diez

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Juan se levantó abriendo los ojos lentamente, notó a Spreen aún dormido y sonrió, disfrutaría estos días al máximo.

Quería prepararle el desayuno aunque no sabía mucho de cocina así que se paró de la cama evitando que el mayor despierte, fue al baño y mojó su cara con agua fría para terminar de despertarse.

Bajó a la cocina y empezó a sacar algunas cosas, cuando terminó de sacar todo escuchó unos pasos pero no le hizo caso.

No hasta que escuchó un grito agudo.

-¡Spreen! ¡Puta madre! ¡Entraron a robar!- exclamó Mariana viendo a Juan con cara de asustado.

Juan por instinto volteó hacia atrás y hacia los lados, solo estaba él.

Rápidamente se auto señaló con el dedo y Mariana quiso gritar de nuevo.

-¡Sí, tú!- Juan abrió la boca. sorprendido, corrió hacia la habitación de Spreen viéndolo despertar aturdido.

-Juan-

-Spreen, ¿dónde está tu celular?- el pelinegro confundido señaló su escritorio.

Juan rápidamente fue hasta el aparato y lo prendió viendo la hora.

10:05 AM.

Vio el reloj digital que estaba a un lado de la cama del mayor al instante.

10:07 AM.

El reloj digital de Spreen estaba adelantado dos minutos.

Dejó el celular del mayor quien se estaba levantando de la cama y corrió a abrazarlo dejándolo algo confundido.

-Te amo- dejó un beso en su frente. -Te amo- otro en la mejilla -Te amo- otro en la otra mejilla -Te amo- la nariz -Te amo- y varios en los labios.

Spreen sonrió levemente.

-Yo también te amo, pero, ¿qué pasa?- preguntó aún confundido.

Se despertó por un grito y al segundo entró Juan corriendo a su habitación revisando la hora.

-Es que bue-

-¡Spreen! ¿¡Sigues vi...- la pregunta de Mariana quedó en el aire al ver al supuesto ladrón abrazando a Spreen por la cintura y a éste correspondiendo el abrazo fuertemente -¿Qué?-

Una hora después

-Entonces no eras esquizofrénico...- murmuró impresionado haciendo reír a los otros, de repente entró Carre junto a Robleis y Roier y Cellbit atrás.

Carrera, Robleis y Cellbit vieron a Juan extrañados porque tenía su brazo alrededor del hombro de Spreen y hasta donde recordaban el chef no tenía novio ni conocían a ese chico.

En cambió, Roier sonrió emocionado.

-¡Juan!- exclamó emocionado para sorpresa de todos, excepto para los otros dos.

-Hey, Roier- saludó de vuelta sonriendo un poco.

-¿Lo conoces?- preguntaron los demás a la vez.

- Sip- Mariana se levantó aturdido.

-Pero...Era invisible...

-Si bueno, ese día no le grité al aire, Mariana- el alto rápidamente tuvo un recuerdo de la vez que Roier le gritó a la nada según el.

-Necesito procesarlo-

-Esperen, no entiendo nada- murmuró Carrera

-Bueno...- empezó Juan a explicar la historia de nuevo bajo la atenta mirada de todos.

Dos horas después ya con todos al tanto de la situación Juan y Spreen estaban en la habitación del mayor

-Al fin- murmuró el menor dejando besos en el rostro del mayor.

-¿Al fin qué?

-Al fin la gente puede verme, al fin aceptaste que me amabas, al fin puedo vivir en paz, al fin puedo demostrarte mi amor sin preocupaciones de que me rechaces- contestó con un toque de felicidad en su tono de voz.

Spreen rió y unió sus labios con los de Juan en un beso dulce y lento.

Cuando se separaron Spreen acarició sus mejillas.

-Te amo, Juan.

-Y yo a tí Spreen.


fin.

¿puedes verme? ★ spruanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora