|Deathpuss / Headcanons y One shots |

3 [ II ]

- ¡¿Cómo puedes decir semejante barbaridad?!- Gato gritó escandalizado, su pelaje esponjó y su mirada demostraba incredulidad e ira

- ¡Es algo que estoy dispuesto a hacer con tal de no manchar la imagen de mi reino! - Su padre había reaccionado aún peor, su mirada punzante se clavo directamente en la de su hijo

- ¡Son personas por el amor de Zeus, personas que no tienen por qué sufrir más! - Gato golpeó la mesa enfrente suyo mientras se levantaba de su lugar

- ¡Son escoria hijo, escoria! - Su padre imitó su acción - ¡Y no te pedí que estés de acuerdo con ello! -

- ¡No lo permitiré, está no es la forma! - Gato gritó asustando aún más a su hermano, quien solo miraba la disputa desde su lugar

- ¡Tu no eres nadie para impedir mis órdenes, soy el rey y se hará lo que yo diga cuando YO lo diga! - Ikarium sentenció ganándose la mirada más desafiante por parte de su hijo

- ¿Cómo puedes hacer algo así? Sabiendo que mi madre jamás lo permitiría - el felino naranja soltó con cólera

- Tu madre esta muerta hijo, acéptalo de un buena vez - escupió su padre, sin ningún tipo de remordimiento o culpa - Eres igual que ella, terco y de corazón débil -

- Padre, basta ya por favor - Perrito finalmente intervino dando fin a la serie de comentarios por parte de los dos

Un silencio sépulcral invadió el comedor, solamente se escuchaba la agitada respiración de Gato, quien luchaba por procesar todo lo que su padre acababa de decir enfrente suyo

Nunca imaginó que su padre fuera tan malvado ni despiadado

- Se hará después del último dia de la luna roja, así que más te vale estar presentable y NO decir nada a nadie - Ikarium soltó acomodando su ropa - Porque si llegas a mencionar una sola palabra a alguien, juro por Zeus que te arrepentirás - con eso dicho, se retiró de ahí dejando a sus dos hijos

"Death"

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Dos semanas después de aquella disputa, Gato se encontraba alistándose para la primera cena de la luna roja, cena que daría inicio a la celebración de dicho nombre en todo el pueblo

Una cena formal en la que asistirían los más altos cargos del reino, junto con algunos invitados de honor, era una de las peores noches de todo el año pues Gato tenía que pretender que le agradaba estar en ese lugar rodeado de personas desagradables y detestables, tales como su padre

Cena tras cena escuchaba las mismas palabras y los mismos discursos llenos de odio y repudio por quien ellos consideraban como inferiores, sus esclavos

- Muy bien príncipe Gato, está listo para unirse a su padre en la cena de hoy - Fergus, un viejo y amable sirviente terminó de arreglar la vestimenta del felino naranja, dándole el visto bueno

- Gracias Fergus - Fue lo único que dijo

- ¿Pasa algo, príncipe? - el anciano notó a Gato todavía más apagado, con un aura de ansiedad que crecía con cada segundo

- No quiero ir con ellos, no quiero si quiera verlos -

- Eso lo sé joven Gato, pero es su deber presentarse - Fergus se sentó a su lado acomodando el cuello del traje de gala que vestía el príncipe - He escuchado los rumores y he de decir que comparto su repudio, mas no podemos hacer mucho por ahora -