Nueva Era.

Señales.

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Nada de lo que había escuchado podía ser cierto, nada... podía sentir el pequeño tacto en su brazo y la voz de su hermana llamándolo, pero él no reaccionaba habían pasado un par de días desde que su hermano se había sumido en silencio, ver su pecho subir y bajar era la única señal de que seguía vivo, pero al tener los ojos cubiertos ¿Estaría despierto? O es que le habían hecho algo para tenerlo en tal estado. Esta vez la vampiresa giro su rostro al sentir un ligero peso sobre sus hombros y ver a su lado a Maora; su estado no era mejor que el de los demás vampiros o criaturas que estuvieran encerradas, realmente pareciera que un torbellino había atacado su largo cabello azabache y que los familiares salvajes y traviesos habían hecho un desastre con sus finas ropas, pensar todo eso era mejor que enfrentarse a la terrible realidad.

-No reacciona.- susurro con pesar, la vampiresa mayor se mordió ligeramente el labio al ver la situación de su hijo y el pesar en el rostro de su hija.

-Por qué no vas con los demás.- más que un cuestionamiento, fue una petición pequeña por su parte.- Orgelz no deja de atormentarlos con todos sus comentarios, eres la única que puede ponerlo en paz por un rato.

-¡No puedo dejarlo así!

-Karenn...-la suave voz pero al mismo tiempo ese tono severo que llego a utilizar con ella cuando era una niña le hizo entender a la menor que su hermano iba a estar solo, mejor dicho ella quería estar asolas con él.- por favor.

Karenn respiro profundamente antes de retraer su mano por entre las rejas y levantarse para ir donde los demás. Cuando su hija se hubo alejado fue el turno de Maora de alargar la mano hasta donde el vampiro, pero antes de tocarlo siquiera hubo un segundo de duda ¿Sería correcto hacerlo? Era su madre, si, fue ella quien abogo junto a su esposo por él cuando decidió irse, fue ella quien pensó primeramente en su hijo cuando necesito ayuda, pero ahora era la última en acercarse a Nevra cuando ahora justo él necesitaba ayuda.

-Nevra.- sus dedos rosaron suavemente el antebrazo de su hijo quien pareció reaccionar, la vampiresa seguía mordiéndose los labios a la vez que iniciaba una suave caricia, por ahora era todo lo que podía hacer a pesar de la corta y al a vez larga distancia en que estaban.

Por su parte el vampiro mostro nuevamente otra reacción al escuchar la voz de su madre, en su mente estaba aún la imagen en luz donde Roxan se mostraba similar a una proyección astral como cuando Lance la había secuestrado hace ya varios años, pero también estaban las palabras de charles dando vueltas en su cabeza "hijo" ella estaba esperando un hijo de él y debía decidir si salvar su vida o terminarla antes de iniciar.

-Hijo.- Maora contuvo la sorpresa al ver una lagrima deslizarse bajo de aquel vendaje en el rostro de su hijo al llamarlo.- ¿Qué te han hecho?

-Maora.- le llamo lo más bajo posible.- necesito hacerte una pregunta.- silencio, hubo un pequeño silencio entre ambos imaginando que su madre habría asentido en lugar de responder.- mi padre ¿Alguna vez estuvo listo para mi llegada?

-¿Qué? – aunque la pregunta le había desconcertado totalmente, la mujer bajo ligeramente la mirada a la vez que dibujaba una pequeña sonrisa.- no, tampoco con la llegada de Karenn, ciertamente cuando tu crecías tu padre se había llenado de dudas, de miedos... imaginaba mil y un situaciones por las que tendrían que pasar juntos mucho antes de que vieras la luz, cada día era una experiencia nueva. Más cuando llegaste a sus brazos todos esos miedos incrementaron, y a la vez lo ayudaste a destruir todos ellos uno por uno...Nevra tu padre siempre estuvo orgulloso de ti, de sus hijos, y si estuviera hoy aquí pesar de la situación seguiría orgulloso de ti.