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Recuerdas cuando nos conocimos, dijiste enciende mi cigarrillo.

Louis: 23 años. Harry: 25 años.

Louis estaba en una fiesta, había sudor, olores, alcohol, drogas, alfas, omegas y betas. Unos que otros besándose y la mayoría bailando.

Salió por un poco de aire, tantos aromas lo agobiaban. Cuando llegó al frente, todo estaba oscuro, iluminado vagamente por faroles de la calle. Sacó un cigarro.

Estaba muy mal visto que los omegas fumaran, pero él no le importaba. Mierda pensó al ver que no tenía con qué encenderlo.

Le llegó el olor a cigarro, menta fresca y lluvia. Ése olor cada vez se hacía más fuerte, un alfa. Un olor extremadamente delicioso pensó.

—¿Tienes un encendedor?—Le dijo al desconocido, quién lo vió fijamente —Harry, dime Harry—Mientras se acercaba más. La voz gruesa, y profunda del alfa le erizó la piel al omega.

Cuando el alfa se acerca más, Louis dice —¿Y sí enciendes tú mi cigarrillo?—.

Y bueno, a Harry realmente le encantó éso. No era común en los omegas ésa actitud atrevida, además, no había follado desde su celo hace tres meses y éso se le hizo muy caliente. Tal vez podría terminar con un buen polvo en ésa noche.

Louis observó detenidamente a ése alfa; ojos verdes, cabello rizado, musculoso y tatuajes en sus fuertes brazos al descubierto por una camisa manga corta. Y con unas manos jodidamente grandes.

Mi alfa, alfa, alfa. Decía su Omega interior.

Louis se acercó más. El otro lo tomó de la cintura y lo levantó como si nada, apoyándolo en una pared cercana para ponerlo a la misma altura que él, haciendo que las piernas del omega quedarán en su cintura.

Los dos sintieron inmediatamente una conexión única. La excitación golpeaba el vientre de ambos. Louis empezó a lubricar, mientras que el alfa quería tenerlo ya mismo. Normalmente era tímido y sensible, pero ése chico lo descolocó.

Qué caliente pensó Louis, que puso su propio cigarrillo en su boca, y lo acercó al cigarrillo del otro que permanecía en la boca del mismo, el más alto tomó su encendedor y prendió los dos al tiempo.

Mi omega, omega, omega dijo el lobo del alfa. Mientras olfateba el suave olor a fresas.

Habían escuchado historias de almas gemelas y cómo el encuentro iba a ser mágico. En muchos algunos casos el celo de ambas almas gemelas se adelantaba automáticamente, pues los lobos de ambos comenzaban a desearse de forma inmediata. Y en la mayoría de los casos, el celo del omega era el que llegaba, pues en los omegas llegaba casi instantáneamente el pensamiento de cachorros, familia, además que los omegas eran más débiles para controlar sus instintos naturales.

—Tengo mi auto a unas cuadras ¿Vamos?—Dijo el rizado mientras observaba ésos ojos azules que tenían su pupila dilatada. Inhaló el olor del Omegam Louis le dió un asentimiento, lo suficientemente ido como para poder formular un "sí".

Harry lo carga, y wow, se sentían abrumados y la excitación aumentaba cada vez más por las chispas, fuegos artificiales, remolinos y mariposas que ambos sintieron. Apenas llegaron a su auto, el mayor abre la puerta de atrás y la cierra.

De un momento a otro, en la parte de atrás de su auto, ambos se besaban y frotaban.
Louis sentía en su boca el sabor mentolado, mientras que Harry sentía el sabor a fresas. Y ambos sentían el leve toque a cigarros.

Louis tenía sus deditos enredados en el cabello largo, y jalaba suavemente, sacandole gruñidos a Harry.
Las manos de él tocaban todo el cuerpo del Omega; su cuello, su pecho, su polla, terminando en su trasero. Sentía la pequeña erección del omega y el olor a fresas lo estaba mareando.

Strawberries and Cigarrettes. LSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora