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Desde que Jisung tenía memoria, Johnny siempre ha estado presente en la casa, ya fuese trabajando o en su día libre, parecía que sus padres le había tomado mucho cariño y confianza.

Aún recuerda ver a un Johnny de unos 15 años cuidandolo mientras su madre se encargaba de otros quehaceres de la casa.

Mamá, no quiero cuidarlo.

Será unos segundos John, deja que termine de cocinar y podrás seguir jugando.

Jisung tenía unos 9 años, sabía que no le agradaba del todo a Johnny, desconocía el por qué, pero no le iba a preguntar.

Johnny, juguemos.

Seo notó como Park se acercaba a él con algunos de sus muchos juguetes en brazos, suspiro, ¿por qué debía jugar con él? Nisiquiera jugaba con sus primos menores.

Fue entonces cuando se dió cuenta que Park era hijo único, no tenía nadie con quien jugar o hablar, sus padres trabajaban todo el día y era muy tímido para hacer amigos en su escuela.

Está bien, juguemos.

Desde aquel día Johnny iba cada día al trabajo con su madre luego de terminar la escuela, ya era conocido por los demás trabajadores de la casa de los Park, incluso llegaba a ayudarlos si era necesario, todavía recuerda las palabras de la señora Park agradeciendo el cuidar tanto a su hijo.

— Señor Johnny.— Llamó Jisung notando que Seo estaba perdido en sus pensamientos. — Mi padre me dijo que usted me daría lecciones de inglés, dice que son necesarias para el futuro de la empresa o algo así, no lo recuerdo.

— Oh sí, tu padre me lo pidió, dijo que te cuesta un poco.— Seo se sentó en la larga mesa del comedor tomando uno de los libros que había buscado especialmente para Jisung, aunque no lo usaría tanto debido a que este era su lengua materna y no necesitaba aquello.

Park aún pensaba en lo que había pasado hace unos días, ¿Cómo es que Johnny había hecho eso? No sabía ni cómo ni cuándo había acabado en esa situación.

— Señor Johnny.— El nombrado hizo una pausa a la explicación para mirar al chico con una ceja alzada.

— Si no aprendo esto, ¿usted hará lo mismo que aquella noche?— Jugueteo con sus dedos nerviosamente mirando hacia otro lado, extrañamente fue una sensación agradable, rara, pero agradable.

— ¿A qué viene esa pregunta, Jisung? — Johnny se queda mirando al más joven algo desconcertado.

— Solo responda, por favor.

— Tal vez lo haga, no lo sé, pero si estás disfrutando de esto no voy a seguir haciéndolo.

Fue entonces cuando Jisung entendió, sí, admitía que le había gustado sentir ese dolor, pero no lo aceptaría en voz alta, no quería que dejase de pasar.

— ¡No, para nada! — Negó rápidamente tomando su libro de inglés para repasar algunas de las clases.

Seo miró alrededor de la sala verificando que no hubiese nadie, en efecto, solo estaban ellos dos, procedió a bajar los pantalones del chico mientras soltaba un suspiro y arqueaba la ceja.

— Hace un momento lo estabas haciendo bien y ahora te equivocas repetidas veces, incluso hiciste los ejercicios mal a pesar de haber entendido la gramática.

A la par de sus palabras los azoten empezaron, Park solo se mordía el labio e inconscientemente dejaba las caderas en alto, no quería hacer algún tipo de ruido por si no estaba seguro de estar completamente solos.

— ¿Cuántos llevo?

Hizo una pausa para dejar algunas caricias sobre los ya rojos glúteos.

— Doce...Lleva doce.

Seo levantó a jisung y acomodó su ropa para luego levantarse.

— Que te sirva para aprender a escucharme y acatar mis órdenes.

— Sí señor Seo...

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⏰ Última actualización: Oct 29, 2023 ⏰

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The spoiled child. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora