Capítulo 1

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LAURA Y LA PRUEBA

Laura necesitaba con urgencia, mucho más de lo que lo había necesitado en todos sus años como estudiante y que no había identificado, hasta sucumbir a tanta desesperación, debía aprobar aquel examen de matemática o perdería el año escolar. Miraba en todas direcciones esperando encontrar una señal o un milagro si no fuera mucho pedir. Dentro de su mente una extraña voz le habló sin hacerle sentir alivio, era una voz fría y pastosa que se burlaba de ella. —Deja de engañarte, ya es tarde para creer que podrás salir bien de esta—. Laura decidió ignorarla, tenía cosas más importantes que atender que aquella voz.

La señorita Howie le había estado observando con interés desde hacía un rato, tenía puesta su atención en ella desde su escritorio. Aquella mirada fija en Laura era muy similar a como un depredador veía a su indefensa presa antes de devorarla. Laura ocupaba uno de los últimos escritorios apostados junto a las ventanas del lado izquierdo. Afuera el sol brillaba indiferente a los problemas que regían el mundo de los seres humanos mientras dentro, los adolescentes de aquel establecimiento intentaban pasar un examen difícil. Sin percatarse de aquellos ojos que la observaban, Laura posó su atención en las cortinas verdes muy pesadas que caían casi con rectitud cubriendo las ventanas; verlas así le hizo pensar en las sogas que utilizaban para ahorcar a los bandidos en otra época. Sacudió la cabeza, no era momento de pensar en tonterías, debía hacer algo por aprobar aquel estúpido examen.

Lo pensó un segundo. —¡Maldición! tengo que encontrar la manera de llegar a los baños, se supone que Tommy aguarda con las respuestas del estúpido examen... —se dijo exasperada. No contaba con que la señorita Howie estuviera presente en la prueba. Si por el contrario la vieja señora Eloy se hubiese hecho cargo de vigilarlos, habría aprobado sin problemas, aquella mujer solía dormirse en cualquier momento y cualquier lugar.

—Si no encuentro la forma de salir estaré pérdida—. Miró de nuevo su entorno pensando en lo que debería hacer cuando sus ojos se encontraron con los de la señorita Howie que le escrutaban. Ambas se observaron durante largo rato hasta que Laura desvió la mirada. La mujer le dedicó una tenue sonrisa, le producía satisfacción intimidar a los adolescentes. La opinión que la señorita Howie tenía sobre Laura era contundente, Laura era una chica problemática y holgazana. En una ocasión habían encontrado una similitud en la prueba de química, varias chicas tenían las mismas respuestas escritas de la misma manera. Aun así, no pudo comprobar quien era la culpable de plagiar la prueba. Desde entonces tenía puesto el ojo en Laura, de alguna manera aquella chica le producía desconfianza.

Por su parte Laura, desde aquella ocasión en la que Naomi le había compartido las respuestas, creía o más bien estaba convencida de que la señorita Howie quería destruirla. Ambas se observaron nuevamente siendo Laura la que desistiera por segunda ocasión. Intentó concentrarse en la prueba donde las palabras y números delante de ella fluctuaban ominosamente. —Quizá si hubieras estudiado esto no estaría pasando, ¿no crees? —De nuevo aquella voz se pronunciaba, esta vez acertó sustituyendo de impaciencia la poca calma de la que disponía Laura.

Caviló un poco y entonces los pensamientos maquinaron una estupenda idea, pediría permiso para llegar a los baños. Incluso pensó en retorcerse un poco para que aquello resultara mucho más convincente. Miró de soslayo al ver que la señorita Howie se había puesto en pie, caminó hasta el otro extremo del aula para reprender a algunos chicos que habían estado charlando. A los dos les quitó los exámenes y los echó del aula pese a las suplicas que estos recitaban.

El lugar se llenó de incertidumbre, nadie se atrevía siquiera a mover un músculo por temor a llamar la atención de la señorita Howie. Afuera, un vehículo que transitaba a gran velocidad accionó el claxon, dentro, todos se sobresaltaron. —¡Miedosos! —dijo la profesora sonriendo con suficiencia—. Algunos chicos se observaron unos a otros pero nadie dijo nada por temor a ganarse un viaje al curso de verano o si la cosa se ponía peor, a repetir el año.

EL ESPEJO DEL ATARDECER (2023)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora