Nueva Era.

Guardian.

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El que la cicatriz hubiera desaparecido produjo en Roxan una especie de shock que le hizo perderse de la realidad por un largo tiempo, tras ver aquella evidencia perdida su madre le había ayudado a vestirse con algo casual, vio a su padre y al médico entrar, sus voces eran lejanas a ella los escuchaba, pero no entendía; finalmente le habían dado el alta y llevado hasta el auto, era su padre quien conducía y quien de vez en vez lanzaba miradas hacia el retrovisor. Miraba por la ventana aquellas calles que ahora le parecían desconocidas y después el recuerdo de su misión a la tierra, algo no estaba bien y debía mantenerse aferrada a ese sentimiento.

Poco a poco sus ojos se fueron cerrando, estaba agotada lo admitía en su interior, la forma en que descanso no había sido la correcta y ahora sin poder evitarlo estaba quedándose dormida.

Charles miro a su esposa por el retrovisor. Ella por su parte se acercó a Roxan comprobando que estaba en efecto dormida.

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Su mirada se había perdido totalmente en aquel techo que de alguna manera simulaba un cielo lleno de estrellas, tan claras como si realmente estuviese a la intemperie contemplándolas, su mano se había alargado como si intentara atrapar la estrella fugaz que acaba de cruzar. Tomando una gran bocanada de aire se sentó sobre el suelo para después sacar todo ese aire y mirar lo que había atrapado; no era una estrella, era una pluma de un blanco demasiado puro y que poco a poco se desvanecía

El silencio generado en aquel lugar pronto se vio interrumpido por pequeños murmullos. Al otro lado de la puerta de aquella habitación se podía observar un resplandor blanco lo que le hizo ponerse de pie rápidamente y correr hasta la sala de los recuerdos; la luz que emanaba la gran esfera ilumino toda la habitación por un par de segundos, ya era la cuarta vez en ese día, y hasta ese momento no se había atrevido a ver las causas del por qué... colocando su mano sobre la esfera las sombras blancas se despejaron dejándole observar lo sucedido. Parecía una especie de calabozo con algunas criaturas encadenadas a las paredes sollozando y temblando, algunos eran torturados por sujetos vestidos de negro y otros de blanco.

-¿Por qué?... ¿Por qué hay tantos de ellos?

Se cuestionó, hasta hace unos días había sentido una terrible perturbación en el maana y sus energías habían menguado demasiado hasta dejarlo inconsciente a las orillas de la playa, por desgracia no podía ver más que eso esas memorias del alma que había llegado hasta su resguardo.

Separando la mano de la esfera fue directo a otra puerta que lo conducía a la sala del equilibrio, la báscula se movía sin lograr encontrar un equilibrio, definitivamente algo no estaba bien en Eldarya, pero más antes de darse la vuelta para salir otra tenue luz lo había rodeado y aparecer frente suyo, por acto reflejo rápidamente se había inclinado ante quien aparecía frente suyo.

-No tienes por qué bajar la cabeza, has hecho un buen trabajo hasta ahora, pero he notado que algo te preocupa hijo mío ¿Qué es?.

-Abuelo...-guardo silencio apretando ligeramente los labios subió la cabeza para mirar el espíritu de aquel majestuoso dragón.- ciertamente algo pasa en Eldarya y no sé exactamente el que. Prometí no interferir hasta que fuera el momento, pero me he atrevido a indagar en la esfera de los recuerdos y lo que he visto me tiene muy inquieto, dime ¿Tú sabes si está pasando algo?

-Pasa algo, sí, pero el que también desconocido para mí. Que miraras los recuerdos de quienes han llegado hasta este refugio puede que simbolice la señal que has estado esperando.