capitulo O7

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Narración normal:

Las puertas de el hogar bajo eran tocadas bruscamente, golpe tras golpe.
La señora baji atendió ante aquel salvaje llamado abriendo la puerta de su vivienda, mirando a los señores hanemiya afuera de ella.

-buenas tardes, sr hanemiya-san y sra hanemiya-san, ¿en qué puedo ayudarles?- fingió una sonrisa junto con amabilidad

-¿¡Dónde demonios tiene a Kazutora!?- grito el hombre con un tono de agresividad, acompañado de una cara de disgusto de su esposa.

- no sé de qué me está hablando, sr hanemiya. Y porfavor, baje el tono de voz.- contó hasta 10 en su mente, respirando fuerte ante la situación.

-sabemos que tiene a nuestra hija, entregenosla!- grito está vez la mujer de el lunar logrando acabar con la poca paciencia de la sra baji.

-largense de mi casa si estarán gritando!- grito está vez ryoko, serrandoles la puerta en la cara a los sres hanemiya. Probando más golpes en su puerta, ella simplemente los ignoro fue a el cuarto a ver el estado en el que se encontraba kazutora, habían pasado dos días desde aqueya tragedia y kazutora el primer día no queria hablar y se la pasaba llorando, ahora por la mañana ya había comido algo y eso era un gran avancé.

-¿Cómo te encuentras, linda?- pregunto con delicadeza y ternura en su voz, viendo a la chica que estaba sentada en la cama de su hijo.

-¿Ya se fueron?- pregunto evadiendo la pregunta y sin mirarla, teniendo una mirada fija en la puerta pero dónde había entrado la peli-negra, sus ojos más abiertos de lo normal delataban el miedo que sentía

-si, ya se fueron.- sonrió intentando calmar a la bicolor, cosa que logró. Haciendo que la menor aligerara su vista y se relajara un tanto.

-muchas gracias ryoko-san- continuo la de el lunar cuando nuevamente se escucharon golpes en la puerta de la vivienda de los baji.
La mayor chasqueo la lengua y se dirigió nuevamente a la puerta, mirando por el lente pequeño que está tenía en medio, notando la presencia de solamente el señor hanemiya.

-¡Abra la puerta, o llamo a la policía!-
Grito, la peli-negra simplemente blanqueó los ojos y quito el seguro, habriendo la puerta antes de que dijera algo el señor hanemiya ya la había empujado y entrado a la mala a la sala, buscando con la mirada a su hija.

-oiga que hace! No puede entrar así a mi casa!!- grito enfadada la femanina, siendo ignorada por el hombre, pasando hasta las avitaciones de la casa. Habriendo puerta por puerta, hasta que llegó a el cuarto de keisuke, dónde la peli-negra sentía que se derretía por dentro ya que ahí se encontraba kazutora.

Más para su visión no había nada.

Ni keisuke, ni kazutora. Nadie.

-ya vé que no está aquí!? Larguese a ahora o yo llamaré a la policía!- grito tras el hombre, que al no ver nada decidió retirce.

-Espero que lo que diga, sea verdad y que mi hija no esté aquí. Si no, usted sabe de lo que soy capaz.- gruño entre dientes, acomodando sus lentes y mirando de reojo a la sra baji.

-no venga a amenazarme en mi propia casa, tenga más respeto y retirese. Sabe que aquí no es bien venido.- ella tomo un poco de distancia, esperando a que se fuera y que kazutora de dónde sea que fuera de dónde está, no saliera ahora. El peli-negro se dió la vuelta, dándole una mirada fulminante a la mujer, y se marchó dejando la puerta habierta de la vivienda. Ella camino tras el para serrar la puerta con seguro y correr a el cuarto de su hijo, llamando en voz baja a la chica que anteriormente se encontraba ahí

-kazutora... ¿Dónde te metiste?- pregunto mirando debajo de la cama, pero no había nada, habrio el armario y tampoco. La bicolor a él escuchar los bajos susurros de la mujer decidió salir, exponiendo el lugar secreto de baji.

Mi demonio amado. [shinichiro x kazutora fem]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora