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Una transmisión en vivo, evento de muchos espectadores, más si esa transmisión es de una chica la cual tiene todo para cautivar a su público.
Nos referimos a una transmisión +18, donde ____ era la estrella de un reconocido sitio para adultos, los jóvenes y personas mayores que las seguían no le perdían la pista, les cautivaba no sólo su cuerpo ardiente, su mirada, la belleza en su rostro, ese tono seductor en su voz, la sonrisa pícara que le adornaba... cualquier persona que le veía quedaba hipnotizada por ella.
La excepción no fueron Denki Kaminari, Eijiro Kirishima, Shoto Todoroki, Shota Aizawa, Izuku Midoriya y Katsuki Bakugo, en ese orden uno a uno cayeron en los encantos de esa cautivadora mujer.
Por primer lugar, Denki Kaminari le hayó en la página antes mencionada, en esa ocasión, _____ realizaba en vivo un juego de ruleta, en el que dependiendo de la selección final, era la prenda que se retiraba hasta quedar totalmente desnuda y juguetear con su cuerpo.
Desde aquella vez, el rubio había quedado encantado de la joven, deseaba conocerla, la lujuria que esta mujer podía despertar en él le parecía la sensación más adictiva y deleitante.
Para su buena suerte, un día en el que había decidido dar un paseo por el centro comercial, vió a aquella joven en una tienda de tecnología escogiendo cámaras web, tembloroso y algo avergonzado, se acercó a la chica.
Hola, ehmm... ¿_____? -Pronunció.- Oh, hola... ¿Te conozco? -La chica saludó con una gesto tierno y amable, muy diferente a la ardiente joven de Internet.- No, bueno, no lo creo... -Reía nervioso.- Te sigo en tu página, ya sabes... -Procuró con discreción.- ¡Ah, ya veo! Mucho gusto. -No mostraba ni una pizca de pena o vergüenza.- Quería decirte que eres muy hermosa, tienes algo que cautiva a cualquiera... -Aunque no podía verse, el rubio tenía constancia de que se encontraba totalmente ruborizado.- Oh, que lindo... Muchas gracias. -La chica le devolvió la sonrisa para darse la vuelta y marcharse.- ¡Espera! ¿Puedo..? ¿Puedo invitarte un helado? -Kaminari decidió tomar iniciativa.- ¿Puedes? -Sonrió pícara la chica.
Después de comprar el helado, caminaron hacia la parte trasera del centro comercial, donde yacía el estacionamiento y un par de bancas.
Estuvieron platicando un par de minutos, compartiendo anécdotas, curiosidades y algunas otras trivialidades, el rubio deseaba que su helado no terminara.
Y aunque Kaminari estaba disfrutando la conversación, no pudo evitar prestar más atención a la forma en la que la chica comía de su postre, era tan seductora incluso haciendo algo tan cotidiano.
