Pequeñas historias que vienen a mi cabeza.
-Los personajes NO me pertenecen, son sacados de la serie "Wednesday" de Netflix.
-La pareja principal de estas historias es lésbica, si no te agrada favor de abandonar la historia y evitar comentarios of...
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3am y Wednesday no dejaba de moverse en sus sábanas.
Un horrible dolor de cabeza la había atacado y no la dejaba dormir, estaba empezando a desesperarse. Enid, estaba del otro lado de la habitación durmiendo. Sin embargo, se vio obligada a despertarse debido a los constantes quejidos de su compañera de cuarto.
—Wedns... ¿estás bien?, ¿qué pasa?— preguntó la rubia mientras se sentaba en su cama, medio dormida tallándose sus ojos para mirar mejor.
—Vuelve a dormir, Enid. Solo es un dolor de cabeza, tranquila.— Hablo Wednesday desde su cama, sentándose en ella al igual que su compañera.
—Um, tengo pastillas para el dolor, si quieres me levanto y te doy una.—
—No, no.. tú solo dime dónde están, yo las agarro.— Enid sonrió aún medio adormilada.
—Están en mi segundo cajón, son unas pastillas azules, Wedns.— Wednesday asintió y se levantó para buscar las pastillas, tomó una del frasco, se la tomó y volvió a su cama.
—Gracias, Enid. Ahora vuelve a dormir.— Enid asintió cubriéndose nuevamente con sus sábanas, quedando profundamente dormida de nuevo.
Wednesday claramente ya no tenía dolor de cabeza, pero se sentía sumamente extraña. Tenía calor, mucha calor siendo que afuera estaban a 5 grados. Pronto sintió que algo en ella estaba despertando, volteó hacia abajo y miró su pene medio erecto. Algo estaba mal, muy mal.
Cada vez sentía más calor y ahora su pene, totalmente erecto dolía, necesitaba liberación.
Desesperada, empezó a tocar suavemente su pene por encima de sus pantalones, tratando de no soltar sonidos raros. Pero necesitaba más, no dejaba de doler.
No soporto más y bajo su pantalón junto con su bóxer, su dura erección saltó como piedra y chocó con su abdomen, un suspiro salió de sus labios al liberar su pene. Empezó a masturbarse primero lentamente, moviendo de arriba a abajo su mano, en la que sostenía su duro pene. De la nada, la imagen de Enid se le vino a la mente, y su subconsciente le hizo una mala jugada, imagino a Enid, sudada bajo suyo, pidiéndole más mientras la embestía rápidamente. Perdiéndose en sus pensamientos empezó a bombear con más rapidez su erección, sin estar consciente de los ruidos que hacía.
Enid despertó lentamente escuchando los sonidos que salían de la boca de Wednesday. Al principio pensó que seguía con dolor de cabeza, pero al momento de voltear al lado de la habitación de su compañera y verla con los ojos cerrados, bombeando su polla, algo en ella palpitó y definitivamente no fue su corazón.
De inmediato se sonrojó y empezó a sentir humedad en su vagina, no sabía que hacer, ¿estaba bien si ahora mismo quería follar con su mejor amiga?
La excitación estaba empezando a nublar su juicio, mordía sus labios mientras Wednesday seguía masturbándose concentrada al otro lado de la habitación. Sin pensar en lo que podía pasar, se levantó de su cama en silencio y se dirigió al lado de Wednesday. Quería tener esa imponente polla en su boca o dentro suyo, donde sea.
