4. Rain's Kisses

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✦•·················• 𝟒. 𝐑𝐚𝐢𝐧’𝐬 𝐊𝐢𝐬𝐬𝐞𝐬 •·················•✦

Theo Venner

Aún podía sentir sus largos dedos invadiendo el interior de mi cuerpo. Recordé lo sucedido hace unas horas, sentía repulsión por lo que hice. Había salido de la casa del entrenador, corriendo, con las huellas de sus dedos marcadas en mi entrepierna, talladas en el fondo de mi alma para nunca dejarme olvidar lo que había ocurrido.

Desde la ventana de mi habitación observé a mi tío Gabriel, arrastraba a una joven rubia por la hierba hasta el granero como el abuelo lo había hecho el día anterior. Nunca sabía que les sucedía a las chicas después de entrar a ese horrible lugar, ellos nos protegían a Maxine y a mi de la verdad. Una cruda verdad.

Bajé las escaleras del pórtico al salir de casa, el cielo estaba cubierto de oscuridad, un manto sin brillo y escaso de estrellas. Gabriel salió de granero limpiando sus manos con los laterales del pantalón de Jean.

—¿Estabas pensando en mí? —me ofreció una sonrisa, me aterraba la idea de que pudiese notar el olor del entrenador en mi ropa.

Me alejé unos pasos hacía atrás.

—No. —negué de forma juguetona con mi cabeza, como solía hacerlo de niña—. Pensaba en qué podría darte una paliza.

Sonreí y cerré los dedos de mis manos sobre las palmas, dejando ver ambos puños frente a él, ladeando mis brazos hacia adelante y atrás como un boxeador profesional.

—Venga, inténtalo pequeña. —arrugó la piel alrededor de sus ojos al sonreír, imitó mi acción y espero hasta qué di el primer golpe.

Cuando lo golpeé torpemente en el abdomen apenas lo sintió, tomó mi cadera con sus fuertes manos y me subió hasta su hombro. Gabriel es tan alto que me hace parecer su muñeca de trapo, sentí mi abdomen rozar con su pectoral izquierdo y cuando intenté soltarme de su agarré, él empezó a azotarme el trasero con su mano libre. No me lastimó, cada golpe era suave y travieso.

A veces fantaseaba con Dean azotando mi culo por alguna razón.

Me bajó de su hombro y regresamos al interior de la casa.

Maxine estaba preparando la vajilla y los cubiertos sobre la mesa del comedor, el abuelo y Lucien se encargaban de la cena. Había platos y copas de vino extra.

—¿Tendremos visitas? —pregunté totalmente confundida, nunca en la historia de la humanidad habíamos hecho tal cosa.

Harriet bajaba por las escaleras, arreglando la placa dorada que se sujetaba de la parte derecha del pecho. Había un muro dorado que te permitía entrar directamente desde el pasillo hasta el comedor. Ella se veía hermosa. —El detective Loki y su hijo, me temo.

—¿Quiénes son? —cuestionó Maxine acomodando un tenedor y cuchillo a los laterales de la vajilla blanca.

Lucien salió de la cocina con una increíble y exquisita bandeja plateada repleta de todo tipo de carnes, cubierta en salsa y especias. —Un maldito imbécil que ha venido a jodernos. Le enviaron desde Georgia para investigar la desaparición de las chicas en Maine y por lo qué sé, siempre ha resuelto cada caso que le asignan. Cómo Jefe de Sheriff es mi deber recibirle.

—¿No será un problema? —preguntó el abuelo cojeando su pata de roble hasta la cabecera del comedor. No parecía preocupado sino ofendido.

—Si llega a hacerlo entonces le resolveremos. —responde rápidamente Gabriel.

ʟᴏᴏᴋ ᴡʜᴀᴛ ʏᴏᴜ ᴍᴀᴅᴇ ᴍᴇ ᴅᴏ - HBO SERIESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora