Capítulo 15

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Kirk parecía confundido al principio, ¿Por qué una reportera política quería hacer una pieza histórica sobre un hotel en Bangkok? Pero lo convenció de que no intervendría con su trabajo diario, que sería bueno para ella probar todo tipo de escritura y, realmente, fue su idea llevarla a Diversity cuando la campaña electoral había comenzado. Por lo que lo terminó aprobando, y un poco después de que la rutina de trabajo había vuelto a la normalidad, Mon había regresado a Bangkok con Sam a su lado.

Habían sido unos meses maravillosos desde que ambas se sinceraron, Sam aceptando que era deseada y que era merecedora de ser su pareja, y Mon admitiendo que quería comprometerse a su relación y que no se conformaría con nada más. Su amor se había vuelto más fuerte con ello, e iniciaron un camino de conversaciones honestas y de comprenderse mutuamente. Mon observaba a la pelinegra a su lado mientras llegaban al hotel, sus pasos seguros y sus ojos ya no estudiaban todo con asombro, ahora había seguridad en su nueva pertenencia al mundo. Era un pilar en la vida de la reportera, a pesar de ser intangible para todos los demás.

Empujó suavemente a su fantasma, pareciendo para otros que solo se había movido ligeramente hacia la izquierda, pero su mano se deslizó dentro de su bolsillo y Sam sabía que deseaba entrelazar sus dedos, gesto invisible para el resto. No dolía, tener que fingir, no realmente. Era solo una parte de su historia, una que podía ser un poco agotadora algunas veces, pero cuya recompensa valía la pena.

Caminaron juntas al interior del hotel, donde Mon saludó a Chin, quien le dijo que estaba agradecido de que alguien hiciera algo por la historia del lugar. Había estado en muchas videollamadas con el dueño - el primo de Kade - y lo había convencido de permitirle escribir el artículo. Claro, sin enfocarse en la parte escandalosa de su historia, sino en lo abiertos y progresivos que habían sido siempre. Por lo que se asentó en la habitación 12, sacando su cámara.

Guiada por Sam, procedieron a tomar fotos de la habitación, el pasillo, algunas de las habitaciones que antes eran para el personal, o de las pocas en las que Sam había permitido el refugio de las prostitutas. La reportera le pidió al dueño y a la mayoría del personal disponible si podían ponerse de pie frente a la recepción, donde la barra de la taberna solía estar, para recrear la fotografía de 1861. Sería un agradable contraste, y estuvo complacida al ver que la diversidad se mantenía. Se lo dijo al dueño para avivar su interés, percatándose de que la pelinegra, manteniéndose cerca de ella, parecía perdida en sus pensamientos y, si tuviera que adivinar, estaba segura de que estaba recordando su época ahí.

Una vez que hicieron todo lo que necesitaban en el hotel, la castaña las llevó a encontrarse con Kade. Una vez más, Sam estaba sentada al fondo y observaba, nunca interrumpiendo, mirando con curiosidad a la señora mayor, quizás tratando de encontrar similitudes con Bon. La reportera nunca mencionó nada que Kade no le hubiera dicho, sin querer compartir su secreto con nadie más, pero sabía que su honesto y genuino interés de escribir algo de valor se notaba. Sacó copias de cada períodico, artículos, todo lo que Kade había recolectado durante su vida. Tomó fotografías y frases de ella, también, queriendo asegurarse de que la familia fuera incluida en la historia, y finalmente hizo una última pregunta antes de marcharse.

¿Tienes idea de dónde podría estar enterrado el personal de 1860?

La respuesta fue desafortunada, pero no inesperada, la mayoría estando en tumbas sin nombre. Bon tenía una lápida en la de él, con dos de sus cuatro hijos, en el cementerio más antiguo de la ciudad. Mon se percató de algo, trazado justo bajo el nombre de él.

Huh, es el mismo diseño del tatuaje que tienes en el cuello, ¿No?

Sam sonreía, arrodillándose para tocarlo con sus dedos. Estuvo en silencio un momento, asintiendo después.

Guíate por el deseo [ +18 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora