MIRA EL SOL

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Los ventanales eran grandes, los rayos del sol entraban con fuerza y resaltaban las telas plateadas de las cortinas, no resplandecía, solo iluminada la instancia al no tener un color con el cual congeniar.

Seguro y el sol se sentía mejor en el ala sur, donde era alabado y recibido con benevolencia por sus súbditos, el también era fuego, pero curiosamente iluminaba el norte, sin marginarlo, reflejándose en el agua, aclarándonos. Siendo por todos y para todos.

Tal vez él no es tan egoísta.

Mira el sol

-Hermione- me tense solo al escuchar mi nombre, no estaba acostumbrada a él y nunca lo iba a estar.

No voltee, sabía quién era, sabia porque venia y a quien buscaba, no era a mí, no me buscaba a mí, buscaba a alguien que yo no puedo ser.

Mi cabeza no se agacho, solo escuché como se iba y la seguí, sabía que tenía que hacerlo.

Mientras caminaba intenta calmarme para no echar a correr esta vez,

El cuarto era oscuro y húmedo, pero eso ya no me sorprendía, me quité la ropa y la deje en el rincón de siempre, no emitió sonido, solo fue directo a la esquina a recoger algo de la mesa, aprete los labios al saber que era ese algo... pero seguí caminando hasta la cuerda.

El trozo estaba colgando del techo y tenía un nudo firme en la parte de abajo, con sangre seca en alguno que otro lado, lo sostuve, el acoplándose perfectamente a mi palma, diría que me alegra verlo, pero no es así, por mas tiempo que hallamos compartido juntos.

El cuarto era oscuro, y me aterraba que fuera así.

Mira el sol

No puedo, no puedo mirarlo, ya no está.

Y solo cerré los ojos, dejando caer lagrimas por mi rostro, incontrolables, pero de mi boca no salió ningún lamento, ya no supliqué que parara, sabía que no iba a hacerlo, cerré mis ojos con fuerzas aguantándome la impotencia que me carcomía.

-¡Reacciona! ¡Yo soy tu reina y tienes que obedecerme!- el látigo hizo eco al entrar en contacto con mi piel, sentía mi sangre, sentía su ira.

Y no quería mirar como la instancia era iluminada con su ojo, acoplando la luz del sol.

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Era cálido su líquido, he escuchado como muchos afirman que el agua que sale de sí mismos va ligada con mucho sentimiento, por eso era más peligroso con furia, sin embargo, no sé qué estaba sintiendo Anthony en este momento, pero me reconfortaba.

-Lo siento - sus dedos seguían acariciando mi espalda y de ellos salía un liquido que mi piel absorbía muy bien. No entendía porque esta vez mis poros no la repelaban, pero la verdad no quería pensar en eso.

No dije nada, ¿Qué podría decir? ¿Qué me duele? Creo que eso él ya lo sabe, puede que nunca haya sido golpeado por madre, pero seguro padre si lo hizo. No lo sé y nunca hemos hablado de eso, pero es la única explicación que logre encontrar, seguro se disculpa porque él ya ha sentido esto antes.

La habitación solo era iluminada por una vela, el único fuego permitido en esta ala, lo mire fijamente, era majestuoso, no entiendo porque le tenían tanto miedo a algo tan bello, siempre que lo miraba recordaba mi cabello, rojo, que, aunque sabia era el causante de tenerme encerrada en el palacio, no podía avergonzarme de él, amaba su color y por más latigazos que reciba no iba a cambiar eso.

El fuego era vivaz, reluciente, deslumbrante. Quería tocarlo.

Alce la mano unos centímetros para intentar llegar a él, estaba tan cerca, pero de la nada mi hermano empezó a murmurar una canción arrullándome.

Es mi tarea de castellanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora