ISEKAI EL MAGO CON EL PODER DE UN DIOS

CAPÍTULO 02: LA PRIMERA BATALLA Y EL DESPERTAR DE LA MAGIA

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- Luthier -

Era un día normal de verano, el calor del sol era la ideal, la refrescante brisa del viento era agradable, era un día perfecto para salir a pasear y descansar un poco de la rutina diaria.

- !aaaaaahhhhhhhhh¡

(Sonido de monstruos hambrientos atrás de él.)

A si, y estoy siendo perseguido por un montón de monstruos parecidos a iguanas gigantes morados y a lobos de tres piernas grises que salieron de la nada y comenzaron a perseguirme por el bosque.

— maldita sea, hijos de su madre, déjenme paz.

Ya me estaba cansando de tanto correr de ellos.

— esperen un minuto, este es un mundo mágico, ¿no?

Hasta que recordé que yo también puedo usar magia, así que frene mi paso y apunto la punta del bastón mágico a el grupo de monstruos.

— ahora si les llego la hora, jajajaja.

— ha tácalos con algo mágico bastón.

Los monstruos frenaron su andar cuando vieron que era apuntados por el bastón y compensaron a templar, como si ya supieran qué pasaba cuando era apuntados con una de esas.

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— chinga, ¿porque no pasa nada?

(Sonido de monstruos aliviados. )

Agite el bastón arriba y abajo, una y otra vez para ver si pasaba algo pero no ocurrió nada.

— señor Lord mi traiciono.

Mire hacia donde el frente mío donde ya está a escasos pasos míos el grupo de monstruos que me miraban con burla.

— bueno, plan B.

Unos de los lobos de tres piernas saltó hacia mi pera antes que llegara fue golpeado con mucha fuerza en el lado derecho de la cabeza por el bastón que lo noqueó.

— sepan muy bien que no pienso morir así y que también fui el mejor bateador en la secundaria por dos años seguidos.

Los monstruos al ver tal acción solo gruñeron y se prepararon para atacar también. Pero viendo que son muchos también saqué la espada de su funda qué brillo como una lámpara encendida.

— hoy monstruos es su juicio final.

Los monstruos se lanzaron contra mía pero pude esquivarlos por golpear a dos lobos y pisar la cabeza de una iguana y subirme en su lomo para luego cargarle la espada en su nuca con fuerza matándola en segundos para luego sacarlo de su cuerpo y que escurriera por el corte qué hice.

— perdóneme pero es la ley del la supervivencia.

— y además estoy loco.