En las penumbras de lo más olvidado del reino, en las sombras de todo lo conocido se situaba una de las tantas tabernas de mala muerte que, a altas horas de la noche, quedaban casi vacías, solamente alojando a aquellos pocos cuya valentía o descaro permitían quedarse ahí, bebiendo hasta al amanecer
Dentro de una taberna en especial, frente a la cantina de madera se situaba varios vasos ya usados previamente, todos y cada uno de ellos contenían remanentes de la leche que cierto felino naranja había bebido
Gato se encontraba solo, sentado en un taburete sosteniendo una copa más de leche a medio tomar, acompañado de nada más que su sombra y su soledad, un ambiente que a cualquiera le hubiera dado una muy mala espina
Esto ya se había vuelto un hábito, uno que repetía con frecuencia desde aquella noche, la satisfacción salpicaba su corazón cada vez que esté encuentro se daba y eso le fascinaba
De las sombras se escuchó un tenue silbido, uno que provocó un escalofrío en la piel del felino, mas su reacción fue casi nula. Se quedó sentado ahí, esperando a lo que tuviese que pasar
En un parpadeo sintió una nueva presencia postrarse al lado suyo, presencia que conocía a la perfección
– ¿Será acaso posible que la leyenda felina más importante del mundo este aquí tomando solo? – Aquella voz ronca y grave le calo los huesos al felino, quien sin mirarlo, soltó una leve risilla – Si es así permítame acompañarlo en esta noche amena –
– ¿Qué me haría permitirle dicho favor a tal impresionante figura? – La voz de Gato salió como de costumbre, coqueta y algo atrevida
– La promesa de una noche más que emocionante – El lobo de grandes ojos escarlata se quitó la capucha mostrando una sonrisa encantadora mientras tomaba un vaso de cristal cerca suyo
– Entonces sepa que mi respuesta es más que afirmativa – Gato jugó con su copa ahora ya vacía, la balanceó de un lado a otro sin siquiera mirar a su contrario
Suena bastante extraño, pero está no era la primera vez que ambos coincidían en el mismo bar, a la mima hora, con las mismas intenciones, esto ya había ocurrido muchas ocasiones antes
– He de admitir que su presencia me resulta más que cautivadora, especialmente con la luz de la luna iluminando semejante figura – Con ello, el felino finalmente miró al gran lobo gris, quien sonrió sorprendido ante aquel comentario
– Quien lo diría, el famoso Gato con botas muestra un gran interés por la figura masculina – Death se acercó de forma repentina en una pose que resaltaba su gran musculatura, específicamente su área pectoral – Me imagino que quedará maravillado cuando me despoje él mismo de mi vestimenta –
– Death... – Gato se sonrojó pues esto no había estado dentro de lo planeado, su pequeño juego de roles apenas había comenzado y Gato ya sentía una urgencia apretar su cinturón
– Oh lo siento amor... ¿me adelanté mucho? –
Su pequeño juego se vió interrumpido por aquel pequeño incidente, los dos sabían que tarde o temprano pasaría pues no son muy buenos actores, más cuando se trata de no intentar caer tan rápido en los encantos de ambos
– Se supone que aún debíamos mantenerlo no tan... provocativo –
– Lo siento – El gran can sonrió avergonzado, era malo en esto de actuar, muy malo diría él
– Está bien Death, sabía que no dudaríamos mucho con esto – Gato sonrió tranquilo
– O sea que pasaremos ya a lo que sigue – Una risilla coqueta emanó de los labios caninos directo en una de las orejas de Gato, provocándole un fuerte escalofrío que lo hizo temblar ligeramente de emoción
– Death!... aquí no chiquistriquis – sonrojado, golpeó levemente la boca de su contrario para alejarlo de su rostro, de no lograrlo, el felino caería ante sus encantos más rápido de lo que pensaba
– Ohh vamos, sé que te encanta que te diga cosas al oído, gatito~ – una mano se posó en la cintura naranja apretando parte del muslo en el proceso
Y ahí fue donde toda prudencia y decencia murió en el acto, Gato se abalanzó hacia el lobo para besarlo de la forma más pasional y amorosa jamás antes vista, Death no se sorprendió de aquella reacción pues él sabía perfectamente como activar esta faceta del Gato
Está no era la primera vez que pasaba, que ambos "coincidían" en un lúgubre y tenebroso bar de mala muerte, que ambos encontraban encanto en el otro, y que ambos terminaban teniendo un acto más que pasional
Así es, estos dos hormonales y tontos seres habían ya tenido decenas de encuentros así, en lo que ambos pretendían ser extraños en busca de una aventura juntos... Cada quien tiene sus gustos
Habían descubierto un nuevo método para apasionar su ya establecida relación sentimental, gracias a un método que Gato escuchó en alguna parte del reino
– Si que sabes cómo encenderme Lobito~ – De vuelta con el par de pervertidos que se mantenían a dos pasos de ser arrestados por exhibición pública, las cosas no marchaban para nada mal
– Te conozco muy bien Gato, sé qué es lo que te gusta~ – Death apretó ambas piernas felinas acercando más el cuerpo de Gato hacia él, en un acto que provocó más de un suspiro
– ¿Ah sí? – Gato habló como pudo, pues para él era más importante besar a su amado
– Por supuesto amor~ –
– Entonces dámelo, dámelo ahora cariño~ –
No hizo falta más, ni una sola palabra ni sonido para que Death actuara finalmente, levantó el cuerpo que se mantenía sentado sobre él y lo llevó cargando a una zona más... privada
Llegaron a una pequeña cabaña cerca de ahí, ni siquiera se molestaron en revisar si alguien estaba ahí, la calentura era tanta que nada ni nadie podría ahora deterlos, para su fortuna estaba sola, sin nadie que presencie aquel momento de pura lujuria
– Como me encanta verte así gatito~ –
Tras decir eso Death comenzó a quitarse la gran capucha que lo cubría, dejando a la vista la mejor vista a los ojos esmeralda de Gato
– Por esa carita sé que te encanta verme así Gato – Death se acercó al felino posicionadose ahora encima de él – ¿Qué te parece si tocas un poco eh? No muerdo tan fuerte –
La temperatura del cuarto incrementaba con cada segundo, dejando una nube de asfixiante pasión, tanto así que ambos se encontraban sonrojados y con una tenue sudoración
El ambiente estaba acompañado del sonido de besos, caricias y leves gemidos emitidos por ambos, la soledad les permitió el no tener que contener sus más bajos instintos
– Dime gatito, ¿lo quieres ya? –
– S-si... – En medio de los besos Gato pudo contestar con dificultad, su boca había sido objeto de atención del más grande
– No te escucho amor, ¿lo quieres? –
– Mh! Si... – Death dejó la boca del felino para ahora acercarse a la oreja naranja
– ¿Si o no? – con eso mordió aquella oreja provocando que Gato soltará un gemido más fuerte
– ¡Si, la quiero! –
– Muy bien entonces amor~ –
Vaya que sería un noche muy intensa para el pobre Gato, quien seguramente necesitará una silla de ruedas a la mañana siguiente... Pero para Gato eso era lo de menos, lo valía totalmente
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|Deathpuss / Headcanons y One shots |
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