capítulo 13

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Vero: Vic. Podemos entrar, acaba de salir.

Asentí.

Yo: ¿Qué haremos con los autos?

Vero: Los dejaremos acá por si vuelve para escondernos por ahí y listo. En cambio si vamos con los autos sería muy complicado escondernos.

Decidimos acercarnos a la casa. Por lo que vi era muy vieja. Vero me dijo que entremos por la parte de atrás. Por una pizca de suerte pudimos entrar por una ventana que estaba abierta. Estando dentro de la casa se sentía como si no hubiese estado abandonada porque había humedad pero estaba arreglada para que puedan vivir aquí.

De pronto escuché un ruido en la parte de arriba. Era alguien que pateaba el piso. Dios mío, es ella.

Subí las escaleras con cuidado. Me daba miedo que hubiera una alarma e hiciera un pitido que me delate a mí o a Vero. Cuando estuve arriba vi una puerta roja que tenía candado. Del otro lado se escuchaban sus gritos. Intenté patiar la puerta pero no funcionó hasta que vi unas llaves debajo del tapete y de esa manera pudimos entrar.

Nahi estaba ahí sentada. Estaba atada de manos, pies, tenía un pañuelo en la boca también. Cuando la vi se me salieron las lágrimas porque estaba inmóvil.

Se notaba que no había comido ni bebido nada por horas.

Yo -le toqué el pelo-: Mi amor, mira lo que te ha hecho…

Ella empezó a reaccionar.

Yo: Estoy aquí tranquila. Esto se va terminar pronto porque vamos a estar juntas…

Nahi intentaba decirme algo pero no lograba saber qué era lo que me estaba diciendo.

Nahi: El.. el…

Yo: Baby no te entiendo. ¿Qué me intentas decir? 

Solo vi como apuntó a la ventana. Sus ojos se apagaron desmayándose en mis brazos.

Rita, la sobrina de Vero, se dirigió a la ventana.

Rita: Diego ha vuelto.

Vero -alterada-: ¿Cómo es posible?

Escuchamos como entraba diciendo:

Diego: Mi amor. ¡Ya llegué! ¡Te he traído comida con postre!

No sabíamos qué hacer. Decidí colocar a Nahi en la silla para atarla para que no se notara que ha estado desatada. Salimos cerrando el candado y me escondí en una de las habitaciones con Vero. Rita decidió irse al baño.

Luego de unos minutos se escucharon sus pasos en la escalera y como abría el candado. Se quedó quieto empezando a reírse.

Diego: Se piensan que soy tan pelotudo ¿no? Ay, mi amor, ¿intentaste escapar? Porque veo la puerta marcada como si alguien la hubiese pateado…

Se dio media vuelta.

Diego: Quién haya sido que salga ahora mismo de dónde esté.

Abrí la puerta con cuidado para que entrara a la habitación para encerrarlo. Cuando él entró salimos para cerrarle la puerta. Rita y Vero se encargaron de sostener la puerta.

Mientras fui a buscar a Nahi. Diego empezó a patear la puerta con mucha fuerza. Cuando la estaba por romper por completo nosotras estábamos bajando las escaleras corriendo pero antes de salir siento como me disparan en el hombro. Por suerte sólo fue un roce pero el hijo de su puta madre me disparó.

Le dije a Rita que se lleve a Nahi porque estaba herida.

Yo: Dame tu arma.

Ella me la dio.

Rita: Solo usala en caso de emergencia.

Luego llamó a refuerzos por su aparato. Él salió cuando nosotras estábamos cerca de los autos cuando se escuchó un disparo al cielo que hizo que todas nos quedáramos quietas. Tuve que respirar hondo para enfrentarlo.

Yo -le apunté-: ¿Qué quieres ahora que la perdiste? -me reí-. Uf ¿ahora quién es el ganador?

Diego -se ríe-: Mirá rubia a mí una nena debilucha con tatuajes no me va a ganar -me apunta con el arma.

Yo -sonreí-: Venga dispara.

Diego: ¿Así de fácil te vas a rendir, rubia?

Sonreí disparándole en la pierna dejándolo inmóvil. Nahi se encontraba en el auto mientras me quedé apuntando a ese infeliz cuando llegó la policía.

Él se asustó agarrando el arma del suelo para apuntarme. Disparó pero erró así que  decidió apuntarle a los policías. Los policías solo le dispararon causando una gran sonrisa en mi rostro. Unos minutos después me dijeron que había fallecido.

Fue un alivio para mí saber que Nahi por fin estaba fuera de peligro. Después fuimos al hospital porque Nahiara estaba deshidratada con una contusión y a mí me tenían que coser el hombro con 7 puntos.

A continuación llamé a los chicos para avisarles que todas estábamos bien. Les mandé la ubicación del hospital para que vengan a vernos.

Cuando llegaron estaba con el hombro vendado y mi chica estaba dormida. Apenas me vieron todos vinieron a abrazarme.

También me dieron las gracias por haber rescatado a Nahi mientras rompía en llanto.

Yo: Mari…

Ella me acarició la cabeza.

Mariana: Vicky. ¡Me diste un gran susto cabrona! Pero le agradezco a dios porque volviste a salvo. Ya terminó todo tranquila.

Yo: No sé si pueda...

Mariana: Baby, iremos a terapia para que veas cómo todo esto que sientes se va a pasar. Pero piensa que ella ya está contigo a salvo gracias a ti.

Me abraza para seguir llorando juntas. 

Narra Amanda 

Cuando llegamos al hospital. Apenas entramos vimos a Vicky y le dimos un gran abrazo. Por fin iba a ver a mi niña. Caminé hasta donde estaba con el corazón a mil.

Cuando la vi empecé a llorar más.

Yo -le toqué el pelo-: Mi amor. ¿Cómo estás?

Nahi comenzó a abrir los ojos.

Nahi -sonrió-: Ama…

Sonreí.

Nahi: ¿Dónde está él?

Yo: Diego falleció. No te va a lastimar más mi vida.

Nahi -asintió-: ¿Dónde está Vic?

Yo: Ella está afuera. Solo le tuvieron que coser el hombro porque Diego le disparó.

Nahi: ¿Cómo que Diego disparó a Vic? Pero ella está bien, no me estarás mintiendo…

Yo -negué con la cabeza-: Ahora la llamo.

Salí a llamar a Vicky.

Yo: ¡Victoria te buscan!

Vic entró a la habitación llorando pero Nahi lloró más al verla sin camisa estando vendada.

Nahi -sonrió-: ¡Vic!

Ellas se dieron un beso.

Vic -tocándole la cara-: Mi amor. Por fin estamos fuera de peligro… vamos a poder estar en paz porque todo se terminó.

Vic la siguió besando para intentar calmarla con abrazos incluidos. Nos quedamos ahí un rato aunque se tenían que quedar hasta mañana para que vieran como ellas iban evolucionando. Por lo tanto me quedé con Vicky cuidando a Nahi en el hospital.

así es como mi vida cambió por completoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora