Don't forget me

Capitulo 3

Al día siguiente la castaña se despertó sintiéndose bastante cansada, más de lo habitual, asumió que fue por a ver estar despierta hasta altas horas de la noche así que no le tomo mucha importancia, esperaba que en el trascurso del día su fatiga desapareciera, pero no fue así.

La fatiga persistía y estuvo a nada de dormirse en clases, pero se mantenía despierta a duras penas.

Freen no paso por alto el estado de su amiga por lo cual paso junto a ella todo el día en caso de que se terminara dormida o se terminara desmayando.

-Becbec intenta dormir temprano hoy por favor -Dijo Sarocha acariciando el cabello de Rebecca

-Ya no es una niña Freen deja de cuidarla como si fuera un bebe. -Hablo Heidi quien estaba de brazos cruzados viendo con el ceño fruncido a Becky

-Solo estoy preocupada por ella.

-Ella es grande puede cuidarse sola sin que tu estés a su lado todo el tiempo.

Becky se quedo quieta en su lugar culpándose repetidas veces de la pelea que estaban tenían sus amigas.

-Sarocha- Rebecca se levantó del asiento para irse del lugar. -No te preocupes por mi estaré bien yo solo necesito ir a casa a dormir.

-Puedo acompañarte, para mí no hay problema

-No quiero molestarte si pasa algo te avisare.

-Pero Becca. -Freen intento tomar la mano de Becky pero esta se apartó.

-Estaré bien.

Finalizo antes de irse del lugar, solo quería ir a casa a descansar un rato y luego hacer las tareas que tenía pendientes. Becky llego a su casa y se dispuso a dormir un rato.

Pero termino durmiendo más de lo debido, despertó al día siguiente teniendo ya varios minutos de retraso para ir a clases. Tomo sus cosas y fue corriendo hasta la escuela ignorando lo cansada que estaba.

Al llegar fue regañada todo el día, por llegar tarde y por las tareas que no hizo por quedarse dormida varias veces, por fallar en un examen para el cual no estudio. Pero ahí no acabaron las cosas ya que sus padres también terminaron regañándola porque varios profesores les terminaron avisando lo que paso con Becky.

Pero...

¿Por qué tanto drama?

Por qué Armstrong no era nadie sin sus notas perfectas.

O al menos eso le hicieron creer