Pareja:
Piero Hincapié (Alfa) y Charles Aránguiz (Omega)
OMEGAVERSE
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Siempre se había considerado un chico tranquilo, solía siempre mantener la calma y con el paso de los años se ganó el título de buen Omega, pese a su soltería que parecía ser un problema para todo persona que lo conociera.
¿Acaso era tan extraño llegar a los 30 sin tener un alfa?
Nunca había conocido uno que llenará sus expectativas, que cumpliera con todo lo que quería, le habían dicho que bajara su estándares y podia encontrar varios candidatos.
¿Estándares? Solo quería alguien que no le viese como un objeto de alto valor o que solo se interesara en él por su familia, si tenía que verse atado a un alfa sería el que sintiera que de verdad lo amaba.
O eso pensaba hasta que terminó firmando el papel de matrimonio por obligación, con un joven alfa con el que sus padres habían hecho tratos.
Un alfa diez años menor ¿Enserio? Es que acaso era tan decepcionante no tener un alfa que lo habían obligado a casarse. Solo era una firma sobre un papel, no estaba dispuesto a dejarse marcar o depender de un alfa.
Ya ni siquiera podía tener cachorros si de eso se trataba ¿Qué vio Piero en él?
Gira de un lado a otro en la habitación, regresará a Alemania de donde nunca tuvo que salir.
—No te puedes ir— la voz del alfa le molesta
—No necesito tu permiso— dice amontonando más ropa en la maleta, ya no soportaba seguir fingiendo un matrimonio.
—No omega, tu no puedes irte— Dice acercándose a él— Soy yo quien decide, regresa tus cosas a su lugar— su mano palmea su espalda —Esposo mío, yo decido que haces—
¡Lo odia tanto! El papel que firmó lo despoja de tomar sus propias decisiones para que la empresa de sus padres pueda seguir haciendo tratos sin quedar en banca rota.
¡Odia a su familia y odia ser omega! Saber que pasó 3 décadas intentando escapar de la realidad para terminar como lo que representa su casta.
Odia los brazos y el aroma de Piero rodeándolo como si tratara de calmarlo pero solo lo hace enojar más.
El resto de su familia le obsequia regalos y le comentan lo feliz que son de que haya conseguido pareja, unos le reclaman esperar tanto por que no podrá darle hijos al alfa, otros le recriminan casarse con un joven.
Odia la molestia que nace en su interior cuando esas palabras se repiten una y otra vez, no puede tener hijos, no es un omega si no es capaz de darle hijos.
Vomita de enojo al discutir con su instinto por sentirse vulnerable a tales palabras.
Llora cuando los brazos de su esposo acarician su espalda y le repiten que no necesito darle hijos para ser su omega, siente asco cuando su interior ronronea al tener cerca al joven.
Odia el beso que Martin deja sobre su frente y como el aroma que lo rodea le empieza a parecer agradable.
Odia como la idea de que el alfa lo marque empieza a rondar su cabeza como un pensamiento bonito y adornado, la idea de volver su matrimonio color de rosa ya no le parece tan mal.
Un día despierta al sentir los brazos del alfa rodeando su cintura, se levanta con corazón acelerado "alfa" escapa como un murmullo de sus labios.
Por primera vez se concentra en ver sus facciones, el cabello ondulado que cae sobre su frente y el color tostado de su piel, rasgos juveniles que le hacen ver atractivo.
Lleva la palma de su mano a acariciar su mejilla, el calor con su piel le causa un escalofrío que recorre su cuerpo, le ve abrir los ojos con calma hasta notar su reflejo en el café de sus ojos.
Su cuerpo tiembla cuando Piero menciona su nombre y después de mucho repetir en su cabeza que odia al alfa deja que este le tome de la mano y cede a sentarse a su lado.
La cabeza del alfa se recarga en sus muslos es por inercia que deja su aroma salir, lleva sus manos a acariciar su cabello
—¿Sabes porque te elegí?— Pregunta el alfa—Me gustas desde que te vi—Continúa al no tener respuesta—Se que es tonto porque cuando te conocí apenas era un niño, pero te veías tan genial y decidido— siente el agarre en sus manos —Perdón por no ser lo que quieres—termina dejando un beso sobre el dorso de la mano donde resalta su anillo.
Charles odia el ronroneo que se escapa cuando se siente adorado, querido, odia la mezcla de emociones que le provoca el alfa, se odia cuando deja que su instinto pida lo que quiere.
—Marcame— la voz dulce y melosa llega a los oídos del menor como una suplica que piensa cumplir.
No sabe si lo que realmente siente es amor o solo la forma de dejar de odiar al que ahora es su alfa, esa marca que resalta sobre su piel y le permite sentir los sentimientos del alfa.
Una marca que le hace recibir aplausos y elogios de su familia, una marca que endulza su aroma a almendras y que a le hace sentirse rodeado del fresco aroma de Piero.
Tal vez aceptar la realidad no está tan mal, siente una calidez agradable en su interior una mezcla agradable de aromas y su instinto feliz cuando el alfa besa sus labios.
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Me tarde un montón!!
Ya hasta se va a acabar el mes.
Aunque tarde hasta el otro año terminaré esto.
♡
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ℰ𝓃𝓉𝓇ℯ ℯ𝓁 𝓈ℴ𝓁 𝓎 𝓁𝒶 𝓁𝓊𝓃𝒶
Sonstigespequeñas historias del mes de octubre. ✥varias parejas.