CUATRO ; ☁️

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Caitlyn no sabía que hacer mientras esperaba a que Vi llegara a su casa, su corazón latía con fuerza y estaba algo asustada de lo que quería decirle su amiga.

Ella misma había pensado en confesarle todo hace tiempo, la forma en que sus pensamientos siempre acababan en la chica de pelo rosa y como había cambiado todo lo que ella pensaba.

Y los besos. Esos besos habían sido mucho de lo que había esperado, y sabía que iban a ser increíbles. Deberían haber parado hace tiempo, pero Caitlyn se sentía adicta a ellos.

Sabía el motivo perfectamente, estaba enamorada de Vi. Pero no sabía que hacer con ello.

Ahora solo le quedaba esperar para ver que quería decirle Vi. Podía ser algo bueno, o tal vez solo quería parar todo antes de que estropeara toda su amistad.

Se movió incómodamente por su cama, mirando el reloj en su teléfono, aún quedaba una hora antes de que Vi pudiera venir, después de ir a patinar con Powder.

Navegó por su teléfono, observando las fotos que tenía con Vi. Ni siquiera se había dado cuenta de la cantidad que tenía, y muchas de ellas tomadas por Powder cuando estaban distraídas.

Su favorita era una que les había hecho durante su primer año, una de las veces que Caitlyn fue a Zaun. Estaban las dos abrazadas en la sala de juegos, después de la única vez que Caitlyn había conseguido empatar con Powder en los tiros (había sido algo especial), y que Powder le había enviado.

Oyó un ruido en la ventana poco después, un ruido muy conocido para ella. Y poco después vio como Vi entraba por la ventana, a pesar de que sabía bien que Vander la había traído hasta aquí.

—Hola —saludo tímidamente, mientras se sentaba en el sofá.

Fue algo extraño para Caitlyn, si ella estaba en la cama, normalmente Vi iba directa hacia ella, tirándose a su lado. Todo estaba siendo demasiado raro, y quería confiar en que todo pudiera salir bien.

—¿De qué querías hablar? —Preguntó, sin querer demorar más el asunto que tanto la estaba estresando.

—Ni siquiera sé por dónde empezar.

Sin poder aguantar esa distancia que parecía haber entre ellas, Caitlyn se levantó de la cama para sentarse al lado de Vi, rodeándola con un brazo.

—Seguimos siendo tú y yo, Vi. No hay nada que no puedas decirme.

Algo pareció cambiar en Vi cuando dijo eso, haciendo que desviará su mirada hacia los ojos de Caitlyn. El contacto visual entre ellas siempre había sido intenso, pero algo aún más cálido se expandió por su pecho al ver los ojos de Vi brillar.

Antes de que pudiera decir algo, Vi se acercó hacia ella para poder unir sus labios en un beso mucho más desesperado de lo habitual. No es como si Caitlyn fuera a quejarse de ello.

No supo exactamente cuánto tiempo estuvieron así, hasta que Cait decidió que ya había tenido suficiente para poder centrarse en lo que quería decir Vi.

Por lo menos, ahora sabía que no se arrepentía de lo que estaba ocurriendo entre ellas. O al menos esperaba que no lo fuera.

—Sabes que te quiero, ¿verdad? —Empezó Vi, respirando pesadamente, con la frente pegada a la de Caitlyn.

—Yo también te quiero.

—Pero —dijo Vi, cerrando sus ojos. —Te quiero, de verdad.

—¿Se puede querer de mentira? —Intentó bromear Caitlyn, sin saber muy bien por donde quería ir Vi.

DULCE ; caitvi. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora