El aleteo de una MARIPOSA

Capítulo 2

Año 2023.

Antonella.

—Anto, te toca—dice Giselle entrando sobresaltada a mi camerino.

Es mi única amiga, también compartimos trabajo, siempre le digo que tiene un gran parecido con Kim Kardashian, es tan hermosa, morena, tiene curvas pronunciadas y un tono caoba bastante peculiar en su cabello rizado, haciéndola resaltar a donde quiera que va. Físicamente, se puede decir que no tenemos parecido, excepto que ambas compartimos un pasado difícil por decirlo de alguna manera, así que desde el primer momento empatizamos muy fácil la una con la otra.

Reviso mi maquillaje extremadamente elaborado, mi atuendo de esta noche mantiene la línea de lo que me gusta utilizar, una falda de cuero, debajo unas bragas a juego, en la parte superior un top corsé con cordón bajo, todo en negro haciendo que mi piel resalte.

—¡Lista!—exclamo poniéndome de pie.

—Digna y regia como siempre—me piropea mi amiga.

—No te llego ni a los talones.

—Claro, claro, por eso eres la bailarina principal.

—Si fueras más responsable y puntual ya me hubieras quitado el puesto.

Arruga sus cejas en protesta.

—Te encanta levantarme el ego, un día terminaré creyéndomelo.

—Ya te lo crees—ruedo mis ojos de forma exagerada.

—También es verdad.

Terminamos riendo como dos crías, ese es el efecto que tiene sobre mí, logra sacarme sonrisas y hacer mis días menos miserables con sus ocurrencias, es de las poquitas cosas buenas que me ha regalado la vida.

Camino por el pasillo en dirección al escenario, acompañada por el sonido que producen mis tacones al chocar contra las relucientes baldosas del suelo, aún puedo recordar lo asustada que estaba en mi primera actuación, con el paso de los años se volvió costumbre y los nervios desaparecieron.

Algunas chicas que curioseaban el escenario al percatarse de mi presencia se apartan dándome un espacio libre entre ellas.

Estas chicas llegaron hace apenas dos semanas, jóvenes e inexpertas, me recuerdan a mí cuando llegue aquí por primera vez.

La música comienza a sonar y sé que es mi momento, salgo caminando despacio moviendo mis caderas de forma sutil, trato de que se vea lo más natural, odio lo exagerado y forzado.

—Muchos de ustedes vinieron a verla bailar, han esperado toda la noche para apreciar su belleza, todos quieren una oportunidad con ella, con ustedes estimados señores Mariposa-grita a todo pulmón el presentador arrastrando mi nombre hasta quedarse prácticamente sin oxígeno.

Mi nombre aquí es Mariposa. No me costó mucho llegar a ser la bailarina principal de La Alianza, lo que sí me ha costado es mantener mi puesto sin prestar otro tipo de servicios.

Llego a la barra y la acaricio con sutiles movimientos, bajo despacio rodeando el tubo mostrando un poco debajo de mi falda, algunos hombres tratan de acercarse para ver mejor, esos suelen ser amigos de los peces gordos o sus asistentes, otros, en cambio, asechan desde sus asientos.

Normalmente, los que vienen son hombres y mujeres de negocios, mafiosos y algunos policías, con la intención de sellar acuerdos legales y no tan legales, concretar nuevas alianzas, serles infieles a sus parejas o solamente relajarse. Resalta a la vista su pertenencia dentro de la elite, cualquiera se sorprendería de ver las personas que entran aquí en la Alianza, en estos siete años he visto hasta ministros acompañados de hermosas compañeras de trabajo. ¿Pueden hacerlo? La respuesta es sí, la principal política de este lugar es saber que no sabes nada, si hablas será la última vez que lo hagas.