capitulo O4

106 11 0
                                    

-¡al baño no! por favor..!- suplicaba entre llanto la menor, confundiendo a el peli-negro, que la veía extrañado y sorprendido por su actúar, soltando su brazo bruscamente al escucharla suplicar.

Ella se deslizó por la pared hasta el suelo, abrazando sus propias piernas contra su pecho, temblando por el frío que hacía o almenos ella sentía y por la imágenes que pasaban por su mente.

Narra Kazutora:

Todo es tan confuso, ¿Soy una cobarde?
No... Solo tengo que olvidarlo...
Las imágenes pasan realmente rápido.

Shinichiro está a mi lado, estoy consiente, su mirada me penetra, lo sé.
¿Cómo puedo estarme torturando yo misma? Por qué eso es ¿No..?

Ahora tengo miedo de algo natural.
El fuego... La lluvia... Los relámpagos... Estar sola.

¿Soy una miedosa? ¿Tendría te haber ido a terapia? Mis padres no hicieron nada... Solo, oraron por mí... No digo que este mal, se que Dios existe, pero... ¿Realmente todo es necesario que gire alrededor de el? Me siento mal por hablar así, realmente le tengo temor, pero ¿Toda la vida voy a temer? Estoy harta de tenerle miedo a todo.

-¡kazutora!- lo escuché gritar, pero las imágenes aún seguía, mis piernas duelen por la posicion en la que estoy, y mi cuerpo suda frío.

Sentí dos manos en mi hombro, cosa que me saco de mi transe.

-mujer, pareces loca.- su voz ronca resonaba dentro de mi. ¿Cuántas veces no me han dicho eso? Solo lo obvserve, las palabras no salían de mis labios y sentí un nudo en mi garganta, nuevamente comense a llorar bajando la vista a el suelo, y mi vista se nublo.

-kazutora...- lo escuché susurrar de una manera diferente a como suele hablar, su voz era suave... Tanto que realmente pensé que era alguien más, nadie me había llamado de una manera tan suave además de baji.
Nuevamente me perdí en mis pensamientos, y sentí el calor de su cuerpo Serca de el mío, específicamente a mi lado derecho, contrario a la puerta de el baño.

Narración normal:

Shinichiro estaba en posición de loto a lado de kazutora, que está estaba sentada en el suelo abrazando sus propias piernas contra su pecho, sollozando y viendo a la nada.
Shinichiro por su parte no sabía que decir o hacer, nunca había estado en una situación igual antes, nisiquiera con emma.

Por ende lo único que se le ocurrió hacer fue sentarce a su lado, y esperar a que su cerebro preocesara bien las palabras, al fin y al cabo tenía tiempo para hacerlo.

-kazutora... ¿Qué es lo que te pasa?
Puedes contarme todo o nada si gustas.
No voy a jusgarte, conmigo puedes ser tu misma.- el rodeo con sus brazos a la joven y la undio en un cálido abrazo que ella no correspondió mientras seguía sollozando en cilencio, evitando alguna "molestia" para el chico.

El cilensio era eterno, al igual que el abrazo. Shinichiro sano no era alguien que gustara de el contacto físico, y kazutora tampoco, pero... Se sentía tan jodidamente bien para ambos.

-shinichiro- susurro la menor con sus ojos serrados y el lado derecho de su rostro contra el torso del mayor, captando la atención de este último.

-dime.- cortante sonó, todo lo contrario, ya que tenía mucha intención de escucharla.

-¿Dónde está shuji?- dijo en un tono de preocupación por su amigo, y más relajada que hace unos minutos

- no sé - fue lo único que salió de sus labios, no le importaba el más alto, y tampoco sabía que había pasado con el desde que había arrastrado a la menor a el baño. Está al escucharlo se separó de el, resubiendo una mala mirada en el proceso. - ¿vas a buscarlo?- cuestionó mirándola a los ojos, esos hermosos ojos grandes color amarillo.
Su cascavel tintineo al mover su cabeza en dirección por dónde habían llegado, intentando ver a su amigo, mas sin embargo fue inútil.

Mi demonio amado. [shinichiro x kazutora fem]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora