LA DECISIÓN
La primera puerta contenía en su interior parte de sus memorias. Dentro se pudo observar a sí misma, desnuda sobre el suelo luego de haber estado con dos hombres mayores. Tenía la mirada perdida y su rostro era el de una persona que ha perdido toda esperanza de vivir. Permaneció un instante mirando aquella escena tratando de recordarla pero no lo logró —No es el producto de tu imaginación, esto sucedió en verdad —acotó la voz fría—. Laura dio un respingo y cerró de golpe la puerta. Sin decir nada caminó a la puerta del frente. Al abrirla, se encontró esta vez con una escena que si recordaba, era una de las tantas discusiones matutinas con su madre. No hubo necesidad de mirar más, cerró la puerta de inmediato y caminó hasta la siguiente.
En cada puerta fue reviviendo su vida, su padre sentado en la sala, molesto y triste por su comportamiento. Se vio a sí misma humillando a otras chicas, burlándose del chico que se le había declarado y por supuesto, su conducta inapropiada en el colegio.
De pronto ya no quiso ver más, sabía lo que vendría a continuación y francamente ya estaba cansada. —Debes ver cada puerta, el espejo podría encontrarse... —Lo sé, atajó a la voz fría, sin embargo, su tonó era mucho más calmado que en una situación normal—. Abrió varias puertas más, dentro pudo ver lo ocurrido en la prueba de matemáticas, a Tommy ofreciéndole aquellos "Viajes espaciales", al hombre del semáforo y a la mujer que le extendía las manos pidiéndole ayuda. Pero al llegar a la penúltima puerta, miró atrás, algo había llamado su atención. Detrás de ella se hallaba el espectro de la mujer que le había perseguido. Con desconsuelo, Laura se echó a llorar. —¡Corre! —aconsejó la voz fría y Laura lo hizo.
Las últimas dos puertas se encontraban a ambos costados. Se detuvo en el centro del pasillo intentando decidirse cuál de ellas era la siguiente pero en aquel momento se escucharon voces que provenían de algún sitio, no tuvo que pensarlo demasiado, sabía que provenían del sótano. La casa se estremeció, el reloj de péndulo comenzó a sonar y la casa empezó a moverse de nuevo.
—¡Rápido! ¡debes elegir! —le apremió la voz fría al comprender que el lugar cambiaría de nuevo—. El espectro se acercaba de prisa, la casa se movía y Laura, paralizada, no sabía cómo proceder. En aquel momento, la llave se iluminó, como si se tratara de una linterna, dirigió su luz a la puerta de la izquierda. Laura no lo pensó ni un instante y antes que la voz de su mente hiciera evidente lo que ocurría, corrió hasta la puerta, la abrió y entró.
Dentro se hallaban las cajas y los espejos que había visto con anterioridad. Dio un paso pero se detuvo al ver el enorme ojo que la observaba, este parpadeó un par de veces sin quitarle su atención. Laura, atemorizada, quedó inmóvil de pie frente esperando a que ocurriera algo. La luz de la llave desapareció pero Laura estaba segura que algo había cambiado. El enorme ojo desapareció de pronto y en su lugar, todo lo que pudo observar fue su reflejo.
La llave vibró en su mano, Laura la observó, luego y por instinto, también miró al espejo. Estuvo a punto de echarse a correr y gritar al mismo tiempo. Dentro del espejo se podía observar a un hombre adulto que le sostenía de la mano. Laura abrió la boca para decir algo pero no llegó a pronunciar palabra alguna. —Por favor, vete de aquí, posees demasiada energía—. En el sótano se encuentran esos dos seres y pronto vendrán a buscarte. No te lleves la llave, si lo haces este lugar continuará existiendo. Mi familia y yo fuimos los protectores de "RI JA", pero no lo somos más. El espejo del Atardecer fue corrompido, no será el mismo nunca más. Pronto pasará a la oscuridad de la noche eterna y este sitio se perderá. En otra época fue el lugar de descanso de las almas perdidas, pero el Señor del Tiempo llegó, corrompido y se adueñó de todo y todas las almas. Desde entonces...
La casa se estremeció, la puerta comenzó a agitarse violentamente y el hombre dentro del espejo desapareció, en su lugar, reapareció la mancha púrpura que Laura había visto la primera vez. Entonces Laura lo comprendió, aquel hombre era el esposo de la mujer que la perseguía y padre de los dos niños. —¡Maldición Laura! ¡Cubre el espejo de una vez por todas! —salida de sus cavilaciones, la chica buscó el lienzo con el que había estado cubierto el espejo—. Lo encontró pero apenas lo quiso tomar, retiró la mano, sobre el lienzo se encontraban algunas ratas. La voz de su mente quiso decir algo pero la chica lo intuyó y tomó el lienzo antes que aquella voz se lo pidiera.
Cubrió el espejo y mientras lo hacía pudo distinguir el atardecer que comenzaba a desaparecer dentro del reflejo que este volvía a obtener. Apenas lo cubrió la casa dejó de moverse. Pero aquello no acabó en ese momento. Todas las puertas se abrieron de súbito. Laura lo comprendió, el sótano también había quedado libre. Corrió de prisa y al salir, resbaló. Cayó al suelo y eso le salvó de caer en las garras de aquel espectro. Rodó sobre sí misma y las viejas heridas, aunque ya no las tenía, parecieron dolerle. Corrió por donde había llegado, esperaba encontrar lo que buscaba.
Los retratos habían desaparecido, Laura lo agradecía. En el techo se había hecho la luz y la casa parecía tener un aspecto diferente. El espectro tras ella daba fuertes alaridos, Laura pensó en hablarle pero aquello era ridículo, lo más probable era que terminara muerta. Entonces recordó la escena en la cocina con aquel espectro observando los restos del otro Max —ella sabía que era su esposo —dijo la chica con dificultad—. Es correcto —acotó la voz fría.
Encontró los escalones, los bajó de prisa saltando de dos en dos. Al bajar, resbaló pero sin llegar a caerse esta vez. Tuvo un pensamiento y aquel trataba de todo lo que había hecho dentro de aquella casa, había muchas acciones que se repetían. Miró la chimenea, poseía un aspecto diferente. Además, el calendario que viese la primera vez también era distinto, más no la fecha, seguía siendo abril. Eso le provocó sentirse dispersa. Realmente había tantas cosas que no entendía.
Faltaba poco para salir cuando una mano la tomó del tobillo provocándole una aparatosa caída. Se golpeó la cabeza con la mesa de la sala, su cadera impactó contra la pared mientras el bolígrafo de su bolsillo se incrustó en su muslo izquierdo. Laura dejó escapar un grito de dolor, la llave salió despedida cayendo en el suelo a media sala. Con dolor, Laura trató de incorporarse. Apenas levantó la vista para ver que en el suelo se encontraba el cuadro que contenía el retrato de aquel joven. —¡Esa llave es mía! —dijo coléricamente el sujeto—. El espectro de la mujer bajó los escalones y para cuando estaba por alcanzar a Laura, el joven del retrato salió casi por completo. La casa se estremeció de nuevo, pero en esta ocasión no se produjo ningún cambio. A continuación una oscuridad emergió del fondo del lugar, era el Señor del Tiempo convertido en aquella criatura corrompida. Laura contemplaba aquello con horror, estaba exhausta y solo quería volver a su hogar, pedirles perdón a sus padres e intentar vivir una mejor vida. Pensó en los rostros de aquellos retratos y sus suplicas. Pensó en todo lo que había vivido en ese sitio y todo lo ocurrido. —Sabes lo que tienes que hacer...—dijo la voz fría.
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EL ESPEJO DEL ATARDECER (2023)
Mistério / SuspenseLaura es una chica de diecisiete años que busca desesperadamente aprobar su último año de preparatoria. Tommy, su novio, le ha prometido robar la prueba y conseguirle las respuesta, a cambio de eso, Laura se ve obligada a realizar un acto imperdonab...