Como disfruto los domingos, puedo levantarme a la hora que me plazca.
Abrí los ojos de a poco y miré el reloj digital que estaba en la mesa de noche. 10:16 am. Me estiré un poco y luego me levanté con todo el ánimo del mundo a tomar una taza de café humeante. Se preguntarán ¿por qué tan contento joven Hwang?, pues dejenme decirles que hoy iría a visitar a mi pequeño vecino, lo decidí luego de ver su silueta hace dos noches en su ventana, creía que era toda una familia y el pobre se quedaba solo en casa ya que suponía que sus padres trabajaban todo el día.
Pero antes que nada debía tomar una ducha para luego ver que llevarle de presente de bienvenida a mis nuevos vecinos.
Luego de dos horas y media al fin me encontraba cruzando la calle que divide nuestras casas. Me preguntaba si ya estarían despiertos ya que las cortinas seguían cerradas.
Toqué el timbre dos veces antes de escuchar un "ya voy" apenas audible y un poco tembloroso.
–¿Quien es?– se escuchó desde el otro lado de la puerta aún sin abrir.
–Soy Hwang Hyunjin, su vecino del frente– dije con una sonrisa la cual borre segundos después al darme cuenta que de todos modos no podía verla.
–¿Que desea?– preguntó, ¿que le costaba abrir? Solté un suspiro un tanto frustrado.
–Hmm, bueno pues, verá, venía a visitar. Es mi deber como vecino creo yo– dije un poco dubitativo, no tenía claro si este tipo de bienvenidas se daba a los vecinos nuevos cuando los conoces.
–Disculpe vecino ¿podria abrir la puerta? es que siento que estoy hablando con la pared y es un poco incómodo– intenté sonar calmado y creo que lo logré pues luego de unos segundos que sentí fueron minutos largos y tortuosos sin respuesta finalmente contestó –Cre-creo que si– se escuchó como quitaban varios seguros de la puerta, si no conté mal fueron ¡¿6?!. Una pequeña cabellera castaña se asomó por una pequeña abertura y unos oscuros, timidos y hechizantes ojos me saludaron, trague saliva sonoramente.
–M-mi nombre es Seungmin– dijo extendiendome un poco la mano aún por esa puerta medio abierta. La estreche un poco efusivo al parecer porque la apartó casi al instante.
–Mucho gusto Seungmin, es un placer conocerte– articulé mostrando una sonrisa de oreja a oreja y al parecer lo puse aun más incómodo ya que pude ver como sus largas pestañas aleteaban rápidamente.
–Esto... Señor Hwang, debo decir que no soy muy sociable, así que lamento mi falta de modales y hospitalidad, sé que lo normal sería dejarlo pasar y ofrecerle algo de beber– pero que lindura de niño era este, le faltaba poco para cerrarme la puerta en la cara e irse corriendo y llorando, su vista temblorosa estaba clavada en el piso y mantenia la puerta sujeta con gran fuerza pues sus nudillos estaban blancos –pero me temo que no podrá ser así y espero usted pueda entender mi forma de ser.
–No tienes por qué disculparte Seungmin– traté de sonar amable, claro sin dejar de sonar seductor a la vez. Hyunjin, puede ser un niño y tu ya le estas coqueteando abiertamente, me reprendí –creo que lo entiendo, quizá tus padres no te dejen hablar con desconocidos ¿cierto?– levantó su cabeza y su mirada confundida me hizo callar.
–¿Cuántos años piensas que tengo?– creo que metí la pata, su voz sonó entre molesta y ofendida, mierda –debo decirle que soy un graduado de la universidad y ni por cerca parezco un niño– dijo con el entrecejo muy fruncido que casi podía unir ambas cejas en una sola.
–No, no, no... Yo... lamento si he dicho algo indebido o si te he ofendido, pido disculpas– suspiró y volvió su vista al suelo.
–Tengo 23 años, señor Hwang, supongo que usted es mayor que yo. Lamento haber sido maleducada hace un momento.
–Entonces, creo que debes dejar de llamarme señor y yo me disculpo por la ofensa– le sonreí sin malicia y le revolví el cabello lo que permitió que la puerta se abra un poco más. Sonrió un poco, demasiado tímido y avergonzado.
–No creo poder ser irrespetuoso con mis mayores, señor Hwang, siento que es necesario hablarle formalmente.
–Pues ahí te equivocas, porque soy solo un año mayor que tú. Y sinceramente me haces sentir viejo al decirme señor. Tengo 24 años– saque el pequeño presente que mantuve atrás mio desde que llegué y me encorve llevando el pastel mas cerca suyo.
–¿Que?– levantó tan rápido su rostro que hizo que su cabeza chocara con el pastel y cayera al suelo –¡Oh dios! Lo lamento tanto– se cubrió la boca con ambas manos y sus ojos se abrieron más si eso fuera posible.
–Esta bien, no te preocupes, fue mi culpa por estar cerca– hablé mientras levantaba el pastel y sonreí tímidamente, menos mal el contenedor de plástico impidió que el contenido se desparrame, por lo menos no se echó a perder.
–Bueno...– dijo suavemente jugando con sus dedos nerviosamente, mirando a todos lados menos a mi –entonces creo que será posible el que pueda hablarte sin honoríficos– dijo volviendo al tema anterior y sonrió mostrando la sonrisa más bella que pude haber visto en toda mi vida. Es que enserio, era una sonrisa hermosa, casi podía sentir que brillaba.
–Lindo– dije inconscientemente haciendo que dejara de sonreír y bajara la vista avergonzado –No, no, no escondas esa bella sonrisa, por favor- levanté su mentón con delicadeza.
–Hyunjin, ¿cierto?– asentí aún con mis dedos bajo su mentón –un gusto haberlo conocido, espero verlo otra vez y para entonces poder hablar con más tiempo y comodidad– dicho eso cerró la puerta luego de haber alejado mi mano para no ser aplastada por esta.
–¡Espera!– pero había cerrado, sentía que mi pecho apretaba mucho –ahora que sé que no eres un niño, no debo sentir remordimiento por querer besarte ¿cierto?– susurré por lo bajo solo para mí.
Regresé a mi casa con una estúpida sonrisa en mi rostro que cualquiera pensaría que estaba loco.
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Mi PuppyCino ♡ Hyunmin
Romance. . . . . . Puppy + Vecino = PuppyCino Pero, es que acaso ¿había algo mas tierno que Seungmin vestido de cachorro? Pues no. . . . . . . ➻ Adaptación: todos los créditos correspondientes para Karla_GO