unos cuantos dulces y apartarme del resto, madre no sabía que había ocultado un pequeño libro debajo de mi vestido, cuentos que tal vez no me interesarían de grande. Salí por una parte donde sabía que existía una salida secreta que mis hermanos me enseñaron una vez cuando veníamos a divertirnos en familia, pasé por unos arbustos y me quedé debajo del frondoso árbol que había cerca, lo suficiente para darme cuenta si madre me buscaba o no.

Debo comer lento para que no me dé sed. -me dije a mi misma.

Lo que me encantaba de leer a solas, era que tenía la posibilidad de decir los diálogos con tal emoción que me hacían entrar en verdad a la trama, en casa procuraba cerrar la puerta con seguro y que mis hermanos estuvieran inquietos con la tele o los videojuegos. Esta vez tenía un buen espacio para ser Azura en el duelo de brujas.

Paré al escuchar el chillido agudo de una niña a unos metros de mí, creí que tenía que lidiar con algún mimado de la fiesta en la pista de hielo, en cambio, mis ojos se llegaron a iluminar al ver nuevamente a la niña de aquel parque, cabello revoltoso ondulado, los mismos zapatos con luces en las suelas y le faltaba un diente en un lugar distinto a aquella vez.

Estás leyendo el libro "El campo de los destinos mortales". - cuando me di cuenta, estaba arrodillada frente a mí con estrellas en sus ojos esperando que le mostrara el libro, el pequeño libro que le había pedido a padre que me consiguiese de la tienda.

Solo había uno en todo el mundo, portátil y fácil de esconder, era unos de mis tomos favoritos.

Ay que tierno. -tomó sus mejillas adorando el librito que tenía en manos.

Ya había aprendido algo de ella, no respetaba un poco el espacio personal, me parecía raro que no la haya empujado considerando que en verdad me fastidiaba que hicieran eso.

¿Eres de por aquí?. - siempre me decían que no hablara con extraños, pero era una niña que tenía pinta de ser de mi edad. 

Por aquí no vivo, vivo más allá. - vi que apuntó a la derecha, en aquellas urbanizaciones que eran cuidados por uno o dos guardias y los vecinos en verdad se conocían. Claro que, aún no sabía eso. - Solo estoy paseando, pero por aquí no vivo. - comentó sonriente, en parte me pareció tonta.

¿Como te llamas?. - era lo que más quería saber desde entonces, tal vez así mi curiosidad cesaría al fin.

¡Ah! Soy L-

¡Mija! Donde se ha metido esa niña. - una señora con un acento extranjero gritó con preocupación se escuchó a varios metros de nosotras. El pensamiento del nombre se redujo a preguntarme la gran voz que tenía esa mujer para hacerse escuchar.

¡Es mi mamá! Me regañará por haberme separado de ella, nos vemos mentita. - y tan pronto como se había aparecido delante de mí, se fue.

Me dejó con esa necesidad de saber como se llamaba y con las ganas de volver hablarle a esa tonta. Por otra parte, detesté que se había fijado en el color de mi cabello de aquel entonces, al cumplir los siete, madre decidió teñirlo para que parecerme a ella, hasta ahora seguía preguntándome como es que padre había accedido a eso. De todas formas al principio me agradaba, no me diferenciaba de mi hermanos pero al menos mi comportamiento era de excelencia.

Mi tranquilidad fue envuelta y desechada por esa niña, pero lo que la arruinó por completo fue que madre me buscaba como maniática, de alguna manera reí al imaginar a madre llamando a mi padre diciéndole que me había perdido en una fiesta infantil donde se supone hay una sola salida.

—Estoy aquí. - dije al tomarle del pantalón de boca ancha. Mamá.

—Oh cariño, en donde estabas.

—Hablaba con una amiga.

—Que bueno cariño es hora de irnos, ve a despedirte ¿si? - hubiera querido despedirme de esa niña, en cambio, fuí en busca de Skara quien me pidió seguir hablando en la escuela.

No me negué, me caía mejor que Boscha en muchos sentidos.

El viaje en el auto era aburrido con las conversaciones sobre ropa que tenía madre en el móvil y las citas agendadas qué tenía para mañana. Una parte mí agradeció haber sido obligada, mientras más encuentros accidentales tenía con ella, más empezaba e querer conocerla.

Quien sabe, de repente podría armar un club sobre la Buena Bruja Azura con ella.

🍞

Que tal pancitos divinos, tiburoncines, dinosaurios y más! Es espero se encuentren bien gente linda, cuídense mucho que este mundo no puede quedarse sin ustedes. Los quieroooo uwu.

Pan.

5 segundos [Lumity] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora