UNO-te vi

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Era una mañana acalorada, es sol a pesar de ser temprano estaba dando todo de si, era un lunes como cualquier otro, el tráfico mañanero, personas corriendo de aquí a allá con cafés en sus mano, el olor de pan y café recién echo en las cafeterías si era un día bastante normal en la cuidad excepto para Elizabeth una mujer en sus 20s caminaba asustada con un folder amarillo entre sus manos mientras que iba repitiendo palabras sin sentido en voz baja mirando a todos lados sin parar estaba en busca del edificio de los Mellers antigua familia dueña de al menos 5 empresas más influyentes en todo el país.

Elizabeth no era una mujer que llamara realmente la atención era una mujer con estatura promedio, tenía una piel extremadamente pálida que a veces podía llegar a confundirse con enfermedad, tenía cabello largo de color negro que se esa vez lo llevaba amarrado en una coleta algo casual, tenía una boca con labios delgados para nada estrafalarios y sus ojos eran color de un marrón extremadamente oscuro. Elizabeth estaba en busca del edifico mas grande la cuidad que era de color azul brillante con tonos plateados que se encontraba en el centro de la cuidad, logro divisar la entrada por tenía que cruzar la calle para llegar a ella mientras más estaba cerca más sentía como sus manos comenzaban a sudarle cada vez más, aun no podía creérsela había sido solicitada para entrevista como asistente en el área de contaduría, había enviado la solicitud creyendo que seria ignorada pero no fue así estaba a punto de entrar ahí y tal vez lograr un sueño

Paso la calle mirando hacia ambos lados cuando el semáforo dio el color rojo, mientras entraba notaba como la mayoría de decoración era a base de cristal, las puertas principales estaban echas de cristal, sillas de espera hasta la misma recepción, al entrar fue a donde se dirigió estaba perdida no sabia donde dirigirse para nada tenia que atreverse a preguntar a la señorita elegante de la recepción

-B-buenos diass-. Hablo Elizabeth lo más confianza que odia pero le era imposible al ver a aquella señorita no pido evitar compararse con ella ya que la mujer portaba un elegante vestido con tonos rosas y dorados, accesorios que combinaban con su vestimenta, la mujer no portaba demasiado maquillaje pero si lápiz labial sin duda la mujer no tena que esforzarse demasiado ya que era hermosa, Elizabet tomo lo que era una camisa blanca algo gastada y una falda que una noche antes había tenido que coser una sutura de años, era de su madre y ahora era suya, usaba medias algo anticuadas para el tiempo de hoy pero a ella no le agradaba mucho mostrar carne no se sentía segura con ello, trato de disimilar e irse rápidamente de allí.- Tengo una entrevista, me citaron en recursos humanos si fuera tan amable de

Elizabeth no pudo terminar ya que aquella mujer sin alzar su vista hacia ella la interrumpió

- Tercer piso la primera puerta a la derecha tendrás que esperar a que digan tu nombre el ascensor no sirve toma las escaleras. - hablo la mujer sin dejar de hacer loque estaba haciendo

Elizabeth agradeció rápidamente y se dirigió hacia donde se le informó al subir las escaleras se lamento de a ver intentado esa mañana ponerse tacones por primera ves en su vida. Exhausta llego a un piso donde había una placa grande con el numero 3 era el indicado se dirigió hacia donde se le digo y noto unas sillas donde había gente esperando en ellas, Elisabeth se sentó en una de ellas mirando a su alrededor aun fascinada por la arquitectura del edificio

Y sin poder evitarlo comenzó a mirar ala personas junto a ella la mayoría eran mujeres, de igual manera como la señorita de la recepción sin duda en ese momento comenzó a sentirse mal aunque hubiera querido no hubiera podido ir así Elizabeth tenia solo 6 meses de haber terminado la universidad vivía sola en un departamento pequeño con un gato malhumorado, había terminado sus estudios gracias a una beca de su escuela que cubría sus estudios pero ahora se había acabado no tenía demasiado había mandado solicitudes a muchos lugares temía no ejercer de su carrera terminar como una mesera o cajera debido que no la aceptaban o eso pensaba hasta que le llamaron de ese lugar citándola en el día y la hora en la que estaba.

Hermosa obsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora