HIDDEN || "Donde Margot Mcdonald y Regulus Black, forman parte de la orden bajo ciertas condiciones.
O
Donde Margot Mcdonald y Regulus Black, deben estar ocultos y aparentar estar muertos después de traicionar a Voldemort."
Short fanfic
•Merauder e...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
«Elliot Crouch»
Agosto, 1989
—¡Ahí está mi campeón!
Un bebé de un año y algunos meses, sonrió, cuando su padre lo cargó.
—Tu madre casi me mata. ¿No queremos que nos mate, cierto? Aún me falta verte jugar tu primer partido de Quidditch.
Elliot cerró los ojos, dejando que más lágrimas resbalaran por sus mejillas. A veces no entendía como podía recordar pequeños fragmentos con su padre, Barty.
Aún recuerda, cuando a la edad de 5 años, le había preguntado a su madre, Mary, por qué su papá no estaba como el padre de Eirene, Regulus.
Y por primera vez, desde que tenía memoria, vio a su madre llorar. Mientras le contaba que su padre, se había sacrificado por quien él veía como una hermana, Margot, quien era su tía y madrina,
Abrió los ojos y bajo la mirada, viendo la fotografía que tenia en sus manos.
Con su dedo y muy delicadamente, detalló la figura de su padre.
Era una fotografía, tomada el día en el que sus padres se habían casado. Elliot era cargado por Barty. Mary sonreía a la cámara, mientras Barty y Elliot veían a la castaña con una sonrisa.
Escuchó unos pequeños golpes en la puerta, así que colocó la fotografía en su mesa de noche y se limpió las lágrimas.
—¿Puedo pasar?
—Claro—Contestó Elliot
Elliot suspiró, y vio a su madre entrar a la habitación.
—Por un momento creíamos que te habías quedado dormido—Dijo Mary, entrando a la habitación
Creíamos. Eso quería decir que la cena estaba lista y había tardado más tiempo de lo que esperaba.
—Solo pensaba—Dijo Elliot, levantándose de la cama
—¿Estas bien, cielo?—Pregunto Mary—. Tienes los ojos rojos.
—¿Ah?, si, si—Elliot se talló los ojos—. Es que me entró shampoo a los ojos. Es todo. Y ahora me dan comezón.
Mary se cruzó de brazos, sin creerle.
—Supongo que me lo dirás más al rato—Concluyó Mary—. Pero sabes que cualquier cosas puedes decírmela.
Elliot sonrió, y asintió.
—Vamos a cenar, tengo hambre—Dijo Elliot—. Seguramente ya nos están esperando.
—Bien—Dijo Mary
Elliot abrió la puerta de la habitación y dejó pasar primero a su madre, para después darle un último vistazo a la fotografía, sonreír, y cerrar la puerta.
