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-Gracias por venir- hablo el mexicano mientras extendía su mano dando a entender a su acompañante que tomara asiento-

Spreen se sorprendió cuando recibió un mensaje del mexicano al amanecer. Se reunieron en un pequeño kiosko que recién se había construido a las orillas de las favelas con vista al mar, el argentino se sentó en esa mesa enfrente del mexicano. Dirigió su vista hacia el mar donde se encontraban, Cellbit y sus hijos jugando con el agua.

-Roier....- fijo su vista en su acompañante de nuevo- yo lo...

-Lo siento- pero Roier se adelantó a hablar, dejando desconcertado al contrario- lo siento por haber hecho que te preocuparas cuando desaparecía, así mismo te pido perdón por haberte lastimado con la repentina noticia de mi matrimonio, te fuiste de un día para otro. Siento que todo haya sido tan incómodo-

-No boludo, el que debe pedir perdón soy yo.- sacudió la cabeza- yo ocasione que entre tu y tu marido hubiera una grieta, fui terco y un pelotudo. Te lastime en el pasado y no sabía que hacer o cómo reparar las cosas, así que decidí dejar la isla atrás, dejarte a ti- se retiro las gafas-

-Esta bien Spreen, ambos cometimos errores- sonrió con nostalgia- pero ahora me doy cuenta de que no quiero perderte, eres mi amigo y quiero que sigas presente en mi vida de aquí para adelante- sus ojos demostraban el cariño inmenso que le tenía al oso-

-Yo también quiero eso- lo único que podía hacer era sonreír- las acciones del pelotudito del Cucurucho hicieron que me diera cuenta de muchas cosas, la primera es que encerio soy un pelotudo- dirigió su vista nuevamente al brasileño- y la segunda es que ese, encerio está enamorado de ti- Roier vio a su esposo e hijos- me di cuenta que quiero verte feliz, y ellos tres. Te darán lo que siempre te has merecido- ambos volvieron a verse-

-Gracias Spreen, por entender y aceptar seguir siendo mi amigo-

-No, gracias a ti capo por darme la oportunidad de escuchar mis disculpa antes de que me fuera-

-el mexicano abrió los ojos con sorpresa- ¿irte? ¿de que estás hablando?-

-dejare la isla por un tiempo- Roier parecía meditar- necesito un tiempo a solas-

- ¿a donde irás?-

-Fui inventado a participar en el "Dedsafio 3" otra vez, luego de eso ire aún evento que antigas personas con las que eh trabajado organizaron para mí, es como una simulación- sonrió-

-eso suena increíble, me alegra mucho por ti-

-Gracias capo-

- ¿cuando te vas?-

-Mañana- Roier se sorprendió-

- entonces este es el hasta pronto ¿Verdad?- sonrió con melancolía viendo cómo el contrario asintió a sus palabras a lo que suspiró- bueno entonces, te deseo mucha suerte en tu viaje. Y gracias de nuevo- vio hacia donde estaba su familia y luego volvió a ver a su acompañante con los ojos llenos de lágrimas- por ayudar que regresará con mi familia y por quedarte en mi futuro-

Ambos se pusieron de pie y se dieron un abrazo, no reflejaba amor, solo una bonita amistad que estaba dispuesta a seguir adelante, era el hasta pronto.

El brasileño observo cómo su esposo abrazaba al oso, no sintió celos o molestia, sintió tranquilidad. Ese sentimiento se transformó en ternura y preocupación cuando al final del abrazo vio como su marido limpiaba torpemente sus lágrimas haciendo que el argentino se asustara.

Se acercó rápidamente y limpio las lágrimas de su esposo mientras le decía cosas bonitas para que se tranquilizara.

-Yo guapito tranquilo- sonrió viendo cómo dejaba de llorar-

Lo mejor para tu vida. Guapoduo ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora