Reacción a algunas situaciones de la vida

Capítulo Especial Parte Final

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ADVERTENCIA

EL SIGUIENTE CONTENIDO CONTENDRÁ:

OBSESIÓN

SANGRE

TRAICION

VENGANZA

Ese día fue normal para Merla, fue a la escuela, convivio con sus amigas y amigos, que su padre no sabía que tenía, comió su comida favorita, estudio para sus exámenes y se dirigió a casa con felicidad, hoy por fin cumple 18, ya era la hora de decirle a Dire que planeaba irse de viaje con sus amigos, tal vez se pondría terco, pero estaba segura de que aceptaría.

Su pensamiento cambio cuando llego a su hogar, su casa en la primera planta estaba ordenada, pero la segunda estaba hecha un desastre, ropa botada, el piso sucio, los muebles tirados, incluso los cuadros estaban movidos. La de pelo negro se asustó, "¿se metieron a robar?" fue el primer pensamiento que tuvo.

Se dispuso a buscar al cuervo, pero no se encontraba en ningún lado, "¿Lo secuestraron?" volvió a pensar, "le dije que lo atraparían por robar esos dulces", miraste alrededor notando un camino de plumas blancas, "él es un cuervo ... ¿cambiara de plumas? " empezó a seguir el rastro, "bueno, él me dijo que cada cierto tiempo, tiene que estar solo, ¿será eso?" llego a las orillas de la isla, "pero él no es un cuervo blanco, siempre me dijo que sus plumas negras causan envidia", tomo una pluma del suelo, era bastante suave y liviana, decidió guardarla, "pero aquí no está el, todo esto por nada", suspiro girando sus pasos para regresar a su casa, pero parado en una rama se encontraba un joven, de pelo blanco, alto, ojos amarillos, de vestimenta blanca, su cabello estaba amarrado en una coleta alta, su mirada era tan indiferente.

-Así que eres tú. -Dijo, la joven no sabía qué hacer. -Realmente no me puedes causar más que enojo, no puedo creer que Dire abandonara todo por ti. -Su voz salió con veneno.

- ¿Dire? -Pregunto, algo dentro de ella hizo clic. - ¿Conoces a papa? -Intento acercarse, pero una fuerza la hizo arrodillarse.

-No tienes ningún derecho de llamarlo por su nombre. -Bajo de aquella rama. -Después de todo lo que hice por él, no importaba cuanto dolor le causara, siempre volvía buscarte, una y otra y otra vez, tú eres la numero 57, él tiene actualmente 988 años ya paso casi la mitad de su vida contigo, y no te deja ir, sigue encaprichado como el primer día. -Empezó a caminar hacia la menor. -Si quiero que deje de buscarte tengo que eliminarte de forma permanente, esta vez no será una enfermedad, un accidente o muerte natural, me encargare de que nunca regreses. -Puso su pie sobre su cabeza. -Así mi amigo será libre. - Empezó a restregar la suela sobre la cabeza de la mujer. - Enserio, me das asco. -Empezó a hacerlo con más fuerza.

- ¡Espera! -Grito intentando moverse. - ¡Duele! -Pequeñas lagrimas empezaron a salir. - ¡Papa!, ¡Papa!, ¡Ayúdame! -El de pelo blanco sintió una sensación de peligro, así que desapareció.

No paso mucho para que el cuervo llegara preocupado, su hija nunca lo había llamado así desde que tenía 14, quedo sorprendido al ver a su hija llorando, con tierra en la cara y su coleta desecha.

- ¡Mi niña! -Corrió a abrazarla, intentando limpiarla. - ¿Que te paso?, ¿quién fue? -Pregunto preocupado.

-No lo sé, era un hombre extraño. -Dijo entre jadeos. -Dijo que era tu amigo, pero no es posible ¿verdad? -Lo miraste. -Tu dijiste que no tenías familia y amigos, además menciono que soy la numero 57, ¿de que hablaba?, dime. -Seguías llorando.

Le mente y cara de Crowley era un poema, ¿Su amigo?, no podía ser Bran, siempre trato de pasar desapercibido, ¿alguien de la isla cuervo?, tampoco, ¿el hijo de ese anciano?, menos, tenía demasiadas preguntas en mente, pero su cuervito era prioridad. Sobo su espalda mientras la abrazaba, con algo de esfuerzo la cargo como cuando era niña, llegaron a su hogar, donde la recostó lentamente en el sofá.