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Harry y Louis llevaban un año, aún el alfa no lo había marcado. Y no porque no quisiera, si no porque también era un poco (muy) inseguro y tenía miedo de no ser lo suficientemente alfa para Louis.

A lo largo de su vida criticaban su vestimenta, su cabello largo, que pintara sus uñas. Era catalogado como una alfa débil y afeminado.

Estaban acostados. Louis despierto sobre el pecho del alfa y éste estaba dormido, con sus manos en la cintura del primero.

—Alfa, quiero hablar contigo—. Mientras acariciaba su cara suavemente.

Despertó observando azul, los ojos del omega lo miraban fijamente.

—¿Cuándo vas a marcarme?—Dijo Louis triste cuando vió que el llamado despertó, la habitación comenzaba a llenarse de feromonas de tristeza. —¿No soy suficiente para ti?—.

Y Harry se sintió culpable. Si por él fuera lo hubiese marcado desde que el omega entró en celo en su auto cuando se conocieron, pero tenía tantas inseguridades.

Sus madres siempre le dijeron que se comunicara, la comunicación era la base de toda relación y así se evitaban malos entendidos.
Así que respiró profundo para hablar.

—No hay nada más que quiera en el mundo que marcarte, que todos sepan que tú eres mío, pero...—. Su voz se quebró, le avergonzaba ser un alfa débil. Lo único que vió en los ojos del chico en su pecho fue duda, debía seguir hablando. —¿Pero?—. Preguntó

—Pero... Me asusta ¿Está bien? Tuve varios ex, todos ellos me decían al terminar conmigo que "era poco alfa, poco hombre y no iba a encontrar a algún omega que me soportara". Y es que él era sensible, aunque dominará en el sexo, preguntaba las necesidades del omega. Lloraba, tenía cabello largo, pintaba sus uñas y usaba ropa diferente a la que usaban los otros alfas. Éso era "raro" le decían, por lo que le crearon inseguridades.

Louis comprendió —Alfa, nunca dudes de mí amor hacía ti, te amo y quiero que lo hagas—. Refiriéndose a la marca.  —Me molestaría más si no lo haces, yo lo quiero y sé que tú también.

Harry lo abrazó y lloró. Con su pareja todo era tan fácil, él no tenía miedo de mostrarse humano.

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El mayor llevaba unos días planeando algo, iba a marcar a Louis quería que todo fuera perfecto, aunque el omega haya dicho que no le importaba mucho, que sólo quería su marca.

Pero Harry era Harry; dulce, especial, romántico y cómo lo definirían otros demasiado cursi y empalagoso.

—Ojitos...Buenos días—. Llamó el más alto, mientras abrazaba por la espalda a su pareja y le besaba su cabeza, sintiendo la suave cabellera en sus labios y oliendo el aroma a fresa, mientras el más bajo hacía el desayuno de ambos.

—Buenos días, mí vida—. Girándose para darle un corto beso, no era necesario ponerse de puntas, ya que su pareja en automático se encorbaba un poco para que lo alcanzará.

—En la noche tengo una sorpresa, amor—. Mencionó Harry. Demasiado entusiasmado para recordar lo que era una sorpresa y que, debía decirlo en la noche, no a las seis de la mañana cuando faltaban muchas horas para la noche.

Louis estaba emocionado, desayunaron y el que no cocinó, lavó los platos, para alistarse y salir a su trabajo. No sin antes tener una pequeña sesión de besos y manoseos con su omega en la ducha. Sí, teniendo 26 y 24 años eran demasiado hormonales. Si no fuese por los condones de Harry, y los anticonceptivos de Louis, ya tendrían cachorros o en espera de uno.

Strawberries and Cigarrettes. LSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora