Bajo La Luna

Capítulo 8

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EL PERDÓN SE GANA, PERO NO TODOS
LO MERECEN

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—Después de pasar estos días en el hospital, ya puedo ir a casa, —dije emociona—. Pero, ¿qué pasará con las facturas de mi estadía aquí, doctor?

—No se preocupe por eso.

—¿Disculpe?

—Dada su situación, el hospital se hizo cargo. Sin embargo, tendrá que ir con un especialista para que pueda superar ese trauma, sería lo mejor para usted.

—¿Y eso cuánto me costaría —pregunté—.

Aquel hombre que me había estado atendiendo desde que ingrese ya sabía sobre mi pasado, era más que obvio que preguntaría al respecto. Claro, al ver los resultados de la radiografía, me pregunté si en verdad eso era necesario. Cierto, mi cuerpo había colapsado y me tuvieron que reanimar pero, ¿se tenía que llegar a eso? De todos modos ya me siento mejor.

—Lo lamentó, no sabría decirle de cuánto sería el costo, ya que ahí dependerá del especialista. 

—Está bien doctor, le agradezco mucho todo lo que hizo por mi —le dediqué una sonrisa, estaba agradecida.

—Descuide, es mi trabajo. Por cierto, esta es la información que necesita para la cita y así ya tener una fecha establecida.

El doctor me extendió unos papeles, nuevamente le agradecí y empecé a empacar mis cosas para salir del hospital e irme, quería darle una sorpresa a mis hijos. Podía caminar hasta la casa, claro, pero decidí tomar un taxi y comprar unas cosas, entre ellos un pastel. Por fin estaría devuelta con mis hijos, mi familia.

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—Puedes cerrar la boca, por favor, mi querida amiga se te sale la baba.

—¡Ay! por favor Libet, ni que te estuvieras ahogando en mi baba —dije con tono sarcástico mientras miraba a mi amiga.

—Eso suena asqueroso —Exclamó—

—Si tienes razón. —claro que tenía razón, ¿por qué dije eso?—. Cuestione la estupidez que hace unos segundos había salido de mi boca.

La razón por la que mi amiga me estaba molestando de tal manera, era porque estaba observando a Jael. Aunque solo tenemos una clase juntos la cual es "literatura" nunca he tenido el valor para hablarle o saludarlo, la única vez que le dedique una sonrisa aunque estaba muy nerviosa, fue cuando lo vi saliendo del hospital yo me encontraba en el parque entre los columpios. Había escuchado que su madre estaba ingresada ahí, aún así él solo me ignoró, y  le comprendo. El estar en ese lugar no siempre es por buenos motivos; no me gustan esos lugares casi solo se escuchan los llantos y el sufriendo de los demás.

Salí de todos esos pensamientos cuando nuevamente escuché la voz de mi amiga.

—Deberías pedirle ayuda a saoru —propuso—. Aunque algunos dicen que ellos tienen "algo"

—¿QUÉ? —me quede atónita con lo que mi amiga me estaba diciendo—. ¿Cómo que "algo"?

—Sabes que solo me llama la atención, es todo. —Le dedique una mirada un tanto confusa a libet—