Atrapando Estrellas - Marace

Capítulo 6

Después de ver a Marco tan enfadado, supo que al otro le vendría bien algo de espacio para el resto del día. Marco nunca se había escapado así antes y Ace estaba preocupado, pero ya vería cómo estaba más tarde.

Primero fue a despedir a Flora, que cargó las flores en el carrito y se dirigió a su tienda. No podía ayudarla y era una pena que no pudieran ver más arreglos florales. Desgraciadamente, no había nada que pudiera hacer durante el resto del día, así que empezó a vagabundear de nuevo.

Pero su mente se mantuvo en Marco todo el tiempo, y perdido en sus pensamientos, se tropezó con alguien.

"Oh", empezó, "perdona..."

Se detuvo al ver que el hombre que tenía delante era el que había hablado antes con Marco. Ace no pudo evitar fruncir el ceño.

"Un simple soldado se preocuparía de cómo se comporta con un miembro del consejo", dijo el hombre. "Aunque por lo que he oído de ti, no espero mucho".

"¿Qué se supone que significa eso? se quejó Ace, apretando los puños a los lados.

"Nada que debas entender". El hombre, Sakazuki, recordó Ace, le rozó con dureza. "El príncipe heredero podría tener la mente para tener mejor compañía que tú. Ahora, ven, Coby".

Se alejó a grandes zancadas, dejando a su pobre sirviente en el polvo. Algo en él me resultaba familiar, inquietante.

"¿Cómo lleváis todo esto?" Ace preguntó. "¿Con él mangoneándoos todo el tiempo?".

Coby, el criado, negó con la cabeza. "En realidad no puedo hacer mucho al respecto", tartamudeó. "Yo tampoco quería acabar aquí, pero acabé aquí después de que me salvaran de unos bandidos".

"No te he preguntado la historia de tu vida, chico", dijo Ace. "Pero en serio", hizo una pausa para darle una palmada en la espalda, "crece un poco".

"Eso es lo que me dijo a mí también".

"¿Quién?" preguntó Ace.

"¡Nada!"

Ante la rápida negación, Ace se limitó a encogerse de hombros. No le importaba demasiado de cualquier manera. "¡Bueno, entonces me voy! No dejes que ese imbécil te mangonee más".

No miró atrás después de eso, trotando hacia las cocinas para encontrar a Thatch.

"¿Adónde iría Marco?" preguntó Thatch cuando Ace llegó y formuló su pregunta. "Entonces se escapó".

"Sí", suspiró Ace. "Ese grandullón, Sakazuki apareció, y Marco se enfadó. Nunca le había visto huir así".

"Es bastante raro", coincidió Thatch, "pero esos dos siempre han estado enfrentados, y él es un tipo bastante odiable. Creo que todos esperamos que se produzca un "milagro" que lo deje convenientemente fuera de combate."

"¿Como un asesino?" murmuró Ace secamente, pero Thatch no pareció darse cuenta de su sarcasmo.

"No es probable, por desgracia. La mayoría de los asesinos preferirían ir a por el rey o el príncipe antes que a por el consejo". Thatch se encogió de hombros. "Supongo que eso ya lo sabes. Lo siento. No quería sacar el tema".

Ace le dio la espalda. "Está bien, Thatch. Ahora, ¿dónde puedo encontrarlo?"

"Bueno, yo esperaría hasta la noche, pero esto es lo que hay que hacer..."

Ace rara vez se asustaba, pero admitiría que la biblioteca de noche era bastante espeluznante. Lo que antes era una tranquilidad reconfortante, ahora era un silencio sofocante y asfixiante. La luz de la luna no iluminaba la habitación tan bien como la luz del sol. Había cierta belleza en ello, diría él, pero seguía siendo espeluznante. ¿De verdad había venido Marco aquí?